Agotamiento Moral en Médicos: Causas y Consecuencias

Dr. Carlos Alberto Díaz. Profesor Titular Gestión estratégica Universidad ISALUD.

El agotamiento es una constelación de síntomas que incluyen malestar, frustración, cinismo, insomnio y disminución de la productividad. Más de la mitad de los médicos informan al menos uno de estos.

«la angustia moral ocurre cuando los individuos creen que no pueden actuar de acuerdo con sus valores éticos debido a restricciones externas, como las restricciones institucionales y jerárquicas». (Rosenwohl-Mack et al. 2021; Dzeng et al. 2016; Jameton 1984).

El agotamiento moral se produce por situaciones que afectan el desempeño profesional y personal de los médicos, de variado origen y causalidad, de base existen factores de riesgo, en la comunicación, la conformación de los equipos, el liderazgo, tener carencias, controversias con el paciente y su familia, escasez de la fuerza de trabajo, falta de apoyo de las organizaciones, una remuneración que siempre se considera no valorativa del trabajo y la responsabilidad que el mismo implica. Tenemos problemas sistémicos que hacen al stress o daño moral y otros que entran en la esfera personal produciendo angustia, y agotamiento que afecta su salud, que pueden culminar en el burnout. Es diferente en aspectos particulares en el ámbito privado y público, en la práctica en establecimientos o en consultorio, en atención primaria y especializada. Tener planes inconsistentes de cuidado. Cuestionamientos en la atención. Tener que hacer acciones que hacen a la futilidad médica. Escaso manejo en situación de muerte o fracaso en la reanimación. Pero también existen factores comunes causales y de riesgo que se expresan en la tabla 1

Tabla 1

Elementos causalesProblemas de comunicación entre el equipo de trabajo, paciente y familia. Planes inconsistentes de cuidado. Cuestionamiento sobre la atención brindada por otros trabajadores en salud. Futilidad médica. Controversia entre el equipo de salud y la familia. Poco manejo de situaciones de muerte. Jerarquías de trabajo. Sobrecarga administrativa. La limitada autoridad para planificar horarios y la falta de apoyo de las organizaciones. Escasez de fuerza de trabajo.
Unidades de cuidado crítico. Unidades de reanimación. Terapias intensivas pediátricas y neonatales. Centros de atención primaria sin apoyo diagnóstico.
Factores de riesgoInsatisfacción laboral. Condiciones laborales adversas. Largas horas de trabajo. Falta de recursos tangibles e intangibles. Poca experiencia. Género femenino. La medicina defensiva y la judicialización de la medicina. La auditoría restrictiva de los prepagos y las obras sociales
Factores protectores.Buena relación médico paciente. Regulación y protección emocional. Distanciamiento emocional. Libertad en la toma de decisiones. Buen contacto con los pacientes.
Reconocimiento de carrera y mejora de las condiciones de trabajo.

Hay tres esferas que se relacionan el agotamiento moral, la angustia moral y el daño moral, que influyen, coparticipan, y causan el burnout.

Agotamiento:

En la profesión médica el agotamiento se inscribe en la falta de perspectiva de carrera profesional, de crecimiento, de algo de bienestar económico, de carencia en el reconocimiento social. De que médicos sobran. De no poder ordenar prioridades. De afectar las horas de descanso, ocio y esparcimiento. La imperiosa necesidad de tener multiempleo. De compensar la falta de actualización salarial en el sector público, con mejora de aranceles en el ámbito privado, pero con inseguridad e inestabilidad, informalidad y retraso en los pagos. En el sector público es poco, pero seguro y constante, con algunos espacios de placer vinculados a la posibilidad de aprender y seguir formándose. Participar en actualizaciones, y ateneos. Pero a veces es tan bajo esto, que los profesionales prefieren el riesgo del privado. Existen instituciones privadas, con o sin fines de lucro que también tienen organización hospitalaria, con servicios y que finalmente involucran los dos aspectos: seguridad y lo económico. Cada vez los profesionales deben destinar más horas al trabajo y menos a sus familias. En el trabajo hacer más actividades administrativas que estar con sus pacientes. Se observa más agresividad de los pacientes y sus familias. Más exigencias no vinculadas con su accionar, sino con perspectivas erróneas sobre los resultados que puede tener un tratamiento o la aplicación de una tecnología. Los médicos deben soportar riesgos mayores sobre su praxis médica y sobre los resultados que los tratamientos producen en los pacientes. En suma, con información distorsionada que cuentan los pacientes o minimización de los riesgos de algunos profesionales en relación con el riesgo inherente de una práctica. Riesgo patrimonial y la necesidad de tener un seguro de cobertura con la praxis médica. La medicina defensiva es otro factor causal para provocar el agotamiento además de incrementar los costos en salud a través de la futilidad en la prescripción. La judicialización también compromete a los profesionales y el tener que indicar tratamientos que no están de acuerdo.

