Dr. Carlos Alberto Díaz. Simplemente un Profesor.
Sencillamente quisiera expresar en este posteo, sin enojo, argumentando, no pensando en abstracto, sino tratar desde la objetividad, en ser objeto de un evento humano la EPIDEMIA por Covid 19, tratado de la única forma que se debe en forma veraz, para lograr la interacción, y la construcción de juicios prácticos, a las cuestiones dilemáticas, pero con la consideración que el nosotros y ellos en esto, debido a que el enemigo, el COVID 19, está afuera, no lo endocitemos, no lo internalicemos.
Sin pretender agotar el tema, en esta crónica de una sola pieza, sino abrir el debate discursivo, tampoco procura estrechar y la limitar la incertidumbre del conocimiento y saber hacer técnico que tiene minada las certezas, con las circunvoluciones cerebrales atiborradas de preguntas sin respuestas, que no dejan dormir, y observo a mi alrededor la falta de coordinación sanitaria y política, más allá de reunirse, que ya es un avance, de gente que se junta sin armonizar, con las desconfianzas casi “raciales” o de “creencias religiosas”, dogmas y cruzados, capitales cobardes y falta de solidaridad, pasarse las culpas como si fueran los que ocasionan esta saturación del sistema y de casos, que tenemos hoy y por las próximas cuatro semanas, los problemas centrales son la falta de trabajo mancomunado, cooperativo y complementario, por los enfrentamientos políticos, las denominadas internas, y la falta de recursos humanos que ya es histórica que ya no se puede reparar, por el tipo de mercado de salud que tenemos, por lo mal alineados los incentivos que tenemos, y por el desaprovechamiento de todas las estructuras y por haber desperdiciado el tiempo en hacer camas para pacientes LEVES que podrían estar en sus casas porque son jóvenes sin factores de riesgo ASOCIADOS y pueden estar en vigilancia telefónica en sus casas, y los tenemos aislados en establecimientos hoteleros, Exponiendo al personal a riesgo de contagio y los pacientes en recibir cuatro comidas, estar observando la televisión y pasando el curso de la enfermedad lejos de su familia y no sabiendo que les pasa a ellos, con el riesgo que siendo de los barrios más populares pongan en riesgo a sus convivientes, por las circunstancias sociales y no infecciosas.
Estamos haciendo las cosas decididamente mal, muy mal, no tenemos establecido quienes, si las jurisdicciones, municipios, provincia, nación, obras sociales, prepagos, entidades sanatoriales con fines de lucro integradas o no con financiadores, hospitales universitarios, hospitales militares, hospitales de comunidad y que van a contribuir cada uno de ellos al sistema de salud a las carencias de los otros, la provincia se comprometió a comprar camas frías a través de la obra social provincial IOMA a los sanatorios de la provincia de Buenos Aires, pero no se informó en esa contribución y salvataje que contrapartida efectiva recibiría, inferido este concepto por las declaraciones de las propias autoridades de la Provincia de Buenos Aires, “habilitó un sanatorio” en capital para derivar sus enfermos, en un acto político de acercamiento a Moyano, sin ningún sentido que forzar la apertura con un fin altruista algo que no podía cumplimentar los requerimientos.
La capital no trabaja en red con la provincia, ni esta con CABA, todos mirando nuestros ombligos y nadie con la grandeza de ver que se puede hacer trabajando en conjunto, como debe ser, deponiendo los impulsos de la construcción del poder, por el poder mismo. Las camas son de los ciudadanos, no de los que transitoriamente ocupan el lugar de la democracia indirecta, no son los dueños. Circunstancialmente algunos argentinos viven después de la General Paz, pero si recibimos alegremente ciudadanos de otros países, dándoles coberturas, como podemos instalar círculos de fuego para los nuestros como barreras geográficas de accesibilidad.
No dando el ejemplo, obligando a la gente que muera en cuenta gotas y no por el Covid, sin ingresos, sin trabajos, denigrantemente, prolongando el encierro, confinamiento y distanciamiento social, con una economía informal del 45% de la masa trabajadora que no tiene restos, porque uno siempre quiere morir de pie, no de la forma que otros mezquinos lo propongan, en su relato épico mentiroso e inconsistente, obligando a cosmetizar discursos vacíos y demostrar lo que no tiene justificación y es una pérdida de tiempo fenomenal, que no construye, destruye, aniquila, lo poco que teníamos de esta sociedad, en manos de personas que son nefastas, viendo con apego y fe, a todo el Ministerio de Salud bajo el liderazgo de Ginés Gonzalez García y su gran equipo intentando y logrando parcialmente el consenso en las políticas, desde visiones distintas, de equipos que son capaces, si no se les hubiera introducido la necesidad de responder a su líder político, tratando de mantener malabarísticamente los platos girar, mientras los otros les sacuden los brazos, y no los dejan trabajar, cuando no se puede decir toda la verdad, porque en una parte de la verdad esta una de las fracciones, que está gobernando, que se equivocó, en el diagnóstico, en los alcances, en la evaluación epidemiológica del riesgo, que puede ocurrir porque más allá del discurso de naturaleza científica están las aproximaciones hermenéuticas, y no es necesario responder tapando el viento con las manos, y no haciendo lo que se debe hacer, respetar los consensos.
