Dr. Carlos Alberto Díaz. Profesor Titular Universidad ISALUD. 2024.
El futuro no es tan sombrío, y no todo tiempo pasado fue mejor. El sector de salud requerirá cada vez de mayor cantidad y calidad de talento humano, una tecnología más adaptada a las necesidades actuales y la ciencia de datos aplicada al análisis de la realidad y la in-geniería de los procesos.
La expectativas por tratar enfermedades y curarlas superan la realidad. El financiamiento es insuficiente y los precios de los dipositivos e insumos para países de bajos ingresos cristalizará la inequidad.
Es una crisis, pero que es multicausal y estructural, exigirá la acción coordinada de las universidades, gobiernos, financiadores, proveedores, asociaciones de médicos y sindicatos, para evitar el atropello que generan por disputa distributiva entre la tecnología diagnóstica, hospitalaria y farmacológica, las necesidades aumentadas de la población, y las dificultades con el acceso de calidad.
Son varias las acciones, pero el financiamiento, la falta de recursos económicos es lo principal, de alguna forma, los honorarios médicos y los salarios del equipo de salud deben estar acordes a lo que su esfuerzo representa en la sociedad y en el desarrollo de las naciones. La disputa por el recurso humano es despiadada, no tiene reglas, no está siendo abordada con seriedad, porque todo pasa por lo económico, que está por encima de lo social.
La matriz de costos de la salud, de la mano de la innovación tecnológica, de los nuevos tratamientos, de los nuevos fármacos, del rápido retorno de la inversión que requieren las empresas desplaza la significancia de la remuneración al equipo sanitario, por lo tanto la distribución en la estructura de gastos se ha modificado fuertemente. Esto lleva a los profesionales tener conductas oportunísticas post contractuales, cobrando aranceles por prestaciones acordadas.
El equipo de salud debe ser además cada vez más calificado, que sepa su propósito, que muestre compromiso y también capacidad de autoorganizarse, de modificar el modelo de prestación y atención por otro centrado en la persona, en la humanización de la atención, en la personalización, en el profesionalismo, la empatía, la capacitación continua, de entender que la consulta médico paciente es un dialogo entre dos expertos, el médico y el paciente, que es experto en lo que le pasa y siente. Esforzarse desde la gestión y la rectoría para disminuir el multiempleo, mejorar las condiciones de trabajo, reconocer la dedicación en tiempo y a lo asistencial, impulsar liderazgos que estén en la trinchera, las cosas no se resuelven en el escritorio si con información, participación y saber donde estamos yendo. Hay que premiar a los financiadores que sostienen su recurso humano.
La residencia médica está en crisis como proceso formativo, por duración, dedicación, proceso pedagógico, uso de la simulación, formación de habilidades blandas y competencias profesionales, la resultante es que no se cubren los cargos. La formación de grado también debe modificarse, son muchos años, los conceptos que se aprenden en los primeros cursos, cuando se llega al final de la carrera, a la integración nos encontramos que estos no son los adecuados. Entonces el problema está en la cantidad de alumnos, en espacios de aprendizaje que no agregan valor, problemas de espacio, uso innecesario de la virtualidad, no como complemento, en materias eminentemente prácticas. Duración de carrera de ocho años y contenidos curriculares. Se forman profesionales para un mundo que ya no existe. La post pandemia olvidó a los profesionales. Aplausos, segregación y olvido en ese orden.
El desafío clave es optimizar las intervenciones de cambio de comportamiento que aborden las barreras y los facilitadores de las prácticas recomendadas. Los comportamientos del Profesional de la Salud pueden estar determinados, entre otros, por el conocimiento, las influencias sociales, la intención, las emociones y las metas. A menudo se exige a los profesionales sanitarios que decidan qué medidas tomar en el contexto de una base de evidencia clínica compleja y a menudo poco clara. Los comportamientos de los profesionales sanitarios cuando prestan atención a sus pacientes se desarrollan dentro de sistemas complejos y en el contexto de múltiples demandas que exceden las fronteras de lo asistencial.
