El uso de la telemedicina en la medicina familiar

Introducción

La telemedicina ha cobrado una relevancia creciente en la atención primaria de salud a nivel mundial, destacándose por ser segura, práctica y rentable. Su adopción ha transformado la forma en que se prestan los servicios de medicina familiar, facilitando el acceso de comunidades remotas y optimizando recursos. El objetivo de este estudio es analizar cómo se emplea la telemedicina en la medicina familiar, identificando sus principales aplicaciones, beneficios, desventajas y los requerimientos de infraestructura necesarios para una implementación exitosa.

Métodos

La revisión se llevó a cabo en 2024, siguiendo el marco metodológico de cinco pasos de Arksey y O’Malley. Se realizaron búsquedas en bases científicas como Web of Science, PubMed y Scopus, utilizando términos como telemedicina, telesalud, atención virtual, teleconsulta, médico de familia y medicina familiar, centrándose en publicaciones entre 2015 y 2024. Finalmente, se analizaron 37 artículos relevantes.

Resultados

Ámbitos de aplicación

La telemedicina en medicina familiar se utiliza principalmente en prevención, tratamiento, monitorización y control, y consulta o administración. El 44% de los casos corresponde al tratamiento, el 32% a monitorización y control, el 15% a consulta y administración, y el 9% a prevención. En prevención, es clave para la educación sanitaria, detección precoz y programas de promoción de la salud. En tratamiento, abarca tanto enfermedades agudas como crónicas, incluyendo la atención de afecciones mentales y la gestión de enfermedades crónicas. En monitorización y control, destaca el seguimiento de pacientes con diabetes y otras enfermedades crónicas, así como la supervisión de la adherencia al tratamiento y el control prenatal. Finalmente, en el ámbito de la consulta y administración, la telemedicina apoya la orientación en planificación familiar, el asesoramiento parental y la emisión de certificados médicos.

Ventajas

Las principales ventajas identificadas son:

  • Mejor acceso para pacientes, especialmente en zonas rurales o con limitaciones de movilidad.
  • Comodidad para pacientes y profesionales, gracias a la flexibilidad horaria y la reducción de traslados.
  • Mayor seguridad, sobre todo frente a riesgos infecciosos.
  • Mejora de la relación médico-paciente, con oportunidades para la educación sanitaria y la participación de familiares en la atención.
  • Reducción de costos y tiempos de espera.
  • Mayor eficiencia en la gestión y en la organización del trabajo clínico.

Desventajas

Entre los principales desafíos se encuentran:

  • Imposibilidad de realizar exploraciones físicas completas, lo que puede dificultar diagnósticos y tratamientos.
  • Barreras comunicativas, como dificultades de lenguaje, audición y ausencia de comunicación no verbal.
  • Baja alfabetización digital tanto en pacientes como en profesionales.
  • Preocupaciones sobre la privacidad y seguridad de los datos del paciente.
  • Limitado acceso a dispositivos y a conexiones de Internet adecuadas, especialmente en sectores vulnerables.
  • Carga administrativa adicional y riesgo de fatiga profesional.

Infraestructura necesaria

Para la implementación efectiva de la telemedicina, se requiere:

  • Tecnologías de la información y comunicación confiables y accesibles.
  • Dispositivos adecuados para pacientes y personal médico.
  • Soporte técnico constante y capacitación específica para el uso de las plataformas.
  • Directrices y protocolos claros para la práctica clínica virtual.
  • Iniciativas para mejorar la alfabetización digital en todos los usuarios.
  • Marcos legales y de privacidad robustos que protejan la confidencialidad de la información.

Discusión y conclusiones

La telemedicina tiene el potencial de transformar la atención en la medicina familiar, permitiendo mejorar el acceso, la continuidad y la calidad de la atención, además de optimizar recursos y reducir costos. Sin embargo, para aprovechar plenamente estos beneficios, es indispensable invertir en infraestructura tecnológica, capacitación, mejora de la alfabetización digital y desarrollo normativo. Solo así podrá garantizarse una atención segura, equitativa y eficiente a través de la telemedicina en el entorno de la medicina familiar.

The use of telemedicine in family medicine: a scoping review

BMC Health Services Research volume 25, Article number: 376 (2025) 

La telemedicina cobra cada vez mayor importancia en la atención primaria de salud a nivel mundial. Se reconoce como segura, práctica y rentable. El objetivo de este estudio es explorar el uso de la telemedicina en los servicios de medicina familiar, centrándose en identificar sus áreas de aplicación, ventajas, desventajas y la infraestructura necesaria para una implementación eficaz de esta tecnología.

Métodos

Esta revisión exploratoria se realizó en 2024 utilizando el marco de 5 pasos de Arksey y O’Malley. Se realizaron búsquedas exhaustivas en las bases de datos Web of Science, PubMed y Scopus, utilizando palabras clave como telemedicina, telesalud, atención virtual, teleconsulta, médico de familia y medicina familiar. La búsqueda se limitó a publicaciones de 2015 a 2024. Se incluyeron en el análisis un total de 37 artículos relevantes.

