Parte uno.
Participaron: Hourcouripe F. Díaz C A. Díaz H. Ascolani J. Pena M. Díaz Resquin P. Integrantes del equipo covidbydiaz.
Redacción: Díaz CA.
Es un desafío complejo, pero nos planteamos alternativas desde la visión de seis disciplinas y áreas del pensamiento que se confunden y coactuan como la administración, la economía, la medicina, la arquitectura, la psicología y la ingeniería, juntos con las autoras y los autores, realizaremos un ensayo colectivo en cuatro intervenciones para ofrecer inputs técnicos, que sirvan al sistema político de toma de decisiones. El objetivo es contribuir conceptualmente a las modificaciones inéditas que tienen que realizar las grandes ciudades en relación con los cambios vinculados con la adaptación social, el transporte de las personas, el trabajo en oficinas e industrias, el esparcimiento, los espectáculos, las escuelas, los colegios, los hogares para los ancianos, discapacitados, instituciones de salud de estancia media y el turismo.
Es parte de una serie de documentos que iremos publicando en relación con lo que podamos escrudiñar como conceptos interesantes sometidos a la visión del resto del grupo de trabajo.
Densidad urbana y propagación de las enfermedades.[1]
Hang (2020)[2] sugiere que la creciente densidad de ciudades ha generado condiciones para la rápida propagación del coronavirus. Al comparar la propagación del SARS-CoV en 2003 y el SARS-CoV-2 en 2019/20, es evidente que la densidad de población tiene un impacto directo en la rápida propagación.
En el caso del SRAS-CoV en China, más de 5000 personas se infectaron y más de 300 murieron en un período de ocho meses.
Sin embargo, en el caso del SARS-CoV-2, más de 4000 personas se infectaron durante un período de siete semanas. Esto podría atribuirse al hecho de que las ciudades chinas se han convertido en zonas urbanas densas y en expansión, con una mayor densidad de población resultante de la migración de las zonas rurales a las urbanas. También ocurre que la mejora en la fijación del virus a los receptores, se la mucosa nasal primero, hace que sea sumamente más contagioso. Considerando también que este virus puede tener capacidad reproductiva desde el contacto con superficies lisas donde se deposita luego de que alguien emita gotitas de flugge, por estornudar, toser, hablar fuerte, y que el ambiente no esté ventilado.[3]
Badger (2020)[4] adopta una opinión opuesta y argumenta que la alta densidad no es necesariamente un problema de salud pública siempre y cuando se tomen medidas y se esté alerta en la posibilidad de que surjan este tipo de epidemias. Ella lo demuestra al poner el caso de Singapur y Hong Kong (Que estuvieron alerta y dispusieron medidas muy precoces) como entornos urbanos densos o más densos que Nueva York, y cómo fueron capaces de desarrollar pruebas tempranas y un rastreo extenso de casos de coronavirus en lugar de un aislamiento extenso. Aboga por la densidad por los múltiples beneficios que aporta a la riqueza cultural única de las ciudades. Estos incluyen facilitar el transporte masivo, crear ambientes a pie, permitir que las masas disfruten de espacios públicos, apoyar las necesidades de los niños a través de parques urbanos y parques infantiles, limitar las emisiones climáticas, apoyar la seguridad personal y pública, por nombrar algunos. Esta observación, que en una estrategia de actores versus actores, de prevención epidemiológica y de la complejidad, que debe contemplar y abordar aspectos inherentes a patógeno viral, como su genio, su contagiosidad, la afinidad al receptor ACE 2, el inóculo, el tiempo de contacto, la distancia de contacto, la concentración de personas, el intercambio, actividades, los antecedentes de las personas, su edad, patología cardiovascular, la obesidad, la hipertensión, la diabetes, las EPOC, el acceso al sistema de salud, la capacidad efectiva de sostén en unidades críticas y respiradores, la cantidad de enfermeras, de cuidado continuo de testeo. La posibilidad de contagio de la población susceptible no inmunizada no es exclusivamente un hecho del Ro del virus, sino de las condiciones que lo incrementan, que generan condiciones predisponentes. Las medidas efectivas mostraran su capacidad en unos 7-14 días. Además, como estas permeabilizan dentro de las acciones motivacionales de los grupos para cuidarse.
Sennett (2016)[5] y Shenker (2020)[6], expresaron que el futuro de las ciudades implicará un renovado enfoque en el desarrollo de soluciones arquitectónicas y urbanas que permitan a las personas socializar sin densidades más altas y compartir lugares «similares a las latas de sardinas».
