Dr. Carlos Alberto Diaz. Profesor Titular de la universidad ISALUD.
La narrativa de la red:
La atención de salud exige integralidad, continuidad y longitudinalidad, modelos prestacionales que no brindan los prepagos, las obras sociales nacionales, provinciales, los sistemas públicos de salud provincial y municipal, que exige exageradamente la coparticipación de los usuarios. la búsqueda de atención consciente y responsable de los pacientes, que si no expresan su demanda no será visibilizados por el radar de la salud. Es un gran déficit del sistema. Que se paga con años perdidos de calidad de vida, y con años de vida potencialmente perdidos por muertes prematuras.
Está ampliamente difundido que ahora vivimos en una sociedad en red, en la que la proliferación de las tecnologías de la comunicación de la información ha hecho posible nuevas y diversas formas de redes sociales interconectadas, tanto en aspectos Culturales, sociales y relacionados con la actividad económica (Castells 2011). Aunque el concepto de red se invoca a menudo con referencia a las nuevas redes sociales y los modos de Organización, también se deriva de una corriente de larga data de pensamiento sociológico y antropológico sobre redes marcadas por la descentralización Marca redes y redes en servicios de salud y atención en sistemas locales de salud.
Las características interconectadas y modeladas de la vida social cotidiana, como el de las relaciones, las redes ocupacionales, sociales o comunitarias (Scott 2002) no acercan si no se utilizan correctamente, pueden ser una gran herramienta en los sistemas de salud. Sin embargo, el concepto de red fomenta simultáneamente un nivel distinto de investigación en ciencias sociales que asiste, menos a las personas o lugares como unidades categóricas de Organización, y más a las relaciones entre ellos, diferente interacciones y tecnologías (Scott 2002). También esta narrativa de la red se ha convertido en una característica omnipresente de las políticas públicas contemporáneas. En términos generales, se cree ampliamente que lo Económico y los desafíos políticos a los que se enfrenta la sociedad actual requieren los diversos recursos y capacidades de diferentes especialistas y partes interesadas para participar en la formulación de políticas más inclusivas e implementar soluciones más coordinadas de integración en el acceso a la salud y al educación. También narrativa de la red tiende a seguir una lógica familiar (Bevir 2013).
Hecho es que, los modos tradicionales de la administración pública estaban dominados por la gestión burocrática y Centralizada, expresada por una autoridad de arriba hacia abajo del Estado, con decisiones políticas aplicadas a través de la planificación y delegación burocrática. Esto afecta supuestamente la innovación y favorece el trabajo aislado, segmentado, en detrimento de la eficiencia servicios públicos. También reformas neoliberales de la década de 1980 y más allá vieron la introducción de una Nueva Gestión Pública (NPM) más descentralizado de los actores políticos se hicieron responsables de tomar e implementar decisiones políticas, sobre la base de interés individual con relaciones de mercado. Esto fue visto como fragmentación de los servicios públicos en la medida en que el servicio público Organizaciones no podía colaborar en torno a los complejos problemas a los que se enfrentaba la sociedad.
También la narrativa de la red surgió como una respuesta a los límites tanto de la burocracia como de los mercados como mecanismos de coordinación y distribución social al abogar por un modelo de gobernanza pública en el que múltiples actores de políticas compartan recursos, tomen decisiones más unidas y proporcionen servicios más coordinados. Para muchos defensores, la Nueva Gobernanza Pública (NPG) representa un enfoque más progresista, inclusivo y democrático que se asocia con cualidades como la confianza, la mutualidad y el compromiso, la colaboración y el co-diseño; en lugar de la obligación contractual o la regla delegada. Dentro de la literatura de política pública y gestión, el término «redes políticas» ha sido definido como patrones estables de relaciones Redes descentralizadas y Redes en Servicios de Salud y Atención entre actores independientes, que toman forma en torno a problemas de políticas y/o programas políticos.