Resultados

La telemedicina se utiliza en cuatro áreas principales de la medicina familiar: prevención, tratamiento, monitorización y control, y consulta/administración. Según la frecuencia con la que se menciona en los estudios revisados, las principales ventajas de la telemedicina incluyen un mejor acceso para los pacientes, mayor comodidad tanto para los pacientes como para los profesionales sanitarios, mayor seguridad para los pacientes y mayor flexibilidad en la prestación de servicios. Sin embargo, también se observaron varios desafíos, como la falta de exámenes físicos, las barreras comunicativas y cognitivas, la baja alfabetización digital entre pacientes y médicos de familia, y la preocupación por la privacidad del paciente. La infraestructura esencial para una implementación eficaz de la telemedicina comprende tecnologías de la información y la comunicación fiables, dispositivos adecuados para pacientes y médicos de familia, un sólido soporte técnico, directrices bien definidas e iniciativas para mejorar la alfabetización digital.

Conclusión

Reconociendo las ventajas de la telemedicina en la medicina familiar, es fundamental que los sistemas nacionales de salud prioricen su integración y desarrollo. La telemedicina tiene el potencial de transformar la prestación de servicios de medicina familiar, mejorando el acceso para comunidades remotas y desatendidas, a la vez que reduce sustancialmente los costos tanto para pacientes como para proveedores. Sin embargo, para alcanzar este potencial es necesario establecer una infraestructura legal, técnica y cultural adecuada.

El uso de la telemedicina en medicina familiar: una revisión exploratoria

Sajjad Mahdavi , Mehra Fekri , Soma Mohammadi-Sarab , Mahdi Mehmandoost y Ehsan Zarei

Introducción

A medida que los avances en la tecnología de la información continúan acelerándose, la demanda de innovación en la prestación de servicios de salud ha crecido, lo que ha llevado al surgimiento de la telemedicina [ 1 ]. La telemedicina implica la transmisión electrónica de datos médicos en formatos de audio o visuales entre ubicaciones, lo que permite la comunicación en tiempo real o de forma asincrónica [ 2 ]. Aunque la telemedicina se remonta a la década de 1950, inicialmente utilizada en radiología, los avances recientes en tecnología de la información han expandido significativamente su adopción y popularidad [ 3 ]. La pandemia de COVID-19 aceleró aún más este cambio, transformando la atención virtual de una opción a una necesidad tanto para los pacientes como para los proveedores de atención médica [ 4 , 5 ].

Hoy en día, la telemedicina está ampliamente integrada en varias especialidades médicas, incluyendo radiología, medicina de emergencia, patología, psiquiatría, dermatología, oncología y atención posquirúrgica3 , 6 ]. La medicina familiar, en particular, ha adoptado la telemedicina ampliamente durante y después de la pandemia. Los médicos de familia brindan servicios integrales de atención médica a personas de todas las edades dentro de la comunidad, desde recién nacidos hasta ancianos [ 7 ]. Los médicos de familia desempeñan un papel crucial en la prestación de atención preventiva, el fomento de comportamientos que promueven la salud, la gestión de la atención continua del paciente, la coordinación de planes de tratamiento para diversas afecciones de salud y el apoyo a iniciativas de salud pública 2 , 8 ]. La telemedicina permite a los médicos de familia realizar consultas, monitorear afecciones crónicas y brindar atención de seguimiento a través de plataformas virtuales, lo que reduce la necesidad de visitas en persona. Numerosos estudios destacan la efectividad de la atención virtual ofrecida por los médicos de familia, incluyendo el monitoreo de pacientes, el manejo de afecciones crónicas y el apoyo psicológico como parte de los programas de salud conductual 9 ]. En general, la telemedicina ha facilitado el intercambio de información entre pacientes y médicos de cabecera, el seguimiento, la prestación y la gestión de los servicios de salud [ 10 ].

La integración de la telemedicina en la medicina familiar tiene numerosas ventajas, tanto para los pacientes como para los médicos de familia. La telemedicina ha demostrado su capacidad para mejorar significativamente la disponibilidad y accesibilidad de la atención [ 4 ], en particular en áreas rurales donde los pacientes a menudo enfrentan largas distancias de viaje para recibir atención 11 , 12 ]. También facilita el acceso para las poblaciones marginadas, como aquellas en áreas remotas o aquellas con problemas de movilidad [ 13 ]. Al eliminar la necesidad de viajar, la telemedicina permite a los pacientes consultar con los médicos de familia desde sus hogares [ 14 ]. Esto es particularmente ventajoso para los ancianos y aquellos con condiciones de salud complejas, ya que mejora su capacidad para completar visitas esenciales [ 15 ]. Los pacientes informan una reducción en el tiempo y el costo del viaje, así como tiempos de espera más cortos para las citas, lo que hace que los servicios de salud sean más accesibles9 ]. Además, la telemedicina permite una programación flexible y la posibilidad de citas fuera del horario de oficina habitual. Ha demostrado ser eficaz en el manejo de las necesidades de atención aguda y ha minimizado la necesidad de visitas de seguimiento en persona16 ]. A pesar del aumento en el número de visitas, la telemedicina no ha comprometido la calidad de la atención ni ha incrementado los costos de la atención médica [ 17 ]. Al reducir la necesidad de visitas presenciales, la telemedicina ahorra tiempo y dinero, reduciendo los costos relacionados con viajes y ausencias laborales de los pacientes [ 3 ]. Con el tiempo, ayuda a reducir los gastos de atención primaria, mejora el manejo de enfermedades crónicas y aumenta la eficiencia general de la prestación de servicios de salud [ 18 , 19 ].