Estamos a Tiempo:
Estamos a tiempo, ya, de construir una magnífica red de cuidado progresivo, integral e integrada respetando las obligaciones, contractuales de los privados, y abriendo órdenes de compra para no afectar los patrimonios de los privados y pagarlas, no tomar las cosas y no honrar los compromisos. Manejar un sistema único de información donde todas las cámaras privadas, y redes no incluidas en las mismas aporten sus recursos. Estos recursos son los humanos, y deben ser recompensados como se debe, no como objeto de escasa valoración, son lo más importantes que tenemos para salvar las vidas de los pacientes que tienen distress respiratorio, falla multiorgánica, tormenta inflamatoria y shock, esos pacientes son muy graves y requieren personas que tengan recursos, condiciones de trabajo y remuneración adecuadas.
Estableciendo una magnifica red solidaria público y privada para la atención de estos, pacientes, cuando la gravedad de la situación, por las próximas cuatro semanas nos llevará asistencialmente a tomar medidas drásticas y no tenemos que escuchar a quienes hablan hoy y no tienen responsabilidades, que responden mediáticamente a otros intereses o privilegios, tenemos que establecer como atenderemos a los que necesitan, como les daremos cuidado y soporte, para que su sistema inmunitario pueda generar anticuerpos que neutralicen la respuesta viral y cese la tormenta citokínicas, esperando que en el segundo ciclo que nos alcanzará en el próximo invierno ya tengamos la vacuna para generar anticuerpos.
Evitar los daños que esta pandemia generará entre nosotros como sociedad, entre los muertos que no deberían morir, entre los que dan su esfuerzo por nada que sea valorado, en los sacrificios sin dormir o estar todo el día viendo como se puede responder mejor, cuando otros, como la Sra. brinda discursos bizantinos e intenta construir justificaciones con spots, tratando de superar la presión judicial, por cuestiones que ya a esta altura, solo tenemos fe en que la historia juzgará manteniendo vivo el recuerdo y la lucha por la verdad, porque la otra señora justicia esta adormecida por el temor a perder los privilegios y por las dudas que todavía quiere continuar con esta cruzada anodina, que hasta se les limitan los fondos para generar la conectividad de los expedientes y las posibilidades para sesionar en salas de audiencias,
Reconocer que muchas de las cosas que se expresaron no fueron verdaderas reveladas, que nos equivocamos, que suponíamos ciertos comportamientos y la realidad nos pasa por arriba, y tal vez, las buenas intenciones no basten por es lo único que tenemos, la cantidad de casos, los muertos, donde se producen, de que lugar se originan, donde esta el primer caso, no lo que me dan para atender los pacientes no es suficiente y lo tengo que administrar,
Escuchamos y se publicita que se habilitan tantas camas, se compran respiradores como si fueran cosas inermes que no necesitarán de enfermeras, kinesiólogos, médicos, administrativos, camilleros y gestores para que se produzca la atención. Bueno ahora ya estamos, que la tribuna no silbe, la derrota es inexorable pero que sea digna y honrosa, no y se disminuyan las muertes y que no lleguemos a decidir por el último respirador, ni por el ultimo aliento de los que atienden.
Basta llamemos a silenciar los micrófonos y circunscribirnos a la atención sanitaria, desplegar todos los recursos, y empezar a testear, testear y aislar, hisopar, testear, cuidar e internar trabajo de campo, rastrear, contratar rastreadores, incrementar la conciencia social, el autocuidado, sostener el recurso de salud, internar precozmente los que hagan compromiso pulmonar o tengan comorbilidades, no hay curas milagrosas, ni remedios que aparezcan, en todo el mundo desarrollado pasa lo mismo, pero no se ve el ataque que ocurre acá, y querer manipular la información, para preservar el miserable capital político, ya esta señores ustedes están en un lugar en el peor momento y serán los mariscales de la derrota, y esto es así, dejarla correr, esperar recomponer las fuerzas para que dentro de tres meses podamos de a poco y cada día poder reconstruir los pedazos de la nación argentina, que quedamos tan lejos de las rutas de navegación de los conquistadores Españoles que siempre fuimos refundadores y que desde siempre fuimos asi y esta en nuestros genes, desde que las provincias antecedieron al concepto de nación.
Final
Mas que puntos de encuentro, se ven muchas acciones antagónicas. El riesgo que tenemos profesionalmente los que están en la macrogestión, y los que estamos en la meso, o sea transformando en acciones las políticas, ese riesgo no es un calificador de desempeño o de mal destino, sino la expresión inmediatamente formal y probabilística de eventos de salud, que podemos y debemos transformar, humanizar y dignificar.
Totalmente, de acuerdo y expresado a la altura de las circunstancias.
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las circunstancias de esta enfermedad que afecta a todos, no da lugar a que nadie se atribuya haber realizado las cosas mejor que otros, cuando la educación, la responsabilidad, la información transparente son tan importantes
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