En primer lugar, las redes Ofrecen decisiones la posibilidad de decidir por acciones más inclusivas y democráticas mediante la habilitación de múltiples partes interesadas para dar forma a políticas y servicios (Ansell y Gash 2008).
En segundo lugar, las redes proporcionan flexibilidad para ayudar a los actores locales a trabajar juntos para abordar los problemas de política «perversos» cuya solución está fuera del alcance de una Organización (Ferlie et al. 2013).
Las redes reúnen las habilidades y los recursos de los agentes divergentes, permitiendo así respuestas más dinámicas e innovadoras a los problemas de política (Klijn Y Koppenjan 2000).
En cuarto lugar, las redes promueven relaciones abiertas, confiticos, recíprocas y de cooperación entre Organizaciones y los individuos (Kickert 1997), lo que llevó a más eficiente formas de trabajar y promover el intercambio de conocimientos y la innovación.
Podría decirse que la narrativa de la red ilustra la influencia ideas particulares de ciencias sociales sobre políticas públicas y gestión. Klijn Y Koppenjan (2012) describen cómo tres perspectivas de base distintas informan el pensamiento contemporáneo sobre la «gobernanza de la red».
Aún así, las instituciones profesionales cambiantes, donde los límites y las jerarquías de estatus siguen complicando todas las variedades de política pública y gestión en el ámbito de la salud (Waring y Currie 2009).
De otras maneras, la narrativa de la red adoptada por los responsables políticos tiene el potencial de edificar las relaciones sociales haciéndolas concretas y susceptibles de planificación y gestión.
Con esto se pretende decir, que las redes a menudo se presentan como entidades tangibles o discretas basadas en la formación de nuevas relaciones de trabajo entre grupos desconectados (Waring et al. 2017).
Como tal, si la red está adecuadamente diseñada con los agentes necesarios, y se proporcionan las directivas e incentivos adecuados, se producirá el intercambio de recursos y la mejora del servicio.
Se puede ver, por ejemplo, con la extensa literatura sobre «redes obligadas» o «administradas» y el correspondiente aumento de intereses en la «gestión de redes» y la «orquestación de redes» que hablan de la idea de que los gerentes necesitan identificar y reclutar actores específicos de la red, construir relaciones de red y aprovechar beneficios.(Klijn 2010; McGuire 2006)
El concepto de la red ha remodelado casi todos los aspectos del sistema de atención de la salud, desde la toma de decisiones de políticas de alto nivel, donde los departamentos gubernamentales coordinan las actividades en torno a los problemas de política, hasta la planificación de la atención regional a través de redes de agencias de salud y atención social, pasando por redes interprofesionales en la prestación de servicios de primera línea (Waring et al. 2017).
En su revisión de Organización de redes de salud, Sheaf y Schofeld (2016) distinguen entre seis diferente tipos de redes, incluyendo
(i) «redes de atención» que intervienen en la coordinación de los servicios de atención;
(ii) «redes profesionales» para la coordinación. Representación de intereses ocupacionales;
(iii) «redes de proyectos» que se formen en torno a una iniciativa específica ;
(iv) ‘Programa redes diseñadas para implementar una determinada política o reforma Programa;
(v) «redes de experiencias» que reúnan a pacientes o públicos con experiencias e intereses compartidos; y
vi) «redes de interés» que Moviliza en torno a agendas particulares.
La tipología revela cómo las redes en el cuidado de la salud pueden variar según el propósito y la intención, la forma y la estructura, y el interés y la ideología.
Además, muestra cómo algunos son aparentemente objeto de política o gestión, tanto que son una herramienta o técnica de gobernanza; mientras que otros son más emergentes y potenciales en oposición a la política, en tanto que promueven intereses divergentes.
Final:
En el contexto contemporáneo, tres iniciativas destacadas dan una idea clara de la forma en que la narrativa de la red continúa guiando las reformas de la salud y la atención; cada uno de los cuales es objeto de investigación presentada en esta intervención.