La postergación de sus honorarios como variables de ajuste de los financiadores y los responsables públicos, tambien los compromete, siendo finalmente una puja distributiva muy desigual.

Se deben considerar que el ámbito del ejercicio profesional de sus actividades afecta su moral, porque siempre faltan insumos, medicamentos y prestaciones. Dificultades en la provisión, tiempos prolongados en los procesos de compras, falta de nombramientos y concursos para impulsar sus carreras. No se cubren los cargos porque no se presentan candidatos. No se cubren los cargos de la residencia médica.

Lo prolongado que resulta el desarrollo de una carrera profesional en años, en tiempos de formación, en inmadurez práctica del ejercicio, que son esfuerzos de paciencia, de persistencia, de tesón, mientras sus amigos de la infancia ven en otras carreras una posibilidad más abierta con mayor capacidad de elección. El tiempo que lleva son siete años de la carrera de grado y cuatro de residencia, un total de once años. Por lo tanto, llega a la edad de treinta años de no depender de su familia.

La incertidumbre que genera la rapidez con la que está evolucionando el conocimiento médico que hace muy difícil estar actualizado, seguir el ritmo de este y poder seleccionar correctamente las fuentes que permiten acceder a información confiable y formativa, independiente y real, sin ninguna entidad formal intermedia que evalúe estas nuevas tecnologías.

La presión del complejo industrial médico porque aplique una tecnología y los colegas que son proclives al uso de estas nuevas tecnologías médicas.

La necesidad de tener que recurrir cada vez más a una medicina de práctica institucionalizada por su complejidad y la posibilidad de estar respaldado ante las complicaciones.

Por el aumento de los gastos en todos los aspectos inherentes al ejercicio de su profesión tiene que trabajar más horas para pagar las cuentas. El incremento de los costos de alquileres de consultorios. De los servicios públicos. Del costo de las suscripciones. Que no se compensan con los valores de la consulta.

No tener posibilidades de jubilarse porque los aportes a la caja médica no le aseguran un pago por subsistencia, y en el ámbito público tener un techo, y muchos rubros no remunerativos que no pasan al calculo de la remuneración pasiva. No tener asegurado nada y tener que asumir que en Argentina no te podes jubilar. Salvo que no tengas salud o ahorros que te permitan poder compensar la caída de ingresos que esta situación te acarrea. Con los riesgos que implica para los pacientes y la profesión trabajar más allá de los setenta años.

La mayoría de los aspectos como intento analizar no son cuestiones económicas sino fundamentalmente de condiciones de trabajo, o como se tiene que hacer para recobrar el estímulo por ser médico, vivir dignamente de su profesión, de contar con un reconocimiento jerárquico y social, de tener contención en los lugares donde es empleado, tener contención en los momentos difíciles personales, acompañarlo en los crecimientos, ver como puede mejorar su posición con una carrera consolidada por la estabilidad y el crecimiento en base a la meritocracia, sustentada por la dedicación, el compromiso con los pacientes, y los resultados, su trabajo por la calidad y la seguridad de los pacientes, por comunicarse mejor con ellos, por lograr que cumplan los tratamientos y por una medicina basada en el valor.

Destinarle horas a la docencia implica más sacrificio, más postergación  por una vocación, que implica ser profesor universitario, un gusto raro y costoso, además para formar residentes que cada vez tienen menos voluntad y capacidad de sacrificio.

Se debe mejorar el ambiente laboral, las condiciones de trabajo, la remuneración, contener los aspectos personales, porque además de la profesión, la deontología y los deberes son personas, cada vez menos valorizadas por la sociedad donde la salud no es una prioridad, hay que darle vida a los años de nuestros médicos.

Con demasiada frecuencia los administradores toman decisiones sobre organización de los procesos, horarios y flujos de trabajo sin tener en cuenta la opinión de enfermería o médico, o sea los que ejecutan el proceso.

Conclusión:

El sufrimiento moral se enmarca y acontece en un sistema de salud inhumano. Es imperioso humanizar la educación profesional de pregrado, las residencias médicas y el ejercicio de la profesión, remunerarla en forma más justa, y tener en cuenta la contención de los profesionales, desarrollarlos en habilidades blandas y protegerlos en el ejercicio de su profesión, que basen su accionar en una medicina basada en el valor para los pacientes y sus familias, para la profesión médica, y el sistema de salud. Generar espacios de reflexión y reflexión respecto a las implicancias profesionales, emocionales, morales y existenciales de la practica médica como punto de valor para nuestro liderazgo como gerentes.

Publicado por saludbydiaz

Especialista en Medicina Interna-nefrología-terapia intensiva-salud pública. Director de la Carrera Economía y gestión de la salud de ISALUD. Director Médico del Sanatorio Sagrado Corazon Argentina. 2010-hasta la fecha. Titular de gestión estratégica en salud

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