A pesar de sus numerosas ventajas, varios desafíos han dificultado la adopción generalizada de la telemedicina en medicina familiar. Una limitación clave es que no permite una exploración física completa. Además, las visitas virtuales tienen menos probabilidades de fomentar las mismas conexiones sociales y emocionales entre pacientes y profesionales de la salud que las visitas presenciales [ 3 ]. La imposibilidad de realizar evaluaciones físicas y la reducida interacción personal pueden afectar negativamente la adherencia al tratamiento y los resultados de salud [ 20 , 21 ]. Además, la falta de exploraciones físicas aumenta el riesgo de errores diagnósticos y la prescripción inadecuada de medicamentos [ 22 ].

La resistencia cultural y la falta de confianza en la tecnología entre los médicos de cabecera y los pacientes también pueden impedir la adopción de la telemedicina [ 23 ]. Además, una brecha significativa de alfabetización digital, particularmente en áreas rurales, puede obstaculizar el uso efectivo de las plataformas de telemedicina [ 24 ]. La capacitación inadecuada de los médicos de cabecera y la asignación insuficiente de recursos son barreras adicionales para una implementación exitosa [ 25 ]. Los médicos de cabecera y el personal de apoyo deben recibir una capacitación adecuada antes de participar en la telemedicina, y puede ser necesario comprar, instalar y mantener nuevos equipos. Los programas de telemedicina también requieren personal de tiempo completo para administrar y solucionar problemas de equipos y sistemas, lo que se suma al gasto general [ 3 ]. Para que la telemedicina funcione de manera efectiva, tanto los pacientes como los médicos de cabecera necesitan acceso a dispositivos adecuados y conexiones a Internet de alta velocidad. Además, los problemas de conectividad, como la mala calidad de la red o fallas en los equipos, pueden interrumpir con frecuencia las visitas virtuales [ 26 , 27 ]. Las preocupaciones sobre la privacidad también presentan riesgos significativos, ya que la información confidencial es vulnerable a la interceptación y el robo, y las medidas de seguridad adecuadas a menudo resultan costosas [ 3 ]. Por último, las normas de reembolso varían según el país y, en algunas regiones, las visitas de telemedicina aún no se reembolsan, lo que complica aún más su adopción generalizada [ 28 ].

La creciente integración de la telemedicina en los sistemas globales de atención primaria está respaldada por evidencia que enfatiza su seguridad, conveniencia y costo-efectividad [ 2 ]. Incluso en la era posterior a la COVID-19, se espera que la telemedicina siga siendo un componente esencial de la prestación de atención médica, abordando diversas necesidades de los pacientes, como el manejo de enfermedades crónicas, seguimiento de salud mental y servicios de asesoramiento [ 29 ]. Se anticipa que la atención virtual se expandirá aún más y se convertirá en una práctica rutinaria [ 28 ]. A medida que los sistemas de atención médica invierten cada vez más en infraestructura de telemedicina, es imperativo explorar sus áreas de aplicación, beneficios, desafíos y potencial para abordar las necesidades futuras de los pacientes [ 29 ]. Aunque investigaciones previas describen los beneficios y desventajas de la telemedicina en la medicina familiar, aún falta una comprensión integral de su impacto tanto en los médicos como en los pacientes como un modelo de prestación de atención. La mayoría de los estudios sobre este tema exploran principalmente el uso de la telemedicina en la atención médica [ 3 , 25 , 26 , 30 ] pero no se centran específicamente en la medicina familiar, lo que deja una brecha de conocimiento en esta área. Esto exige la generación de evidencia sólida y el establecimiento de buenas prácticas para guiar la implementación de la atención virtual [ 19 ]. Los estudios de revisión desempeñan un papel fundamental al proporcionar información práctica a los responsables de la formulación de políticas y a los gestores de atención sanitaria. Por lo tanto, esta revisión busca esclarecer las áreas de aplicación, las ventajas, las desventajas y la infraestructura esencial necesaria para integrar la telemedicina en la medicina familiar.

Métodos

Esta revisión de alcance se llevó a cabo siguiendo el marco de cinco pasos delineado por Arksey y O’Malley [ 31 ].

Identificación de la pregunta de investigación

El objetivo principal de este estudio es explorar las aplicaciones, ventajas, desventajas y requisitos de infraestructura asociados con la telemedicina en la medicina familiar.

