Dr. Carlos Diaz, Dr. Tobias Franzetti
ABSTRACT
Introducción: En Argentina, es común que se soliciten estudios prequirúrgicos de manera rutinaria antes de procedimientos de bajo riesgo, principalmente debido a prácticas institucionales y un enfoque de medicina defensiva, en lugar de estar respaldado por evidencia clínica o requerimientos legales. Aunque la literatura internacional no recomienda hacer pruebas indiscriminadas a pacientes habituales, sigue siendo frecuente cumplir con protocolos exhaustivos previos a la cirugía, lo cual incrementa los costos y provoca demoras operativas. Este estudio tiene como finalidad estimar la cantidad total de procedimientos anestésicos realizados en el país, calcular el impacto económico de la utilización excesiva de recursos diagnósticos y sugerir un modelo eficiente basado en la estratificación del riesgo.
Materiales y Métodos: Dada la dispersión de los registros sanitarios, se procedió a estimar el volumen anual de procedimientos quirúrgicos mediante una triangulación de fuentes que incluyó información sobre fuerza laboral (FAAAAR) y métricas propuestas por la Lancet Commission on Global Surgery. Se diseñó un modelo para la minimización de costos, valorizando una canasta prequirúrgica estándar conforme al Nomenclador de Salud del GCABA (2025). Asimismo, se proyectó un escenario conservador con una reducción del 30% en la solicitud de estudios complementarios, el cual se contrastó con las tasas de ineficiencia reportadas en la literatura (60-70%).
Se calculó que en Argentina se realizan unos 3.400.000 procedimientos anuales bajo anestesia general. Según el análisis de costos, si se racionaliza el 30% de las evaluaciones preoperatorias eliminando estudios de bajo valor clínico como análisis generales de laboratorio y radiografías de tórax en pacientes de bajo riesgo, se lograría un ahorro anual de $237.797 millones de pesos argentinos (aproximadamente USD 169 millones). Este ahorro no tendría consecuencias negativas sobre la morbimortalidad en el período perioperatorio.
Conclusión: La solicitud de estudios prequirúrgicos rutinarios en Argentina obedece principalmente a barreras administrativas, en lugar de directrices legales actuales. Resulta imprescindible la adopción de una Guía Nacional para la Evaluación Preoperatoria Selectiva a fin de rectificar esta ineficiencia asignativa. Su implementación permitiría fortalecer la sostenibilidad financiera del sistema a través del ahorro significativo de recursos, al tiempo que optimizaría el flujo de pacientes, reduciría las listas de espera y eliminaría barreras de acceso, sin afectar la seguridad del paciente.
INTRODUCCION
En Argentina, la realización de estudios prequirúrgicos previos a una intervención no es obligatoria por ley, aunque sí constituye una práctica extendida y frecuentemente requerida por instituciones y financiadores del sistema de salud. Esta incluye estudios tales como evaluación cardiológica, análisis de laboratorio, radiografía de tórax y electrocardiograma, entre otros. Sin embargo, la evidencia científica consolidada en las últimas décadas cuestiona la necesidad y el beneficio real de estas prácticas en cirugías de bajo riesgo, considerando el impacto que generan tanto en el paciente como en el sistema sanitario.
En un contexto de creciente preocupación por la eficiencia en el gasto en salud y la sostenibilidad del sistema, revisar las prácticas que no aportan beneficios clínicos significativos se vuelve una prioridad, impulsando una cultura de asignación eficiente y desimplementación de prácticas de bajo valor. La conducta de solicitar estudios preoperatorios de manera rutinaria parece responder más a una tradición médica o a la búsqueda de protección legal (medicina defensiva) que a una práctica basada en la evidencia.
El presente informe tiene como objetivo analizar la utilidad clínica, el sustento normativo y las recomendaciones internacionales sobre los estudios prequirúrgicos de rutina, con el fin de aportar fundamentos para la elaboración de una guía nacional de evaluación preoperatoria selectiva. Esto permitiría optimizar recursos, reducir listas de espera y disminuir los costos tanto para el paciente como para el sistema de salud, sin comprometer la seguridad ni los resultados clínicos.