La tecnología, la transmisión, la capacidad de almacenamiento de datos, la interoperabilidad de los sistemas, la genómica, la trazabilidad del flujo de valor para los pacientes, la impresión 3 D, la simulación, la medicina traslacional, la nuevas formas de investigación, la aplicación de la inteligencia artificial en diagnóstico, en formas de tratamiento y probabilidades, en la investigación servirá para complementar y hacer más segura la atención. la tecnología no reemplaza al equipo de salud lo fortalecerá.
Los profesionales en Argentina y otros países, tienen riesgo patrimonial, y pueden convertirse en la segunda victima ante situaciones de demanda por supuestas mala praxis. La Asociación médica de los EEUU publicó un análisis de la frecuencia de reclamos, septiembre 2023, diciendo que casi un tercio (31.2%) de los médicos estadounidenses en 2022 informaron que habían sido demandados anteriormente.
«Incluso los médicos más calificados y competentes en los Estados Unidos pueden enfrentar un reclamo de responsabilidad médica en sus carreras, sin embargo, ser demandado no es indicativo de errores médicos», dijo el presidente de AMA, Jack Resneck Jr., M.D. «Toda la atención médica conlleva riesgos, sin embargo, los médicos están dispuestos a realizar procedimientos de alto riesgo que ofrecen esperanza de alivio de síntomas debilitantes o afecciones potencialmente mortales. Cuando los médicos son demandados, dos tercios de los reclamos de responsabilidad civil son retirados, desestimados o retirados sin un hallazgo de culpa. Cuando las demandas proceden a juicio y se deciden por un veredicto, los acusados prevalecen en casi 9 de cada 10 casos».
El retraso en los pagos, la inseguridad en el cobro, los débitos a las facturaciones, los riesgos, la necesidad de dar una medicina más personalizada, no se correlaciona con la valoración.
Los intermediarios en la salud se quedan con una porción importante del recurso, siendo el último y el principal afectado los pacientes, que requieren atención. La integración debe ser más efectiva, no tan intrincada. Sino la escasez cada vez será más manifiesta, y cobrará vidas.
Oslerismos:
- Sobre la enseñanza de la medicina: “No deseo otro epitafio… que la afirmación de que enseñé a los estudiantes de medicina en las salas, ya que considero que este es, con diferencia, el trabajo más útil e importante que me han encargado realizar”.
- O sobre libros y reseñas de pacientes: “Ver enfermos sin leer libros es como navegar por el mar sin cartas, pero leer libros sin ver enfermos es como no navegar nunca”.
- Sobre la toma de la historia clínica: “La toma de la historia clínica sigue la misma línea de pensamiento, no sugiere respuestas. Escribe la queja del paciente con las mismas palabras”.
- Al examen físico: Además de la inspección, la palpación, la percusión, la auscultación sugería la contemplación del paciente” “Todo el arte de la medicina consiste en la observación… pero educar el ojo para ver, el oído para oír y el dedo para sentir lleva tiempo, y empezar, poner a un hombre en el camino correcto, es todo lo que se puede hacer. «
- Sobre los pacientes: “Cada paciente que ves es una lección de mucho más que la enfermedad que padece”.
- The expectations trap in medicine
- Daniel Marchalik
- The Lancet. September 30.2023
Hablando a estudiantes de medicina en la Universidad de Toronto, Canadá, en 1903, William Osler reflexionó sobre su trabajo futuro. «La práctica de la medicina», observó, «es un arte, no un oficio; una vocación, no un negocio; un llamado en el que tu corazón se ejercitará igualmente con tu cabeza».
Lo que su dirección parecía implicar es que la carrera que sigue también es única, un valor atípico privilegiado entre las diferentes profesiones.
En 1913 en una serie de conferencias de la Universidad de Yale, Osler describió estas conferencias como «un vuelo en avión sobre el progreso de la medicina a través de los siglos».