Las aplicaciones de la telemedicina en medicina familiar

Según el modelo de Bostan et al. [ 2 ], las aplicaciones de la telemedicina en medicina familiar abarcan cuatro categorías principales: prevención, tratamiento, monitoreo/control y consulta/administración (Tabla 1 ). En general, se identificaron 81 casos de uso de la telemedicina en medicina familiar en todos los estudios. De estos, el 44% fueron para tratamiento, el 32% para monitoreo/control, el 15% para consulta/administración y el 9% para prevención. En la atención preventiva, la telemedicina se emplea para educación sanitaria, detección de cáncer, promoción de la actividad física y apoyo a programas para dejar de fumar. Dentro del dominio del tratamiento, los servicios de telemedicina son diversos y cubren tanto condiciones agudas como crónicas. Estos servicios incluyen la gestión de situaciones de atención aguda, como COVID-19, y el manejo de enfermedades crónicas. Las aplicaciones frecuentes en el tratamiento incluyen abordar condiciones agudas, prescripciones de medicamentos y renovaciones ( N  = 8). Además, la atención de la salud mental y el manejo de enfermedades crónicas son áreas de enfoque destacadas. Las aplicaciones de monitorización y control son particularmente significativas, siendo el seguimiento de pacientes diabéticos ( N  = 7) el uso de la telemedicina más frecuente en los estudios. Otras aplicaciones en este ámbito incluyen el seguimiento de la adherencia al tratamiento, la interpretación de los resultados de las pruebas de laboratorio y la supervisión de la atención prenatal. En el ámbito de la consulta y la administración, la telemedicina proporciona un valioso apoyo para la orientación en planificación familiar, el asesoramiento parental y la emisión de certificados de baja por enfermedad ( N  = 4).

Tabla 1 Aplicaciones de la telemedicina en los servicios de medicina familiar

Interfaz de usuario gráfica, Aplicación

El contenido generado por IA puede ser incorrecto.

Ventajas del uso de la telemedicina en medicina familiar

La Figura 2 muestra las ventajas de la telemedicina en medicina familiar y su frecuencia de repetición en los estudios. En total, se identificaron 17 beneficios distintivos de la telemedicina en medicina familiar. Entre estos, el 38% de los estudios reportó un mayor acceso para los pacientes, mientras que la comodidad del proveedor y la seguridad del paciente se mencionaron en el 32% de los estudios. Además, el cumplimiento de las preferencias del paciente se observó en el 30% y la comodidad del paciente en el 27%.

Figura 2

Ventajas de la telemedicina en medicina familiar

Los estudios destacan que la principal ventaja de la telemedicina es su capacidad para mejorar el acceso de los pacientes a la atención. Este beneficio es evidente de varias maneras: mejora el acceso para personas con movilidad limitada [ 5 , 29 , 49 , 50 ], para quienes viven en áreas remotas [ 9 , 47 , 50 , 51 ] y a través de un mejor acceso físico y económico para los pacientes [ 2 , 12 , 20 , 32 , 33 , 52 , 53 ]. La telemedicina mejora significativamente la continuidad de la atención, especialmente durante emergencias de salud, condiciones climáticas adversas que interrumpen la asistencia a los centros de salud o para ciertos grupos como estudiantes, ancianos y personas que luchan por tomarse tiempo libre del trabajo [ 2 , 5 , 9 , 18 , 49 , 52 ]. La telemedicina permite a los pacientes recibir consultas y atención en varios momentos y desde diferentes lugares, incluidos sus lugares de trabajo, mejorando así la comodidad y ahorrando tiempo [ 2 , 5 , 9 , 18 , 29 , 32 , 45 , 47 , 50 , 53 , 54 ]. Las consultas virtuales reducen el tiempo de viaje y brindan mayor comodidad a las personas que equilibran el trabajo y las responsabilidades familiares [ 2 , 5 , 9 , 12 , 29 , 32 , 36 , 42 , 49 , 50 ].

Algunos estudios enfatizan mejoras en la relación médico-paciente, citando una mejor comunicación, una calidad de consulta mejorada y mayores oportunidades para la educación del paciente [ 2 , 5 , 19 ]. Además, surgen beneficios financieros de la eliminación de los costos de viaje [ 2 , 32 , 42 , 50 , 53 ], tiempos de espera reducidos [ 9 , 12 ], atención de seguimiento más efectiva [ 5 , 20 , 32 , 47 ] y una calidad general de atención mejorada [ 9 , 47 ], todo lo cual contribuye a una experiencia positiva del paciente con la telemedicina [ 2 , 12 , 18 , 37 , 42 , 46 , 55 ].

La telemedicina también mejora la atención centrada en la familia al involucrar activamente a los cuidadores en el proceso de atención del paciente. Los familiares pueden participar en las consultas, proporcionar información adicional que el paciente podría no compartir y participar en la toma de decisiones [ 2 , 12 , 19 , 20 , 29 , 36 , 51 ]. Las consultas por video permiten a los proveedores de atención médica comprender mejor el hogar y el estilo de vida del paciente, lo que facilita evaluaciones más integrales [ 19 , 20 , 29 , 50 , 53 ]. Además, brindar atención de forma remota ayuda a garantizar la seguridad del paciente al minimizar la exposición a riesgos infecciosos, una ventaja clave enfatizada durante la pandemia de COVID-19 [ 2 , 5 , 12 , 29 , 32 , 35 , 37 , 45 , 49 , 53 , 56 , 57 ].

