Editorial: Nadie reconoce la calidad entre los que financian. Menos la paga.

Carlos Alberto Díaz. Profesor Titular Universidad ISALUD.

Los prestadores de salud que deseamos promover un liderazgo impulsado en valores estamos condicionados por algunos factores dilemáticos, como es la relación injusta entre resultados, la calidad de las prestaciones, desempeño y pago por los financiadores. El desbalance entre el sacrificio económico institucional y su reconocimiento en precio. Los financiadores pagan más los pacientes complicados, inclusive con morbilidades adquiridas en la propia institución. La cuenta final, para las obras sociales, o las prepagas es que la calidad prestacional no es más cara. Un paciente complicado a los financiadores le genera externalidades que le deben pagar a los pacientes. Esto fue demostrado y significado en este blog. Pero la visión miope de los financiadores es otra, e instalan canibalización por precio.

La calidad cuesta, pero no más que la no calidad, la ineficiencia y los desperdicios, el problema es que las complicaciones aún implican un reconocimiento económico, por usar medicamentos de mayor costo o más días de estancia. Resultando en una mayor facturación.

Mantener los equipos de salud entrenados, estables, organizados y productivos, tiene un costo, no le interesa a los financiadores, tener farmacia clínica y trazada también, para reducir la incidencia de eventos adversos por medicamentos, impulsar la actualización en los microsistema de salud, para que sepan la evidencia clínica, que tengan datos en una historia clínica electrónica para decidir, controlar que no se pidan estudios de más o se repitan innecesariamente, cuando al prestador le conviene que le paguen los estudios de alta complejidad, conocer más los antecedentes de los pacientes, medicamentos de calidad, para el paciente correcto en la dosis adecuada, quirófanos seguros, bien circulados, supervisados e instrumentados, prevención de los eventos adversos vinculados al cuidado de la salud.

Tener la cantidad de enfermeros suficientes, profesionales y licenciados, buenos equipos quirúrgicos y material tecnológico certificado, como se requiere. Que los médicos no hagan guardias de 24 hs sino de doce horas. tener servicios y médicos de planta. Generar una cultura de seguridad, difundir y sostener los bundles de la asistencia respiratoria y vías centrales, tener un área de calidad, sostener un programa de control de infecciones y relevar la cultura de seguridad de pacientes.

Mejorar la comunicación y los pases de guardia. Usar apropiadamente las sondas vesicales, retirarlas cuando ya no se necesitan. No demorar la resolución de los pacientes. Escribir y respetar las guías clínicas. Tratar de gestionar por procesos. No seleccionar casos porque sean muy complejos sino atender a todos bien, con un plan de diagnóstico y tratamiento, completando las historias clínicas, para que sean la principal herramienta de comunicación segura y certificada, entre los médicos, entre las instituciones y los financiadores, entre las instituciones y sus pacientes.

Hay que Incentivar la acreditación de las instituciones, tanto en procesos y resultados. Pero, si la competencia es por precio, sin equivalencias en calidad, no hay competencia, sino se compite entre los que padecen agenesia moral, y los que se preocupan por un buen gobierno clínico. Encima parece que los que exigen calidad son unos equipos disfuncionales que exigen más de lo que se puede sustentar. Los que son los administradores de las instituciones, pretenden equipos que se arreglen con lo que tengan y no pidan más.

Los pacientes internados requieren enfermeras, médicos, kinesiólogos y administrativos que los ayuden durante su estancia, cuanto más graves están más personal se necesita, cuanto más grave, mayor control de sus parámetros. Buena calidad de medicamentos, excelentes y concluyentes estudios de diagnóstico, informes claros, para que la familia este enterada, rapidez en la realización de estudios complem4ntarios y se paga por día cama estando esas variables incluidas en el precio del módulo, lo que en la repetición excesiva se drena parte de la capacidad de resolución.  

Nadie paga la atención centrada en la persona, la humanización de la atención, el seguimiento longitudinal del paciente y evitar que se compliquen. Darles continuidad de atención. Libertad para decidir en función de la coparticipación de los pacientes.

Entonces porque hay que trabajar en calidad, primero por los pacientes, luego por la deontología, la imagen institucional, el prestigio, y porque disminuyen los riesgos institucionales. La valoración de los pacientes mediante sus percepciones o la calidad de vida que genera la atención o prestación los fideliza.

Se necesita que se alineen los directivos entre los que nos preocupan la calidad y quienes financian, hagan un esfuerzo, relacionado con su responsabilidad compartida, y exijan, mientras reconocen el desempeño.

Se invierte más en tecnología de diagnóstico que en la seguridad de los pacientes y la calidad del servicio. La gente valora instalaciones y no sabe que debe recibir en el quirófano o en la terapia intensiva. Para tener un parto tranquilo una mujer debe tener un excelente servicio de obstetricia y de neonatología que lo respalde.