La profesión de la medicina ha merecido históricamente un cierto respeto. Pero, ¿se ha traducido ese respeto en el mundo moderno? Es una pregunta que persiste en los márgenes de la novela de 2019 de Taffy Brodesser-Akner Fleishman Is In Trouble y la serie de televisión adaptada del mismo nombre. Además de provocar una serie de conversaciones sobre la naturaleza del matrimonio y el envejecimiento, estas obras exploran la relación moderna con el trabajo y el prestigio profesional.
La novela de Brodesser-Akner narra la experiencia de una pareja, Toby y Rachel Fleishman, en medio de un difícil divorcio. En la superficie, su historia es una de desalineación. Toby, un hepatólogo de un prominente hospital de la ciudad de Nueva York, es un personaje aparentemente quijotesco, enamorado de una visión osleriana idealizada de la medicina. «El padre de Toby era médico, y su tío era médico … Los Fleishman habían criado a sus hijos siguiendo el modelo de una persona con una bata blanca dando consuelo, paz y curación a alguien que lo necesitaba». Por el contrario, Rachel, una fundadora inmensamente exitosa de una agencia de talentos, es práctica y se centra singularmente en la seguridad financiera de su familia: «También le gustaría hacer cosas amables y maravillosas en el mundo. Pero, ¿qué hay de hacer esas cosas por sus hijos primero?», se pregunta.
Aunque la pareja no está de acuerdo en muchos temas, que van desde las escuelas de sus hijos hasta el diseño interior de su nuevo apartamento, el tema que causa más conflictos es el trabajo de Toby. El estatus de su profesión también preocupa a Toby. Persevera en el prestigio menguante de la medicina. «Un médico ya no era una cosa para ser», reflexiona con frustración, «¡Un médico! Había sido criado para pensar que un médico era algo respetable. ¡Fue algo respetable!» Sin embargo, en los círculos sociales de Toby, definidos por el poder y los ingresos, los escalones de élite son reservas para banqueros y financieros, y él se siente desencantado y varado en la periferia. El divorcio de la pareja se desarrolla en este contexto. Para Toby, la versión idealizada de la medicina existe en tensión con las realidades de la atención médica moderna: una transición antiosleriana del arte al comercio, de la vocación a los negocios y de la influencia creciente del complejo industrial médico.
Atrás quedó la era que Toby conocía de niño cuando «los fines de semana, los niños del vecindario se lastimaban las rodillas o tenían fiebres altas, y los padres del vecindario llamaban a la puerta de los Fleishman … Esta fue una buena vida, según Toby. Había valor y valor en ello». Para médicos como Toby, el valor es difícil de encontrar en un mundo donde la documentación ocupa tanto tiempo de un clínico, y muchos médicos en los Estados Unidos informan haber sido demandados a la edad de 55 años. Mientras tanto, una combinación de opciones de seguro privado o público y el acceso desigual a la atención en muchos entornos obligan a los médicos a navegar por la cuerda floja de los negocios y la atención médica.
En una entrevista en 2019, Brodesser-Akner reconoció la desconexión inherente entre el mundo que un estudiante de medicina imaginó y la realidad de la práctica médica.
«Estas eran personas que fueron a la escuela de medicina en la década de 1990 y pensaron que iban a tener una buena vida», dijo. «Supongo que me preguntaba si hay alguna industria en la que puedas vivir toda una vida sin que el suelo se mueva bajo tus pies de una manera tan profunda».
La respuesta, por supuesto, es no.
En un mundo que cambia rápidamente, ninguna profesión puede ser inmune a los cambios en la tecnología y la industrialización, un cambio que solo se está acelerando en la medicina con la introducción de la inteligencia artificial, la medicina virtual y los nuevos tratamientos.
Sin embargo, en medio de tal cambio, el llamado de la medicina perdura y debe ser alimentado.
La generación actual de médicos necesita preparar a los futuros médicos para el cambio que inevitablemente vendrá.
Una pregunta crucial en este esfuerzo es ¿cómo preservamos las partes de la medicina que inspiran a las personas a convertirse en médicos en primer lugar?