La telemedicina también ofrece varios beneficios a los proveedores de servicios. Los médicos la encuentran más conveniente, ya que la telemedicina permite realizar consultas desde casa y proporciona flexibilidad en la programación. Numerosos estudios han destacado estas ventajas [ 9 , 18 , 19 , 20 , 29 , 32 , 36 , 50 , 51 , 53 , 54 , 56 ]. Además, algunas investigaciones apuntan a una mayor satisfacción de los médicos [ 11 , 29 , 32 , 35 ], a menudo vinculada a un mejor equilibrio entre el trabajo y la vida personal, lo que permite más tiempo en familia [ 29 ] y una mejor calidad de vida en general [ 50 ]. Además, reducir el hacinamiento y la carga de pacientes en los centros de salud puede aliviar el estrés en el lugar de trabajo y potencialmente reducir los incidentes de violencia en el lugar de trabajo [ 2 ]. Por último, la telemedicina contribuye a mejorar la eficiencia de la práctica y el valor añadido [ 5 , 12 , 50 , 53 , 54 , 56 ]. Se ahorra tiempo que normalmente se pierde en tareas como admisiones y preparación de salas, y se reducen las citas sin asistencia [ 50 ], lo que se traduce en beneficios operativos adicionales.

Desventajas del uso de la telemedicina en medicina familiar

La Figura 3 muestra las desventajas de la telemedicina en medicina familiar y la frecuencia de su repetición en los estudios. En general, se identificaron 22 desventajas de la telemedicina en medicina familiar. La falta de examen físico y las barreras de comunicación/percepción se destacaron en el 30% de los estudios, mientras que las preocupaciones por la privacidad del paciente se citaron en el 24% y el acceso inadecuado a la tecnología de la comunicación se mencionó en el 20% de los estudios. Un desafío importante de la telemedicina en los servicios de medicina familiar es su incapacidad para realizar exámenes físicos [ 9 , 19 , 20 , 32 , 35 , 45 , 47 , 50 , 51 , 54 , 55 ]. La telemedicina resulta poco práctica para las consultas iniciales, las condiciones médicas complejas o las emergencias [ 5 ]. Además, algunos diagnósticos y decisiones clínicas no se pueden tomar sin realizar un examen físico [ 51 ]. Por ejemplo, diagnosticar las causas de mareos o erupciones cutáneas es difícil a través de síntomas autoinformados durante una llamada telefónica [ 51 ], al igual que condiciones críticas como dolor en el pecho o abdominal, problemas respiratorios, dolores de cabeza y trastornos musculoesqueléticos o neurológicos [ 20 ]. Sin una evaluación integral del paciente [ 2 , 42 , 47 ], la telemedicina conlleva el riesgo de diagnósticos inexactos [ 2 , 32 , 42 , 46 , 56 ], lo que puede conducir a prescripciones incorrectas, pruebas inapropiadas o tratamientos que son inadecuados o excesivos [ 32 , 58 ]. Además, un estudio sugiere que las consultas de telemedicina están asociadas con tasas más altas de prescripciones de antibióticos en comparación con las visitas en persona [ 58 ].

Figura 3

Desventajas de la telemedicina en medicina familiar

Las barreras de comunicación, como las dificultades relacionadas con el lenguaje, la audición y las señales no verbales [ 2 , 5 , 9 , 12 , 19 , 20 , 32 , 47 , 51 , 53 , 55 ], son desventajas significativas de la telemedicina. Estos problemas son particularmente pronunciados en adultos mayores [ 5 ]. La ausencia de señales no verbales [ 51 ], la limitada alfabetización en salud [ 51 ] y las dificultades que los pacientes pueden tener para articular sus problemas médicos, lo que complica la obtención de una historia clínica precisa [ 20 ], exacerban aún más estos desafíos. Además, el uso de herramientas de telecomunicaciones puede verse obstaculizado por la baja alfabetización tecnológica entre los pacientes y los MF [ 2 , 5 , 9 , 12 , 20 , 37 , 50 , 51 , 57 , 59 ], junto con el acceso insuficiente a tecnología de comunicación actualizada o la falta de soporte técnico [ 32 , 38 , 50 , 51 , 53 , 54 , 57 ]. Además, la ausencia de contacto visual durante ciertas consultas o desconexiones recurrentes de llamadas [ 5 , 12 , 50 , 51 , 54 ] ) reduce la efectividad y la calidad de la consulta [ 4 , 45 ].

La interacción personal limitada entre pacientes y proveedores de atención médica [ 12 , 20 , 35 , 45 , 50 , 54 ] puede socavar la confianza y la relación médico-paciente [ 2 , 32 , 57 ]. Se ha observado que la participación reducida del paciente en el proceso de atención es una preocupación importante [ 12 , 50 ]. La aceptabilidad también plantea un desafío, ya que los pacientes pueden no ver las consultas telefónicas o de video como visitas legítimas, lo que potencialmente socava la práctica de la medicina [ 2 , 5 , 9 , 47 ] y conduce a citas innecesarias o redundantes [ 2 , 18 , 32 , 50 ]. Si bien la telemedicina mejora el acceso a la atención médica, sigue siendo menos accesible para ciertas poblaciones, incluidos los grupos marginados, los hogares de bajos ingresos y los refugiados, que tienen acceso limitado a los dispositivos de comunicación [ 20 , 47 , 49 , 60 ], lo que exacerba las desigualdades en la atención médica.