Exigencias de confort-calidad de servicio. La sociedad con sus expectativas, aspiraciones, elecciones, actitudes y preferencias establecerá los parámetros culturales y de otro tipo sobre el futuro que queremos en el ámbito de la sanidad. 

Equilibrar inversiones de tecnologías con recursos humanos. Los servicios de salud tienen una demanda creciente, exigen mayor inversión, pero esta tiene que ser equilibrada entre hotelería, y lo que es intangible, los procesos, seguridad y desempeño.

Prioriza eficiencia y calidad. Esta editorial pretende formular que es necesario establecer prioridades e introducir el criterio de la eficiencia, la seguridad y la calidad prestacional, y reconocerla. La eficiencia es la relación entre los recursos consumidos y los resultados obtenidos. También resultados intermedios como evitar recaídas, reingresos no programados en terapia intensiva. En definitiva, disminuye la morbilidad. Usar tecnologías sanitarias cuando el beneficio extra compensa su costo adicional. El problema surge cuando tratamos de definir cuando un beneficio extra “compensa” su coste adicional.

Reconocer calidad prestacional-disparidad en el cuidado de la salud. La falta de reconocimiento de la calidad genera disparidades en el cuidado de la salud, retrasando o negando prestaciones de mayor calidad porque el presupuesto es más alto, y dirigir a los pacientes a quienes cobran menos, o aceptan como formas de pagos montos que no cubren los costos y no mantienen a su personal, motivado satisfecho y tranquilo. Esto es más complejo y complicado de alinear incentivos, que puede favorecer inicialmente, pero además hay que medir y tener indicadores. Porque podemos incentivar algunas cosas y desproteger otras.

Parto – Cesarea. Es injusto el reconocimiento a una institución se esfuerce por acompañar humanamente a una mujer a tener un parto normal y no en una cesárea. Lo primero lleva más trabajo humano, de meses de vínculo, de personalización. Quien lo paga. Nadie. Después nos asombramos con los porcentajes de cesáreas.

Practicas costo efectivas – sobre prestación. Los financiadores deben alentar las practicas costo efectivas y de mejor resultado para los pacientes.  Porque las inversiones en salud están mal dirigidas, haciendo hincapié en la tecnología y la atención especializada. Sobre enfatizando en personas, procedimientos, medicamentos, hotelería y confort, y no en los resultados. Deben terminar con la atención fragmentada, con redes que no tienen ninguna conexión entre si. Saber como les pagan a los profesionales y a sus enfermeros. Para conocer como tratarán a los pacientes.

El reconocimiento de la calidad por parte de los financiadores servirá para mejorar el sistema en su conjunto.

La garantía de la calidad asistencial y la exigencia de eficiencia en el manejo de los escasos recursos bien priorizados, deben ser nuestras principales armas.

La calidad en la atención de la salud se logra cuando las necesidades de las personas y las poblaciones (en educación, prevención, promoción y mantenimiento de la salud) se identifican de manera precisa y completa, y se asignan los recursos necesarios (humanos o de otro tipo) con la prontitud y eficacia disponibles. el conocimiento permite, como señala la Organización Mundial de la Salud (OMS)

La pregunta de cara al futuro es si habrá la confianza, la voluntad y la visión necesarias para construir algo mejor. No será fácil, pero la alternativa —seguir quejándose mientras se espera que el sistema implosione— es inaceptable.

Publicado por saludbydiaz

Especialista en Medicina Interna-nefrología-terapia intensiva-salud pública. Director de la Carrera Economía y gestión de la salud de ISALUD. Director Médico del Sanatorio Sagrado Corazon Argentina. 2010-hasta la fecha. Titular de gestión estratégica en salud

6 comentarios sobre “Editorial: Nadie reconoce la calidad entre los que financian. Menos la paga.

  1. Estimado Carlos: te felicito por poder aunar estos conceptos en un mismo editorial. La partes hacen un todo y hay muchas personas que no lo entienden. Los que sabemos que hay que trabajar en pos del paciente y su familia nos cuesta lidiar contra los que trabajan para llenar sus bolsillos a costa de cualquier cosa. Por eso te doy las gracias por esta forma que tenes de comunicar. Te mando una abrazo.

    Me gusta

  2. Estimado Dr Carlos Diaz : estoy totalmente de acuerdo en su editorial con respecto a la calidad medica como eje para la economia y salud entre financiadores ( o sociales , prepagas ,etc ) para poder continuar en el sistema y priorizar la atencion de los pacientes en general . Saludos , Dr Pablo Velasco , Sermex SA .-

    Me gusta

Replica a pablo b velasco Cancelar la respuesta