[1] Salama Ashraf. Coronavirus questions that will not go away: interrogating urban and socio-spatial implications of COVID 19 Measurer. Emerald open research. 2020. 2.14
[2] Hang M: Preparing cities for epidemics: Lessons from the COVID19 outbreak. The Urban Now: International Journal of Urban and Regional Research (24 February 2020). 2020; [Accessed: 25 March 2020]. Reference Source
[4] Badger E: Density is normally good for us: That will be true after Coronavirus, too. The Upshot – The New York Times (24 March 2020). 2020; [Accessed: 26 March 2020]. Reference Source
[5] Sennett R: Buildings and dwellings: Ethics for the city. London, UK: Penguin Books–Allen Lane. 2016.
[6] Shenker J: Cities after coronavirus: how Covid-19 could radically alter urban life.The Guardian 26 March 2020. 2020; [Accessed: 26 March 2020]. Reference Source
El trabajo de Keil et al. (2020)[1] sugiere que existe una estrecha relación entre el desarrollo urbano y las enfermedades contagiosas nuevas o reemergentes. Los medios de transporte rápidos, la expansión continua de la expansión urbana y la conectividad entre la vida urbana y la naturaleza son factores que contribuyen a tal propagación desde las periferias urbanas hasta los centros urbanos. Sin embargo, los patrones de aparición y propagación de la enfermedad dentro de la urbanización requerirían una modelización empírica en profundidad e investigaciones de casos históricos y yuxta posándolos con el caso de la propagación del coronavirus, dentro de las ciudades existen áreas donde las condiciones de vida, el acceso al aseo, al agua potable, a la percepción de la ayuda social, entre cuantos están excluidos, y expulsados de la sociedad. Recordando este concepto que afecta a muchos países en el mundo, y generan verdaderas crisis humanitaria.
La pregunta persistente a la que se enfrentarán los expertos en diseño y planificación urbana en el futuro es sobre el equilibrio entre el valor en conflicto. Por un lado, se considera que la densificación y la compactación de las ciudades son más compactas y concentradas para la competitividad de los beneficios ambiental y socialmente sostenibles. Por otro lado, la compartimentación y la separación de las poblaciones a través de diversas medidas, incluido el distanciamiento social, como herramienta clave que se utiliza para retrasar o detener la propagación del virus. Si bien la compacticidad y la densidad son determinantes importantes para el éxito económicos de los entornos urbanos en términos culturales, sociales y medio ambientales, las discusiones actuales sugieren que el desarrollo futuro de las ciudades será testigo de encuentros entre los requisitos impugnados, incluida la salud pública, el clima y la dinámica socioeconómica.
Comprender la movilidad urbana o los patrones de movimiento dentro de la ciudad será crucial para concebir medidas de interacción entre ubicaciones geográficas dentro de la estructura espacial, las redes urbanas y los requisitos operativos asociados.
Entender desde donde se movilizan los tres millones de personas que acceden a la ciudad durante los días laborables. Como impactarán las actividades de la construcción privada, las grandes obras, las pequeñas remodelaciones, la industria de la manufactura, para generar esa movilización.
Conociendo estos aspectos y verificándolos en el terreno en un equipo desde el área de economía, producción, transporte, trabajo y salud, se pueden desarrollar incentivos u otras medidas imperativas al principio con el propósito que estas consideraciones permitirán disminuir, o eliminar, la propagación de virus en diversas ubicaciones geográficas, desde las periferias urbanas y alrededor de los aeropuertos, hasta los núcleos urbanos o barrios residenciales..
Esto incluye el conocimiento en profundidad de la modelización de lo lejos y cuánto tiempo se tarda en viajar al centro de la ciudad, desde donde provienen los trabajadores específicos, desde áreas de estar o de habitat (Pilar a Buenos Aires) (la Plata a Buenos Aires) etc, a áreas de trabajo, lugares públicos, lugares de entretenimiento, y dentro de los barrios residenciales.. Esta simulación también debe definir tipos de usuario y rangos de edad, con un enfoque en los grupos vulnerables. Redefiniendo cuantos pasajeros puede transportar los trasportes colectivos, los subterráneos, la ventilación, la desinfección, la renovación del aire, el ascenso y descenso, la protección de las personas que viajan, las medidas barrera y la posibilidad de poder saber como se movilizan las personas
Dado que actualmente las medidas previstas de distanciamiento social deben durar al menos seis meses, se cree que tendrán diversas formas de impacto tanto en los investigadores urbanos como en el público. Los conceptos y teorías relacionados con el apego al lugar, el espacio personal y las relaciones entre individuos y grupos, así como la proximidad a la naturaleza tendrán que ser revisados.