La naturaleza de la telemedicina presenta un riesgo para la confidencialidad de los datos y la privacidad del paciente [ 18 , 32 , 33 , 45 , 47 , 48 , 50 , 51 , 57 ]. Si bien involucrar a un tercero en el proceso de atención puede ser beneficioso, también puede generar inquietudes sobre la privacidad [ 51 ]. Además, algunos estudios destacan que los proveedores de telemedicina pueden enfrentar fatiga, agotamiento y una mayor carga administrativa [ 18 , 20 , 33 , 34 , 51 , 54 ]. Estos desafíos surgen de consultas largas y agotadoras [ 51 ], fatiga por estar sentado durante períodos prolongados [ 54 ] y la mayor carga de trabajo administrativa que implica registrar datos de pacientes y coordinar comunicaciones o llamadas virtuales. Además, problemas como la falta de reembolso o las complejidades involucradas en la obtención de licencias pueden disminuir la motivación de los médicos para adoptar la telemedicina [ 12 , 39 ]. Algunos estudios también analizan las posibles amenazas a la seguridad laboral de los trabajadores de la salud [ 2 ].

Requisitos de infraestructura para el uso de la telemedicina en medicina familiar

La implementación exitosa de la telemedicina en medicina familiar requiere infraestructuras técnicas, legales y culturales robustas (Fig. 4 ). Se identificaron un total de 11 infraestructuras clave para el desarrollo de la telemedicina en medicina familiar. Los tres temas se mencionaron con frecuencia con respecto a las infraestructuras técnicas y de comunicación necesarias para la telemedicina: tecnología de la información y la comunicación en el 19% de los estudios, y dispositivos de comunicación y soporte técnico para usuarios en el 14% de los estudios. Las tecnologías de la comunicación y el acceso confiable a Internet son particularmente críticos en áreas rurales y remotas [ 11 , 12 , 18 , 38 , 49 , 51 , 57 ]. Los marcos legales, incluidas las directrices e instrucciones claras, son necesarios para definir el alcance de los servicios prestados e identificar los tipos de consultas que son apropiadas para la telemedicina [ 33 , 34 , 44 , 57 ]. Tres estudios destacaron la necesidad de una plataforma estandarizada para las interacciones médico-paciente [ 5 , 9 , 42 ]. Además, un sistema de triaje es esencial para evaluar qué pacientes son aptos para consultas virtuales [ 36 ]. También es importante documentar la información del paciente antes de las visitas virtuales y concertar citas de seguimiento [ 32 ].

Figura 4

Requisitos de infraestructura para el uso de la telemedicina en medicina familiar

Para facilitar la atención virtual, se debe desarrollar un sistema de registro de pacientes en la plataforma, con soporte disponible para los pacientes durante el proceso. Es crucial contar con personal dedicado para ayudar con cualquier desafío [ 5 , 9 , 32 , 38 , 53 ]. El cambio a la atención virtual introduce la necesidad de nuevos flujos de trabajo, lo que requiere cambios en los procesos, capacitación del personal y educación continua del paciente [ 18 , 32 , 34 , 57 ]. Tanto los proveedores de atención médica como los pacientes deben tener los dispositivos de comunicación necesarios para la telemedicina [ 5 , 9 , 32 , 38 , 53 ]. Ciertas tareas médicas pueden requerir dispositivos especializados, incluso si el paciente tiene el teléfono o el equipo de video requerido y una conexión a Internet estable. Por ejemplo, la atención virtual de rutina para pacientes diabéticos puede requerir instrumentos como un esfigmomanómetro o un medidor de glucosa en sangre [ 9 ]. Además, brindar apoyo técnico a grupos específicos, como los ancianos y las poblaciones rurales [ 12 , 49 , 51 ], junto con mejoras en la alfabetización digital y sanitaria [ 38 , 46 , 51 ], es esencial para brindar servicios de telemedicina efectivos.

Discusión

Este estudio tuvo como objetivo explorar el uso de la telemedicina en medicina familiar. Los hallazgos indican que la telemedicina presenta tanto ventajas como desafíos dentro de los servicios de médicos de familia. Los médicos de familia desempeñan un papel crucial en la prestación de atención primaria de salud, en particular en la promoción de la salud preventiva, el fomento de estilos de vida saludables, la garantía de la continuidad de la atención y la coordinación del manejo de condiciones médicas [ 61 ]. El estudio mostró que la telemedicina respalda una variedad de funciones de medicina familiar, que incluyen prevención, diagnóstico, tratamiento, consulta, seguimiento de pacientes y coordinación de la atención. Muchas consultas de médicos de familia se pueden realizar de manera efectiva a través de la telemedicina [ 20 ]. Las condiciones médicas que no requieren una evaluación en persona o que se pueden monitorear de forma remota, como los niveles de glucosa en sangre o presión arterial, son adecuadas para la atención virtual en el área de medicina familiar [ 62 ]. Los médicos de familia notaron que las plataformas virtuales son especialmente efectivas en el manejo de condiciones crónicas como hipertensión, diabetes y asma [ 36 ].

Los estudios demuestran que la telemedicina es tan eficaz como la atención en persona [ 30 , 63 ] y se ha convertido en un método ampliamente aceptado y apropiado para recibir tratamiento. También es rentable, ofreciendo ahorros en comparación con la atención convencional [ 30 , 64 ]. Los pacientes generalmente informan una alta satisfacción con la telemedicina, apreciando la conveniencia y flexibilidad que ofrece para administrar su salud [ 30 , 64 ]. Las consultas en persona a veces limitan la oportunidad de que los médicos de familia comprendan completamente la situación de un paciente debido a las limitaciones de tiempo. Sin embargo, investigaciones previas sugieren que la telemedicina puede mejorar la comprensión de los médicos de familia de sus pacientes [ 29 ] y fomentar la toma de decisiones colaborativa que se alinea con las necesidades, objetivos y expectativas de los pacientes y sus familias [ 29 ].

