Dr. Carlos Alberto Díaz. Profesor Titular Universidad ISALUD.
Estamos transitando por el puente derruido de la grieta, desprendido, instalado por una democracia sustentada por las encuestas de opinión, compradas y un decreto de necesidad y urgencia que está esperando un dictamen sobre su frágil constitucionalidad y peor institucionalidad, perforado en su seguridad jurídica por múltiples amparos judiciales y suspensiones de puesta en vigencia por fallos tribunalicios, careciendo de bases indirectas de representaciones mayoritarias parlamentarias en diputados y senadores, ignorando la legitimidad del parlamento, de la justicia, de la iglesia, de las sociedades civiles deportivas, de los sindicatos y rotulándolos a todos livianamente de casta, o sea todo lo que no piensa ni acepta los postulados dogmáticos de la libertad avanza es casta, en un maniqueísmo extremo y apropiador de lo que es bueno o malo, las diferencias en la sociedad se incrementaran.
Este puente es desde la fundación española en el Río de la Plata, Conquistadores y pueblos originarios, dejando a ambos lados de la grieta, consecutivamente independentistas y monarquistas, unitarios y federales, civilización y barbarie, educación y atraso, conservadores y anarquistas, liberales y nacionalistas, peronistas, antiperonistas, gorilas y proscriptos, bandos militares azules y colorados, radicales y peronistas, kirchneristas y antikirchneristas, abortistas, antiabortistas, pañuelos verdes y pañuelos azules, kirchneristas y el cambio, libertarios y opositores, “Muchos gritan a voz en cuello que la Argentina está partida al medio por una grieta. Sin embargo ¿no es evidente que no hay una sola grieta sino que este país es, desde siempre, un país de grietas?”, se pregunta en la introducción Barriera. un país binario y en la actualidad más que nunca. Siempre a ambos lados hay intereses contrapuestos. Hoy es una grieta, un abismo de valores, de privilegios de defender la quinta, que nada cambie, tener el foco en el corto plazo, reglas de juego cambiantes, en un sistema básicamente enfermo.
El Presidente esta Presidiendo algo que detesta el ESTADO, dice que es una estafa el estado y sus formas de señoreaje, dice todo lo que hace el estado que el dirige es un robo. Por ello no construye alianzas, con gobernadores, con otras fuerzas políticas (insulta y desconoce a todos los partidos políticos), que se maneja con un núcleo reducido de confidentes, que llevan el macartismo a la política, si no pensas como ellos sos un «comunista asqueroso», no construyen acuerdos ni siquiera sobre sus programas que parecen verdades relevadas por las fuerzas del cielo, y cuando sus negociadores están avanzando los desautorizan, y comienza una nueva disputa.
Un gobierno que representa a corporaciones empresarias, que están impulsadas por las perspectivas de la modificación de la matriz exportadora de la argentina, por lo energético y la minería, la matriz jurídica, política y social. Pero mientras tanto se valen de las retenciones confiscatorias sobre los granos exportados que pierden competitividad en el mundo porque no sufren la misma imposición.
Para intronizar esas corporaciones como la burguesía que maneje el poder es necesario primero destruir y desacreditar. Impulsando una información sobre una posible estafa o negociado, sin que haya un expediente abierto. Luego destruir las corporaciones sindicales más contestarias que hace tres décadas en el poder, validadas por elecciones y los Ministerios de Trabajo. Corporaciones que por ahora se mantienen en silencio por una imagen aún favorable del gobierno.
Corporaciones que disfrutan del Salario en argentina es uno de los más bajos de América Latina: 280 dólares, contra 500 dólares de Uruguay, Chile, y un poco menos Brasil.
Pero cuidado. La recesión se esta llevando por delante la recaudación. La consistencia del plan esta en peligro. La recaudación impositiva del impuesto al valor agregado cayo el 16%, esto obligará a un mayor ajuste, si no se restablece el consumo. No hay consumo ni ahorro.
Han inventado que la bimonetización vendrá vía intrínseca. la hipótesis es como son un «gobierno creíble» los tenedores de dólares fuera del sistema formal lo invertirán. Después de las defraudaciones de los 2001 (depositaste dólares recibirás dólares) y 2018 (blanquea que nada de pasará), cuesta creer que la gente confíe nuevamente.
Estamos cruzando ese puente precario, hacia nuestro futuro incierto, no podemos volver hacia donde partimos, ya no hay retorno, porque allí quedó la Cámpora en el gobierno de la Provincia de Buenos Aires y una Cristina silenciosa esperando que nombre al juez Lijo. Los que gobiernan la Provincia que son Los militantes de las cajas recaudatorias y la soberanía sanitaria cubana.
No se sabe cuando se caerá ese puente, ni cual es la profundidad del precipicio (más pobreza, conflictiva social, hiperinflación, pérdida de derechos) y cual será el camino hacia el otro extremo.