Fundamentación y evidencia científica
Los estudios preoperatorios fueron concebidos originalmente para identificar comorbilidades relevantes o contraindicaciones para la cirugía. En la práctica actual, sin embargo, su indicación rutinaria se ha transformado en una conducta defensiva o protocolar, más asociada a la búsqueda de respaldo legal que a la evaluación clínica individual.
Una revisión sistemática publicada por el National Institute for Health and Care Research (Munro et al., 1997)1 ya señalaba la escasa utilidad de los estudios de rutina. Se observó que las radiografías de tórax mostraban hallazgos anormales en apenas entre 2,5 y 37% de los casos, con un impacto clínico que conlleve a un cambio de conducta terapéutica cercano al 0%. Los electrocardiogramas, hemogramas, pruebas de coagulación y análisis bioquímicos presentaban tasas similares: resultados anormales poco frecuentes y escaso o nulo cambio en la conducta terapéutica.
Los hallazgos son consistentes: los test preoperatorios rutinarios en pacientes sanos (ASA I y II) aportan escaso o ningún beneficio clínico. Según García-Miguel et al. (The Lancet, 2003)2, entre el 60% y el 70% de los estudios prequirúrgicos solicitados resultan innecesarios. Su eliminación o reducción no conlleva mayor riesgo para el paciente, mientras que representa un ahorro sustancial para el sistema. En Estados Unidos, se estimó que una política restrictiva podría generar un ahorro anual de miles de millones de dólares sin afectar los resultados en salud.
Entre las desventajas de los estudios innecesarios se incluyen los costos directos e indirectos para el paciente, el riesgo de falsos positivos que derivan en nuevas pruebas («cascada diagnóstica») y demoras quirúrgicas, y el aumento de la carga administrativa sobre el sistema.
Recomendaciones internacionales y guías clínicas
Diversas agencias sanitarias y sociedades científicas de referencia han desarrollado guías clínicas orientadas a limitar los estudios prequirúrgicos de rutina (Anexo 1).
- NICE (Reino Unido)4: Establece que para cirugías menores y pacientes ASA I o II, estudios como hemogramas, coagulograma, glucemia, función renal, Rx de tórax y ECG no están indicados de rutina.
- Choosing Wisely Canada / Asociación Canadiense de Cirujanos5: Desaconsejan radiografía de tórax y laboratorios general, hemograma, ionograma y estudios de coagulación en cirugías ambulatorias de bajo riesgo sin enfermedades sistémicas.
- Sociedad Europea de Anestesiología (ESA)6: Recomienda estudios solo ante antecedentes clínicos o signos relevantes (ecocardiografía en presencia de soplos nuevos o síntomas cardíacos, o glucemia/HbA1c en pacientes diabéticos u obesos).
- Clinical Decision Support Systems: Intervenciones recientes basadas en soporte digital han mostrado reducir hasta un 46% el uso innecesario de radiografías, con un ahorro global del 22% (The Lancet EBioMedicine, 2024)3.
A pesar de la evidencia, la adherencia es baja debido a dos factores principales identificados por Torres-Ruiz et al. (European Society of Medicine, 2024)7: conocimiento médico inadecuado sobre las nuevas guías y la modificación o abandono de una práctica suele ser más difícil que incorporar una nueva, especialmente cuando existe la percepción cultural de que el «exceso de estudios» ofrece protección legal.
Marco legal y situación en Argentina
En Argentina, no hay ninguna ley nacional que obligue a realizar estudios prequirúrgicos en cirugías de bajo riesgo. La Resolución 28/2012 del Ministerio de Salud, que aprueba el “Listado de verificación para cirugía segura”, tampoco especifica qué estudios prequirúrgicos deben hacerse.
La demanda vigente tiene un origen institucional y financiero, más que legislativo. Habitualmente, las obras sociales y entidades de medicina prepaga solicitan documentación sobre el riesgo quirúrgico para la autorización de procedimientos, lo cual transforma una recomendación clínica de bajo valor en un requisito administrativo. Actualmente, no se dispone de una guía nacional homologada que respalde una evaluación preoperatoria fundamentada en evidencia científica.