El auge de la atención virtual durante la pandemia de COVID-19 permitió la prestación continua de atención primaria de salud durante la cuarentena o cuando las consultas presenciales se consideraban demasiado riesgosas para los médicos de cabecera y los pacientes [ 20 ]. La telemedicina puede mejorar potencialmente el acceso a la atención médica para los grupos vulnerables [ 29 ]. En las zonas rurales, donde persiste la escasez de médicos de cabecera, los residentes suelen tener dificultades para acceder a la atención primaria de salud. La expansión de la telemedicina en las zonas rurales puede mejorar significativamente la disponibilidad de atención médica para estas comunidades [ 52 ].

La prestación de servicios de telemedicina ha suscitado inquietudes sobre posibles cambios en los roles clínicos, el riesgo de brindar demasiado o muy poco tratamiento, lagunas procesales e incertidumbres legales. Algunos estudios sugieren que los pacientes pueden no percibir las consultas telefónicas o por video como visitas médicas legítimas, lo que podría socavar el valor de estos encuentros virtuales [ 2 , 5 , 9 , 47 ]. La falta de exámenes físicos se ha convertido en el mayor desafío en el uso de la telemedicina por parte de los médicos de cabecera. Si bien no todas las visitas requieren un examen físico, los pacientes y los médicos de cabecera lo consideran un componente crucial de sus interacciones [ 20 , 50 ]. Los médicos de cabecera señalan que diagnosticar afecciones agudas a menudo puede ser un desafío, e intentar hacerlo sin un examen físico puede llevar a diagnósticos erróneos [ 36 ]. Sin embargo, esta limitación se mitiga en cierta medida cuando los pacientes contribuyen con sus propios datos, como tomarse la temperatura, y cuando las consultas por video permiten a los médicos observar los síntomas y evaluar la apariencia general del paciente [ 50 ].

La comunicación no verbal influye significativamente en las interacciones médico-paciente. La ausencia de señales no verbales durante las teleconsultas puede generar malentendidos, que pueden verse agravados por la baja alfabetización en salud y las afecciones médicas más complejas que suelen observarse en las poblaciones rurales [ 65 ]. Como resultado, a los pacientes les puede resultar difícil proporcionar información clara sobre sus medicamentos o presentar historiales médicos imprecisos, lo que aumenta la necesidad de derivaciones a clínicas u hospitales [ 51 ].

Un factor clave en la implementación exitosa de la telemedicina en el área de medicina familiar es la disponibilidad de suficiente infraestructura de información y comunicación. El acceso limitado a la tecnología, la conectividad inadecuada a internet y la lenta expansión de las redes de internet de alta velocidad son obstáculos significativos, particularmente en países en desarrollo, que dificultan las videoconsultas efectivas [ 26 ]. Las desigualdades en el acceso a banda ancha también presentan un desafío importante para expandir los servicios de telemedicina, incluso en naciones desarrolladas. Por ejemplo, las velocidades de internet rurales en Canadá son solo del 10 al 20% de las de las áreas urbanas, y a menudo están por debajo de las velocidades requeridas para videoconferencias [ 28 ]. Además, el acceso limitado de los pacientes a teléfonos inteligentes, computadoras y ancho de banda de internet adecuado exacerba aún más este problema [ 27 ]. La falta de instalaciones apropiadas para videollamadas obliga a muchos a depender de consultas telefónicas, lo que, según informan los médicos de cabecera, puede contribuir al agotamiento [ 51 ]. Las visitas virtuales generalmente involucran consultas por video o teléfono, lo que requiere plataformas que ofrezcan conexiones de video seguras, programación de citas, salas de espera virtuales y capacidades de intercambio y almacenamiento de datos [ 28 ]. Estas plataformas deben ser fáciles de usar, y tanto los pacientes como los médicos de familia deben recibir capacitación sencilla sobre cómo navegarlas. Además, a menudo se requiere soporte técnico para ayudar a los usuarios [ 66 ]. La asistencia gubernamental, como la ampliación de la capacidad de internet y la actualización a nuevas tecnologías de red, es urgentemente necesaria dadas las dificultades tecnológicas en los países en desarrollo, especialmente en las zonas rurales [ 26 ]. El desarrollo de infraestructura digital e internet de alta velocidad, especialmente en zonas rurales y marginadas, la prestación de apoyo técnico y logístico a las poblaciones desfavorecidas y la creación de plataformas de comunicación seguras y fáciles de usar requieren la colaboración intersectorial entre los sectores de la salud y las tecnologías de la información.