Lo que tenemos como indicadores que la otra orilla no es un sitio próspero e inclusivo, un lugar de equidad, de desarrollo, de mejor sistema de salud y educación, sino de proyectos individuales, más ciudadanos pobres, sin futuro, con dificultades con la educación, el empleo formal, con el nivel de ingresos, el poder adquisitivo y acceder a la atención de la salud, se retrocede en calidad de vida, más muertes evitables, prolifera lo individual, sobre lo colectivo, se miente, se mira solamente una esperanza inconsistente de la gente.
Las condiciones sociales son objetivamente muy malas en la argentina de hoy, donde el 13,8% de la población en la indigencia no ingiere la mínima cantidad de proteínas recomendadas. Aumentaron 1,5 millones más de pobres, y 1 Millón de indigentes. Estas formas de gobierno han fabricado pobres. El desempleo real si lo medimos sin planes y con los despidos en el estado «tan festejados» esta cerca del 30 %. El 44% de nosotros somos pobres.
Estamos frente a una importante recesión económica, la caída del salario real, la fragilidad económica frente a los dólares comprometidos con importadores, un dolor sin esperanza, para la población, especialmente para los jubilados, que aportaron el 43% del ajuste, sin expectativas hacia el futuro, los medicamentos aumentaron el 131 %, los prepagos superan el 100%, los medicamentos y los insumos para el uso hospitalario aumento 173%, se aumenta el salario del personal de salud, pero no se actualizan los aranceles de la salud. El índice de confianza al gobierno cayó en los últimos 30 días en un 10%.
Combatir la inflación, la violencia urbana y el narcotráfico, fueron las motivaciones de la ciudadanía, eso es lo que embandera al gobierno las causas por la cual fueron elegidos, pero también que el costo lo pagaría la casta, no la clase media y la pasiva,los jubilados. Ninguna de las dos batallas parece estar ganándose, porque el narcoestado de Rosario esta más caliente que nunca y la inflación con los ajustes pendientes de los precios relativos parecen lograrse, con un manejo de las expectativas que llevó a los formadores de precio a cubrirse y cuesta volver para atrás con los excesos, cada vez más argentinos buscando radicarse en otros países, buscando tranquilidad, previsibilidad y perspectivas. Nunca había pasado.
Cual es la contención que se puede hacer de la situación social, de un ajuste muy tosco. Debiendo postergar aumento de gas, transporte y luz, adoptando reflejos gradualistas por la caída brutal de la demanda. El plan del gobierno no se sabe si será socialmente sustentable advierte el Fondo Monetario Internacional.
Deterioro del mercado laboral de la construcción y de la industria. Se pueden estar perdiendo unos 500.000 empleos si no se reactivan las obras publicas indispensables, ni se bajan los impuestos de los automóviles fabricados en el país. Con re cortes que no se podrán sostener en el tiempo no se puede seguir.
Se está haciendo un ajuste atolondrado, que enfrentará más temprano que tarde el peso de la justicia laboral por los despedidos sin causa, el mercado no quiere todo lo que necesitan los ciudadanos, ni las obras que hacen falta, porque no son negocio rentable rápidamente.
La ausencia de un Ministerio de salud frente a la epidemia de dengue y las transformaciones del sistema de salud, de un equipo que gobierne con valentía y conocimiento, no lo hay, ni podría con estos personajes, de una superintendencia en retroceso, que lo único que rinde es la inclusión de la discapacidad y una estructura de 3200 empleados que siguen pagando los trabajadores con sus salarios restándole dinero fundamental para pagar prestaciones costosas, que además tienen delegaciones innecesarias en todo el país, afectando la facturación de los hospitales públicos a las obras sociales, que producirá una disminución en los ingresos de los establecimientos, justos, porque cada vez darán menos prestaciones, en el ámbito privado, y los hospitales públicos requerirán más recursos para comprar insumos y medicamentos por incremento de pacientes.
Hace que el sistema de salud esté hacia la derivada, los proximos quince días serán cruciales para la ciudadanía, con el dengue y la situación de sobrecarga del sistema de salud. Tendríamos que seguir también la caída en la venta de medicamentos en la farmacia como algo alarmante, porque no están accediendo personas que los necesitan, la única salida no es el libre mercado, sino el mercado con algo de estado decente, para los más postergados, construir un pacto fiscal, un acuerdo en la forma que deseamos que tome nuestro sistema de salud.
Las obras sociales tendrán que tomar la iniciativa como entidades profesionales del seguro de salud frente a los ataques que pretenden sacarlas del sistema de salud.