MATERIALES Y MÉTODOS
Estimación del Volumen Anual de Procedimientos Anestésicos en Argentina
Ante la ausencia de un registro unificado que consolide la actividad quirúrgica nacional, se calculó el volumen anual de procedimientos bajo anestesia general mediante una triangulación de datos:
- Estimación basada en la Fuerza Laboral (FAAAAR): Considerando una población activa de ~5.500 anestesiólogos certificados (~12,6 especialistas por cada 100.000 habitantes)12 y aplicando un modelo de carga laboral conservadora de 600-650 actos anuales promedio, se proyecta una capacidad instalada de 3.3 a 3.6 millones de procedimientos anuales.
- Validación mediante Métricas Internacionales: Contrastando con los indicadores de la Lancet Commission on Global Surgery 13, que establece una meta de acceso de 5.000 procedimientos por cada 100.000 habitantes y ajustando a la población argentina de 46.044.703 habitantes (INDEC, Censo 2022)9, el volumen teórico esperado oscila entre 2.3 y 2.7 millones. Sin embargo, nuestra proyección basada en la capacidad instalada (3.4 millones) arroja una tasa efectiva de ~7.380 procedimientos cada 100.000 habitantes. Este valor supera el estándar mínimo global y posiciona a la Argentina en rangos compatibles con naciones de ingresos altos.
Conclusión del Análisis de Datos Basado en la convergencia de estos modelos, este estudio estima que en Argentina se realizan anualmente un total aproximado de 3.400.000 intervenciones bajo cuidado anestésico.
RESULTADOS:
Proyeccion de ahorro de costos:
Para cuantificar el impacto económico, se valorizó una ‘Canasta Prequirúrgica Estándar’ en $233.135 ARS por paciente (Nomenclador MS-GCABA, Oct-2025)11. (Anexo 2)
Esta canasta incluye: evaluación cardiológica (consulta y ECG), Rx de tórax, perfil de laboratorio completo y consulta clínica de revisión.
Basándonos en la evidencia, se planteó un escenario de reducción conservadora del 30% en la solicitud de estudios prequirúrgicos (Esta proyección se sitúa deliberadamente por debajo de las ineficiencias del 60-70% reportadas por García-Miguel et al.2 y Esper, Stephen A. et al.3).
La aplicación de este factor de corrección sobre el volumen nacional proyecta un ahorro sistémico anual de $237.797 millones de pesos argentinos. Al tipo de cambio financiero vigente (diciembre 2025), esto representa una liberación de recursos estimada en 169 millones de dólares estadounidenses (USD) anuales.
Adicionalmente, se deben considerar los costos ocultos no cuantificados en este modelo financiero directo: el costo de oportunidad por las cancelaciones de último momento debido a falta de resultados (cuello de botella administrativo), y los costos indirectos asumidos por el paciente en términos de movilización y días laborales perdidos. La racionalización no solo reduce el gasto en salud, sino que mejora la calidad de atención al reducir los tiempos de espera para el turno quirúrgico.
CONCLUSIONES:
La evidencia internacional actual es concluyente: la solicitud rutinaria de estudios prequirúrgicos en procedimientos de bajo riesgo no ofrece beneficios clínicos significativos y genera una cascada de ineficiencias.
En el contexto local, este estudio pone de manifiesto que la adhesión a protocolos de testeo exhaustivo en Argentina no responde a una exigencia normativa legal, sino a la perpetuación de costumbres institucionales. Nuestro modelo de impacto económico cuantifica el costo de oportunidad en 169 millones de dólares anuales.
En consecuencia, se propone la adopción de una Guía Nacional de Evaluación Preoperatoria Selectiva. Esta herramienta, fundamentada en la estratificación del riesgo individual permitiría corregir la ineficiencia asignativa actual, garantizando la sostenibilidad financiera del sistema e incrementando la eficiencia global sin comprometer los estándares de seguridad del paciente.
BIBLIOGRAFIA:
1- Munro, J et al. “Routine preoperative testing: a systematic review of the evidence.” Health technology assessment (Winchester, England) vol. 1,12 (1997): i-iv; 1-62.
2- García-Miguel, F J et al. “Preoperative assessment.” Lancet (London, England) vol. 362,9397 (2003): 1749-57. doi:10.1016/s0140-6736(03)14857-x
3- Esper, Stephen A. et al. «Reducing Unnecessary Preoperative Testing through a Comprehensive EMR Based Digital Algorithm.» EBioMedicine, vol. 111, no. 2, Dec. 2024, art. 105509, https://doi.org/10.1016/j.ebiom.2024.105509.
