Las tormentas económicas amenazan con dejar a la deriva la salud

Esta editorial que discurre sobre el problema del ajuste en el financiamiento social y de salud de las naciones postergadas por sobre endeudamiento y la crisis de financiarización que ya volque en otros posteos la semana anterior en este blog, que recomiendo que lean porque expresan lo que Indermit Gill economista jefe del Banco Mundial nos dice.

https://saludbydiaz.com/2024/01/17/la-financiarizacion-de-la-salud/. https://saludbydiaz.com/2024/01/17/los-sistemas-de-salud-publica-en-la-era-de-la-financiarizacion-lecciones-del-caso-frances/

¿Alguien está escuchando al economista jefe del Banco Mundial? Muchos países, dice Indermit Gill, están «en camino a la crisis». Los países más pobres están «encorsetados en una trampa» que amenaza con «obstruir el progreso en muchas prioridades globales».

«Sin una corrección importante del rumbo, la década de 2020 pasará a la historia como una década de oportunidades desperdiciadas».

La principal preocupación de Gill, como se describe en una serie de informes del Banco Mundiales la paralización de la deuda, exacerbada por el aumento de las tasas de interés, que enfrentan muchos países de ingresos bajos y medianos.

A medida que los gobiernos luchan por pagar sus obligaciones de deuda, es probable que se reduzca drásticamente el gasto en servicios públicos, como la salud y la educación.

Los comentarios de Gill son una grave advertencia de las dificultades que se avecinan para la comunidad mundial de la salud. ¿Cómo deben responder los países?

En primer lugar, deben comprender la magnitud del problema. Las estadísticas son contundentes. La deuda está aumentando y superando el crecimiento económico en muchos países de ingresos bajos y medianos.

Según el Centro para el Desarrollo Global, los gobiernos de los países de ingresos bajos y medianos gastaron el 2,21% del producto interno bruto en salud en 2020, no mucho más que el 1,97% gastado en pagos de intereses. La asistencia para el desarrollo en materia de salud, de la que dependen muchos de los países más pobres, alcanzó niveles sin precedentes durante la COVID-19, hasta alcanzar unos 37.800 millones de dólares en 2021 y 2022.

Sin embargo, según el Banco Mundial, los países de ingresos bajos y medianos pagaron una cifra récord de 443.500 millones de dólares para pagar el servicio de sus deudas solo en 2022.

Se prevé que los reembolsos de la deuda aumenten un 10% para 2023–24, y casi un 40% para los países de bajo ingreso. Los más pobres son los más afectados.

En segundo lugar, deben entender que los recortes generalizados del gasto del sector público serían un paso en falso desastroso, tanto desde el punto de vista moral como económico. La inversión en salud es una inversión en las personas y, con ella, en el desarrollo, la prosperidad y la resiliencia y la seguridad de la sociedad. Un informe publicado en el Foro Económico Mundial concluye que abordar la brecha de salud de las mujeres podría impulsar la economía mundial en al menos 1 billón de dólares anuales para 2040. Ahora no es el momento de que los ministros de Finanzas dejen de lado la salud.

En tercer lugar, deben reconocer que los peligros para la salud derivados de una nueva era de austeridad van mucho más allá de los programas de salud. Como Terje Eikemo y sus colegas informan en The Lancet Public Health esta semana, la salud depende íntimamente de la educación. La cantidad de educación recibida muestra una relación dosis-respuesta con la mortalidad adulta por todas las causas. Cada año de educación adicional reduce el riesgo de mortalidad en un 1,9% de media, y hasta en un 2,9% para los grupos de edad más jóvenes. Los autores concluyen que su estudio «apoya los llamamientos a una mayor inversión en educación como una vía crucial para reducir las desigualdades mundiales en la mortalidad». En lugar de recortar los presupuestos del sector público, este es el momento de aumentar las inversiones en una amplia gama de programas sociales que protejan y promuevan la salud.

Sin embargo, muchos países tienen presupuestos limitados y los acreedores están llamando a la puerta. ¿Qué más pueden hacer? Hay medidas internas que pueden impulsar el gasto del sector público. Como se informa en un Informe Mundial, Tanzanía tiene una serie de opciones para financiar sus planes para lograr la cobertura sanitaria universal, incluida la tributación progresiva, la ampliación de la base impositiva y la introducción de gravámenes sobre los refrescos, el alcohol y los cigarrillos. Sin embargo, la mayoría de los países sometidos a presiones financieras recurren a políticas de ajuste de cinturón que hacen que las protecciones sociales se vean afectadas. 11 países que reúnen las condiciones para obtener préstamos de la Asociación Internacional de Fomento del Banco Mundial se encuentran en situación de sobreendeudamiento, y otros 28 corren un alto riesgo. Para los países en riesgo de impago, los rescates de las instituciones internacionales son conocidos por imponer estrictas condiciones de austeridad. El crecimiento económico puede reducir el riesgo de la deuda, por no hablar de aliviar la pobreza y apoyar el desarrollo. Pero, ¿cómo equilibran los gobiernos una agenda agresiva de crecimiento económico con un probable daño a los sistemas naturales que sustentan la salud planetaria y humana? Esta tensión aún no ha sido resuelta por completo por la comunidad sanitaria.

La respuesta internacional obvia es el alivio de la deuda. La Iniciativa Bridgetown es una propuesta de Mia Mottley, Primera Ministra de Barbados, para reformar el sistema financiero internacional. Mottley recomienda dar a los países apoyo inmediato de liquidez, reestructuración de la deuda a bajo interés, aumento drástico de los préstamos para el desarrollo e inversión verde del sector privado. También pidió una gobernanza financiera más representativa y equitativa y un sistema comercial más justo. Sus ideas se incorporarán a la Cumbre del Futuro de este año, que se celebrará en septiembre, y a la Conferencia sobre Financiación para el Desarrollo del año que viene. Sin embargo, la grave amenaza a la que se enfrentan los países no puede esperar a este cronograma pedestre. Con las guerras y las elecciones inminentes distrayendo a muchos líderes mundiales, las perspectivas de acción parecen sombrías.

Sin embargo, los países necesitan invertir en su población, y muchos necesitan alivio de la deuda para hacerlo de manera efectiva. Ignorar las advertencias de Gill corre el riesgo de tener consecuencias humanas devastadoras.

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Publicado por saludbydiaz

Especialista en Medicina Interna-nefrología-terapia intensiva-salud pública. Director de la Carrera Economía y gestión de la salud de ISALUD. Director Médico del Sanatorio Sagrado Corazon Argentina. 2010-hasta la fecha. Titular de gestión estratégica en salud

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