Dr. Carlos Alberto Diaz. Profesor titular Universidad ISALUD.
Se perdió la señal del GPS.
Por qué lugar está pasando la discusión del sistema de salud, es claramente un final de época, sin entender que vendrá, no es muy fácil de entender, porque se entremezclan razones e intenciones, privilegios y necesidades, grietas y ruptura de puentes en la sociedad, que no se dialoga sobre qué salud quiere y necesita, se confronta, se violenta con la palabra, los temas están referidos al financiamiento, la cobertura, la intermediación, las obras sociales nacionales, la delegación de responsabilidades a las provincias de un país federal, una deriva hacia la concentración, pero nada relacionado con la mejora del acceso, con la calidad de las prestaciones y la seguridad de las prestaciones, la salud bucal o mental de las personas, sino que los precios de los planes de medicina prepaga se fijarán libremente, que todos los aspectos de los planes aumentaran en igual proporción, que se liberan los traspasos, pero no existe ningún aspecto que nivele el dintel recaudatorio, para llegar al costo del programa médico, una supuesta revisión del P.M.O. que será una puesta en claro para la justicia, que de acuerdo a un fallo de la corte, se consagró que este aspecto es solo un piso y una ley que le dé entidad institucional al COFESA.
No se habla como integrar en el sistema al PAMI y las obras sociales provinciales o las de derechos especiales. Como se fijará o actualizará el precio del monotributo a la salud, cuando se impulsa un control específico como estos reciben las prestaciones.
Como se afrontará el mayor problema fiscal que tiene un sector privado tan importante como el de la salud, que se sostiene en una emergencia económica, que no se podrá afrontar, con más de 23 años de vigencia, lo cual pone a todas las instituciones a distancia de una decisión de la entidad de recaudación fiscal. No se avanzan en paliativos de como compensar el IVA Compras que tienen un crédito a su favor, que podría compensar en parte los aportes patronales no abonados.
El aumento de los precios de los medicamentos, que son los que más influyen en la estructura de costos de la salud, los mismos superan a los de los países de origen, siendo bienes que no tendrían porqué tener elasticidad, parecen tener a juzgar por la disminución de la venta de unidades en el mostrador. Amenazas de importaciones de otros países de medicamentos intenta sin plan real mitigar esta posición de los laboratorios.
El precio de algunos tratamientos que tienen evidencia científica, pero no asequibilidad, generando un gasto catastrófico para los financiadores, gerenciadoras y pacientes, que se aferran a esperanzas, cuyo fundamente debe ser revisado y avalado por expertos. Que genera un costo de oportunidad fatal a otras prestaciones, que son integrales y de mayor impacto colectivo.
Los problemas de siempre para aumentar la productividad en los hospitales públicos, por su amateurismo de gestión, la carencia de profesionales, y en especial la falta de anestesiólogos suficientes. Los problemas ocasionados por las formas de contratación, pago y remuneraciones del sector público. Los serios inconvenientes en la consideración escalafonaria de la enfermería. El agotamiento de los equipos de salud. Las residencias que quedan libres.
El serio retraso en los honorarios por parte de las obras sociales que habilita a los médicos al cobro de diferenciales.
Los salarios atrasados que dificulta llegar a niveles de financiamiento per cápita adecuado a la cobertura de los costos. Muchos trabajadores de la salud integran el colectivo de los trabajadores que teniendo empleo formal caen en la pobreza. El salario no genera dignidad.
La posibilidad que el Dengue endémico en Argentina se convierta en epidémico y la escasa adherencia a la vacunación que tienen los grupos que hasta ahora la podrían recibir. Su carencia en el ámbito privado para poder acceder a la misma pagándola del bolsillo.
El retraso en los turnos y las listas de espera ocultas que tienen los pacientes. Se están tratando pacientes que llegan a la consulta con tumores más avanzados y a mayor edad.
No contempla los determinantes sociales de salud. Los DSS, son “los factores no médicos que influyen en los resultados de salud. Son las condiciones en las que las personas nacen, crecen, trabajan, viven y envejecen, y el conjunto más amplio de fuerzas y sistemas que configuran las condiciones de la vida diaria.
No se habla de como combatir los costos de la ineficiencia, que es un 30% del total del gasto, que podría redistribuirse.
Una función de rectoría cada vez más débil. Resoluciones que emite la autoridad de aplicación sobre los medicamentos y quienes lo deben prescribir, que generó tal incordio, que naufragó antes de empezar.
En la salud la desregulación es importante, pero debe entenderse que es un proceso que contiene e involucra a personas, que están enfermas, que reciben un tratamiento médico costoso, que no podrían pagar si no tuvieran cobertura, que los sistemas públicos hoy no podrían recibir más demanda, que la inversión en salud que a pesar de ser al proporcionalmente es el 10% de un país empobrecida y de que lo más importante son los determinantes de la salud no vinculados al acceso a la prestación médica, que hoy están quiescentes, esperando que algún excedente caiga de un dintel que no tiene limite para su acumulación. La desregulación debe tener secciones que puedan contener y alojar a los colectivos postergados de la sociedad para que no queden sin atención, Y QUE NO CAIGAN EN EL ABISMO DE LA GRIETA.