4- Routine preoperative tests for elective surgery, NICE guideline. Reference number: NG45. Published: 05 April 2016.
5- Choosing Wisely Canada collection of lists July 6 2022
6- Halvorsen, Sigrun, et al. «2022 ESC Guidelines on Cardiovascular Assessment and Management of Patients Undergoing Non-Cardiac Surgery.» European Heart Journal, vol. 43, no. 39, 14 Oct. 2022, pp. 3826-3924, https://doi.org/10.1093/eurheartj/ehac270.
7-Torres-Ruiz, M., Aguirre-Olmedo, I., Torres-González, M., Villalvazo Zuñiga, W., & Villafranca F, J. (2023). Routine Preoperative Tests in Low-Risk Surgery. What About Adherence to Clinical Guidelines?. Medical Research Archives, 11(2). doi:10.18103/mra.v11i2.3625
8- https://www.argentina.gob.ar/normativa/nacional/resoluci%C3%B3n-28-2012-193516
9- https://www.indec.gob.ar/indec/web/Nivel4-Tema-2-41-165
10- https://www.isaps.org/media/rxnfqibn/isaps-global-survey_2023.pdf
11- Nomenclador MS-GCABA 15 Septiembre-14 Octubre 2025
12- Law, Tyler J., Michael S. Lipnick, Wayne Morriss, Adrian W. Gelb, et al. 2024. “The Global Anesthesia Workforce Survey: Updates and Trends in the Anesthesia Workforce.” Anesthesia & Analgesia, March, 10.1213/ANE.0000000000006836.
13- Meara, John G., et al. «Global Surgery 2030: Evidence and Solutions for Achieving Health, Welfare, and Economic Development.» The Lancet, vol. 386, no. 9993, 8 Aug. 2015, pp. 569-624, https://doi.org/10.1016/S0140-6736(15)60160-X.
ANEXO1:
Resumen sobre Guías internacionales
| Estudio | Realización de rutina en cirugías ambulatorias ASA 1 y 2 | Situación específica de realización |
| Radiografia de torax | NO | |
| Electro cardiograma | NO | Pacientes obesos, enfermedad cardiovascular, síntomas cardíacos y antecedentes de miocardiopatía genética |
| Hemograma | NO | Pacientes obesos o programados para cirugía de alto riesgo |
| Prueba de coagulación | NO | |
| Glucemia | NO | Pacientes con diabetes y pacientes obesos |
| HbA1C | NO | Pacientes con diabetes sin uno los 3 meses previos u obesos |
| Ecocardiografia | NO | Pacientes con signos o síntomas de falla cardiaca o patología valvular sin estudios en el año anterior. |
| Panel metabolico | NO | En pacientes con obesidad, enfermedad hepática, renal o tiroidea. |
| Analisis de orina | NO | Únicamente en pacientes donde el resultado de infección urinaria cambiaría la conducta. |
| Creatinina serica | NO | En pacientes con función renal disminuida |
ANEXO 2:
| Estudio | Nomenclador | Precio |
| Grupo sanguineo sistema ABO (aglutinacion) | LAB.01.66 | $3.353 |
| Factor Rh, D | LAB.01.52 | $3.353 |
| Hemograma | LAB.02.54 | $5.230 |
| Coagulograma basico (TP y APTT) | LAB.02.25 | $5.230 |
| Urocultivo | LAB.03.96 | $10.327 |
| Ionograma en sangre | LAB.02.62 | $5.230 |
| Glucosa en sangre | LAB.01.64 | $3.353 |
| Urea | LAB.01.135 | $3.353 |
| Creatinina en sangre | LAB.01.36 | $3.353 |
| Hepatograma | LAB.04.162 | $19.447 |
| Hepatitis B, HBS Ag | LAB.04.157 | $19.447 |
| Hepatitis B, Anti HBS | LAB.04.155 | $19.447 |
| Hepatitis B, Anti HBC | LAB.03.45 | $10.327 |
| Hepatitis C, Ac Totales | LAB. 04.160 | $19.447 |
| HIV, Ac Anti (ELISA) | LAB.04.173 | $19.447 |
| Consulta médica o profesional | CON.01 | $18.431 |
| Electrocardiograma | CAR.02 | $27.009 |
| Radiografía simple, hasta dos placas de una región anatómica | IMA.20 | $18.920 |