El desarrollo de directrices claras es esencial para determinar qué condiciones médicas pueden ser manejadas eficazmente por los MF a través de la telemedicina [ 20 , 50 ]. En una revisión, Loane y Wootton identificaron tres categorías de directrices para la telemedicina: técnicas, operativas y clínicas [ 67 ]. Las directrices pueden reducir el riesgo de litigio y estandarizar las prácticas laborales. La ausencia de directrices claras puede disuadir a los proveedores de atención médica de participar en servicios de telemedicina [ 65 ]. Sin regulaciones y protocolos bien definidos, los proveedores pueden enfrentar incertidumbre con respecto a la implementación de la atención virtual, lo que lleva a dudas en la adopción de prácticas de telemedicina [ 59 ]. Además, la ausencia de mecanismos de reembolso adecuados puede potencialmente impedir la voluntad de los proveedores de atención médica de ofrecer servicios de telemedicina, dadas sus preocupaciones con respecto a la viabilidad financiera y la compensación adecuada [ 65 ]. La escasez de reembolso suficiente o apropiado para las teleconsultas se ha identificado como un desafío destacado en numerosas regiones, incluidas África, Asia, Europa, América Latina, Canadá y los Estados Unidos [ 28 ]. Las preocupaciones sobre la privacidad siguen desempeñando un papel importante en la adopción de la telemedicina. Estas preocupaciones abarcan cuestiones como la seguridad de los datos, el cifrado insuficiente de las comunicaciones, el acceso no autorizado a las videoconferencias, la confidencialidad del paciente y la posibilidad de acceso no autorizado a información sanitaria sensible [ 68 ]. Los proveedores de atención sanitaria deben priorizar la protección y seguridad de la información del paciente en las plataformas de telemedicina [ 59 ]. Por lo tanto, uno de los componentes clave de los proyectos de desarrollo de la telemedicina es la infraestructura legal. Esto implica establecer directrices y protocolos clínicos pertinentes, así como definir los servicios médicos familiares que se pueden prestar a través de la telemedicina. Es esencial fortalecer los marcos legales y reglamentarios para proteger la privacidad del paciente y establecer directrices nacionales para el acceso a los datos del paciente [ 69 ]. Además, las compañías de seguros deben actualizar y revisar sus políticas de reembolso para apoyar la sostenibilidad de los servicios de telemedicina.

La baja alfabetización digital se ha identificado como una barrera importante para el desarrollo de la telemedicina [ 65 ]. La alfabetización digital implica una variedad de habilidades cognitivas y técnicas necesarias para usar eficazmente las herramientas digitales para encontrar, evaluar, crear y compartir información. Esto abarca la alfabetización informática básica, la competencia en el uso de Internet y la capacidad de evaluar críticamente el contenido digital. Para los pacientes, la alfabetización digital es esencial para comunicarse con los proveedores de atención médica, facilitar las derivaciones y las pruebas, y acceder a los portales en línea para pacientes [ 70 ]. Mejorar la alfabetización digital de los pacientes mejora su capacidad para comunicar con precisión los síntomas, los medicamentos y otra información relacionada con la salud, lo que a su vez mejora la precisión del diagnóstico [ 51 ]. Por otro lado, los médicos de familia deben desarrollar competencias en el uso de herramientas técnicas, la toma de antecedentes virtuales, la realización de exámenes físicos virtuales y el mantenimiento de una comunicación interpersonal eficaz [ 26 ]. Por lo tanto, la capacitación y el desarrollo de capacidades son componentes clave en el desarrollo de la telemedicina. La incorporación de la educación en atención virtual en los planes de estudio médicos y la garantía del desarrollo profesional continuo de los médicos de familia son esenciales [ 28 ]. Además, los pacientes deberían recibir capacitación sobre cómo usar dispositivos de monitoreo en el hogar, como tensiómetros, oxímetros de pulso, termómetros y básculas, para monitorear sus signos vitales y compartir estos datos con sus médicos de forma remota [ 20 ]. La conciencia pública sobre los beneficios de la telemedicina y su aceptación se puede mejorar mediante la implementación de campañas informativas nacionales.

Finalmente, la sostenibilidad a largo plazo de la telemedicina depende de la financiación y los marcos regulatorios. Las actualizaciones tecnológicas continuas, los requisitos de ciberseguridad y la capacitación continua de los profesionales de la salud son impulsores clave de costos para mantener los servicios de telemedicina. Estos gastos pueden suponer una carga significativa para los sistemas de salud que ya enfrentan presiones financieras. Como resultado, además de la financiación gubernamental y los reembolsos de seguros, las soluciones financieras innovadoras, como las asociaciones público-privadas y las inversiones privadas, son cruciales para garantizar la sostenibilidad y la viabilidad a largo plazo de la telemedicina [ 69 ]. También requiere marcos regulatorios sólidos que incluyan pautas actualizadas, estándares de calidad y medidas de protección de datos. El monitoreo y la evaluación juegan un papel crucial para garantizar la sostenibilidad, incluido el establecimiento de sistemas para rastrear y evaluar los servicios de medicina familiar prestados a través de la telemedicina, la realización de estudios para evaluar la efectividad y la identificación de desafíos y áreas de mejora.

Publicado por saludbydiaz

Especialista en Medicina Interna-nefrología-terapia intensiva-salud pública. Director de la Carrera Economía y gestión de la salud de ISALUD. Director Médico del Sanatorio Sagrado Corazon Argentina. 2010-hasta la fecha. Titular de gestión estratégica en salud

Deja un comentario