Complejidad que se avecina en el sistema de salud Argentino:

Dr. Carlos Alberto Díaz. Profesor gestión estratégica universidad ISALUD. Director de la carrera Economía y gestión.

Este escenario proyectado en las medidas económicas será recesivo e inflacionario, sin precios relativos en los bienes principales, sin acuerdos salariales formalizados, ni honorarios médicos dignos pactados, agravados por una inflación sectorial injustificada en los insumos de la cadena de valor para producir salud (medicamentos, soluciones parenterales, oncológicos en paridad dólar, anestésicos, descartables, reactivos de laboratorio, sustancia de contraste, repuestos para los equipos de diagnóstico) por encima del resto (que desfila a la hiperinflación), afectarán fuertemente la transferencia de riesgo tal como esta planteada por módulos, de pago diferido con mayores inclusiones dentro de ellos, para pagar las prestaciones, que hace a las instituciones o empresas de salud en convertirse en financiadores de última instancia (financiando prestaciones que no saben cuando, ni cuanto cobrarán), sin respaldo ni más crédito que el de no cumplir con obligaciones impositivas (con el riesgo de caer en la ley penal tributaria), o hacerlo en cuotas, como es el pago de salarios (los trabajadores de salud cobrando en cuotas), debiendo entrar en zona de perdidas y afectando al pago de impuestos, contribuciones, las masas salariales de los equipos de salud depreciándose, reduciendo y no reponiendo planteles (siempre el ajuste pasa por los trabajadores de convenio y por los profesionales médicos). Es un programa fiscalista, monetario, de liberación de mercado, pero no tiene ningún aspecto por el lado de los ingresos y la productividad.

400 trabajadores de la Clínica de los Virreyes podrían quedar en la calle (este triste escenario se multiplicará)

En el sector salud tenemos varias particularidades: primero es mano de obra intensiva, siendo uno de los sectores de la economía de mayor trabajo registrado, 1.100.000 trabajadores formales, de los cuales 760.000 son mujeres, se caracteriza porque una proporción muy alta son jefas de hogar el 48 % y el 53% tiene hijos menores de 18 años, 28,7 % tiene hijos menores de cinco años. Por lo tanto, la externalidad que puede generar desatender este aspecto es terrible. No es una depuración que el libre mercado estaba esperando, no de ninguna manera, señores libertarios, hacen falta camas y personas capacitadas que atiendan pacientes, que den prestaciones integrales, la sobre oferta en salud esta dada fundamentalmente por equipamiento diagnóstico de alta complejidad. Además estas fechas del año son terriblemente sensibilizantes para estas personas, (Navidad y año nuevo) profesionales que han puesto el alma en la epidemia del COVID, quieren disfrutar con su familia en una mesa que las reivindique viviendo de una profesión tan digna y que el mercado necesita.

Esta transferencia de riesgo y las prestaciones sanatoriales aún no cobradas de octubre y noviembre devaluadas y devoradas por la paridad cambiaría y la inflación, llevará a los sanatorios, a un stress financiero peligroso, debiendo afrontar el pago del aguinaldo sin recursos y sin prestamos bancarios. El secar la plaza de pesos, para combatir la inflación, puede hacer caer el empleo en un sector demandante del mismo en la economía. Con provincias en déficit amenazando pagar con cuasimonedas como otrora ocurrió en argentina el intercambio de bienes se dificultará. No sabiendo como pagarán sueldo y aguinaldo a los empleados públicos. Hace que las obras sociales provinciales repliquen estas situaciones de diferimiento y falta de reconocimiento de mayores costos, ocasionando el cierre no planificado de clínicas en todo el país o cierre de servicios dentro de ellas, agonizando poco a poco.

Todo esto es la tormenta perfecta para hacer desaparecer a todo el sector privado de salud prestador, sin integración vertical con un financiador.

Existen varias clínicas en el interior que no han pagado los salarios de Diciembre, situación que deben reconocer los ministros de Salud, el Superintendente y Los principales dirigentes del sector, que esa frase convertida el cliché no hay plata, en salud produce muertes, si muertes señores de la libertad avanza, o de todos por la patria para no ser injustos, que recién dejaron el poder y las bombas activadas. La salud no es cuestión de populismos vs buen gobierno, es política de estado, personas sanas, y con acceso a las prestaciones de salud producen más.

Puede desencadenar una crisis de cierre en cadena de sanatorios. El exterminio del sector privado de salud. Porque además en los últimos meses, de elecciones interminables, los insumos y medicamentos para producir salud, prestaciones, cirugías, estudios complementarios de alta complejidad, se tuvieron que abonar al contado, con lo cual las ganancias del año se esfumaron comprando stock para producir los meses de noviembre que tuvieron aumentos ya proyectados al dólar de la paridad actual, se proyectaban a 700 pesos, lo mismo que los medicamentos en el mostrador de farmacia. Esto lleva a que no puedan tomar fármacos pacientes que se descompensaran y presionaran sobre el sistema. Entonces todos los actores de este mercado deben facilitar la liquidez, disminuir los plazos de pago, reconocer mayores costos, ralentizar autorizaciones para prestaciones no urgentes y poder con ello colaborar con los hospitales privados que les brindaron servicio durante muchos años, siendo sus socios estratégicos ayudándolos a sostener la prestación en estos momentos complejos. Lo mismo que la superintendencia y las obras sociales provinciales. Que los fondos que tengan los ejecuten adelanten pagos. Se deberá prorrogar la ley de emergencia económica, sino quebrarán más empresas. Los hospitales públicos no están preparados para soportar tanta demanda si los sanatorios cierran. Lo mismo solicitamos al PAMI que tiene fondos mediante la prorroga del impuesto país para que mantenga el flujo de pagos. Si se interrumpe esta cadena los sanatorios no pagarán salarios o cerrarán sus puertas como ya ocurrió. Los prepagos también pueden hacer su aporte en el mismo sentido, no demorando los pagos sino adelantarlos una semana para que se puedan afrontar las obligaciones. La gente que trabaja en los establecimientos de salud, esta angustiada, preocupada, ve como sus ingresos se esfuman en la hiperinflación. Por favor comprendan esta situación y aceleren el cash flow, los prepagos que tienen una parte del mercado extraordinariamente rentable financieramente es momento de devolver para mantener «las fabricas de salud en funcionamiento».

Es un momento de ajustes para todos pero los prestadores privados lo vienen haciendo hace rato no tienen margen para más. Los más afectados serán los pacientes, los trabajadores de convenio y los profesionales.

Publicado por saludbydiaz

Especialista en Medicina Interna-nefrología-terapia intensiva-salud pública. Director de la Carrera Economía y gestión de la salud de ISALUD. Director Médico del Sanatorio Sagrado Corazon Argentina. 2010-hasta la fecha. Titular de gestión estratégica en salud

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