Es un síntoma de la desesperanza que invade a todos los habitantes. No se hace nada para evitar el crecimiento de la economía informal. El sistema previsional quebrado. El sistema financiero y bancario que esta en función del estado, con acuerdos salariales otorgados en una mesa de negociación que están careciendo de la validación del Ministerio de trabajo.
Un evidente retraso en la remuneración profesional de los que cuidan de los pacientes, una crisis en el talento humano, en el ejercicio de la medicina, en la formación de los residentes. Carencias de profesionales porque no se le paga adecuadamente. Su esfuerzo no vale la pena. Ven deteriorada la posibilidad de hacer un esfuerzo para mejorar sus ingresos y encima cuando trabajan en relación de dependencia son alcanzados por el impuesto a los ingresos.
Altos niveles impositivos, que llevan a una carga tributaria superior al 50% en los que pagan en los que están en el sistema, para que no te den nada, con tasas, sobretasas, municipales, con impuesto al valor agregado, en artículos de primera necesidad, con aumento de ingresos brutos, impuesto a las rentas y a las ganancias, pagando cuotas de anticipos, porque con la tributación no alcanza. Aumentos de los impuestos provinciales por encima de la inflación y de las tarifas.
Entonces no hay otra alternativa que la mala calidad de vida, mala calidad de atención de la salud, los problemas sociales, la indigencia, los que deambulan por los desechos de la sociedad que hipócritamente se los llama trabajadores, recicladores urbanos, que revuelve y seleccionan la basura, juntando desechos reciclables, con hijos y parejas, hasta altas horas de la noche, para entregarlo los viernes en un ciclo de recolección y venta semana, con Cooperativas de dudosa constitución y que evidentemente no les da los beneficios solo a los gerentes de la pobreza, porque los vehículos que hacen la logística no podrían desplazarse por la ciudad.
Esta postal cotidiana de la hipocresía, de los mercaderes del reciclado, que les asignan una remuneración, que les abonamos con nuestros impuestos, para que realicen ese indigno e insalubre trabajo, que no debiera doler en nuestras conciencias, sobre que hacer con ellos, que podrían hacer, como podrían ganarse el sustento y recibir una ayuda para que dejen de hacer eso, que la basura se colecte y se seleccione no con esa tarea de esclavitud moderna, como si estuvieran puestos allí para mantener el equilibrio ecológico trasladando en un carro de supermercado lo que recolectaron, y viviendo un dialogo como en el film la vida es bella. Con niños jugueteando con muñecos recogidos en la basura, que otros niños no usan. Tratando de comer también de lo que le sobra a la gente, que se apiada y les da lo que les sobró de su mesa. Algunos enojados con esos pobres que deambulan sin rumbo por la ciudad, tachando los días grises de su existencia. Mujeres embarazadas, niños pequeños, expulsados del sistema. La dignidad de los recicladores urbanos existía una secretaria en bienestar humano para esta gente. Los compañeros, decían su dignidad de zambullirse en los contenedores para recolectar los desechos de una humanidad cada vez más desigual.
Me duele la Argentina. Su sistema de salud. Su mentira. Los que profesan el nuevo dogma. Los fanatismos del mercado. Y Castigan a los culpables, de la agnosia, de la miopía social de quienes nos gobiernan ya pensando en la elección de medio término, para introducirse por las ventanas de la democracia, solo podan llegar a la otra margen, donde solo estarán los sobrevivientes y tendrán salud quienes la puedan pagar lo que el negocio lo desee, y además preferentemente sanos y jóvenes. No solucionaron un problema de los ciudadanos, y ven como van a permanecer ocho años en el gobierno.
En la provincia de Buenos Aires que tiene 17,523 millones de habitantes, quedará bajo un modelo estatista de salud, sus integrantes de la Fundación soberanía sanitaria, admiradores del modelo cubano de salud, de su escuela de salud pública, algo un tanto nostálgico de los sesenta, retrogrado y que deja a un lado los principales avances del capitalismo en la salud de las personas, utilizando, colonizando a la principal obra social, y no para bien, sino destruyéndola. Las instituciones no son el problema sino los hombres o los equipos que las presiden.
Los desafíos de la fuerza laboral de salud siguen siendo una de las mayores preocupaciones de los líderes de atención médica y, desafortunadamente, la mano de obra actual y futura del personal clínico nunca será suficiente para manejar la creciente población de pacientes mayores y clínicamente más complejos.
Si bien la tecnología no reemplazará a los humanos, se convertirá en un miembro más integral del equipo de atención. El futuro de la prestación de cuidados radicará en un enfoque de equipo de atención dependiente de la tecnología, en el que los trabajadores de la salud se centren en sus mayores ventajas comparativas sobre la tecnología. En la búsqueda de una atención de primer nivel, los roles de los médicos, los procesos de toma de decisiones y los flujos de trabajo evolucionarán para ser más seguros y precisos.