Los lugares de apego incluyen el hogar, el barrio, los entornos urbanos y los paisajes naturales. El apego a estos lugares se mide típicamente a través de muchas cualidades dependiendo de la tipología y el uso del lugar.
Estas cualidades incluyen: estética, patrimonio, conexión familiar, recreación, terapéutica familiar, diversidad biológica, recreación, estar solos, hogar, aspetos espirituales como la consideración de la tierra, lo económico, los aspectos laborales, lo sostenible de la vida, aprendizaje y los deseos de la vida futura.
La concepción del apego posterior a la pandemia implicaría repensar muchas de estas cualidades con más énfasis en las cualidades relacionadas con ambientes saludables, higiénicos, desinfectados y curativos. Por ejemplo, las plazas y las áreas de juego como tendrán que ser, los recreos de los niños, las áreas de gimnasia. El deporte recreativo.
El espacio personal determina cómo las personas se relacionan social y psicológicamente y pueden ser representados por un área (burbuja) con un límite invisible que rodea el cuerpo de la persona en el que los intrusos pueden no venir. Tal burbuja se lleva a todas partes que uno va. Basándose en estudios empíricos intensivos, Hall (1966) explicó las distancias relativas entre las personas en función de las relaciones que tienen y las clasificó en cuatro rangos de distancia relativas discretas: distancia íntima (1 a 46 cm), distancia personal (46 a 122 cm), distancia social (1,2 a 3,7 m) y distancia pública (3,7 a 7,6 m y más).
Con las medidas de distanciamiento social y la asignación mínima de 2 metros de distancia personal, los rangos de distancia relativa cambiarían por completo, especialmente si las medidas de distanciamiento social se consideran en el futuro como normas aceptadas. .
Actualmente, existe un creciente interés en el diseño de entornos curativos. . Ryan et al. (2014) [2] argumenta que la oleada de interés en crear espacios y lugares que apoyan la salud y el bienestar es vista como un renacimiento en el pensamiento del diseño y la forma en que se diseñan y construyen edificios y ciudades
Salingaros (2015)[3] sostiene que el diseño biofílico elimina eficazmente el estrés y la ansiedad del entorno construido y se logra manteniendo un compromiso reflexivo con la naturaleza.. Recientemente, los investigadores han estado poniendo en claro las relaciones sintácticas entre las personas y la naturaleza (Asfour,2019[4]; Rice[5], 2019; To & Grierson, 2019[6]). En tal búsqueda, intentan demostrar el papel de la arquitectura y el urbanismo en el desarrollo de entornos saludables y curativos y cómo se puede informar el diseño para permitir que prosperen las asociaciones humanas y de la naturaleza críticas. Las medidas de distanciamiento social pueden fomentar una menor asociación con las personas en entornos urbanos y pueden dar un mayor aumento a las tendencias del diseño biofílico. El llamado diseño biofílico en la arquitectura es aquel que intenta restablecer el vínculo entre la naturaleza y el hombre, introduciendo elementos adecuados que puedan transformar las casas y las oficinas en lugares mucho mejores para el bienestar físico y emocional de las personas, así como aumentar la productividad.
Conclusión:
Empieza un giro en las costumbres de la sociedad, se modifican los contactos entre personas, los ámbitos de trabajo fabriles, en comercios, escolares, laborales, las concepciones de las oficinas, el transporte, la producción de bienes, la salud laboral, las licencias por enfermedad y en cada municipio o conglomerados urbanos. La protección de las personas en salud laboral se incorpora el COVID y la Influenza. Deberá pensarse que hacer urbanísticamente con los entornos de las grandes urbes, receptoras de migraciones internas que buscan oportunidad de trabajo, pero que empeoran la calidad de vida, como la transformación de las condiciones que se logra atender a la dependencia de los ancianos, son muchas las tareas, que las interdisciplinas tenemos por delante, dejando la «licenciatura en saber de casi todo«, que muchos médicos, aunque también los ingenieros lo tienen, que no es un mal en toda su dimensión, porque lleva a ampliar las fronteras del conocimiento, pero siempre escuchando al otro.
[1] Keil R, Connolly C, Ali SH: Outbreaks like coronavirus start in and spread from the edges of cities. The Conversation (17 February 2020). 2020;
[2] Ryan CO, Browning WD, Clancy JO, et al.: Biophilic Design Patterns: Emerging Nature-Based Parameters for Health and Well-Being in the Built Environment. Archnet-IJAR: International Journal of Architectural Research. 2014; 8(2): 62–76. Publisher Full Text
[3] Salingaros NA: Biophilia and healing environments: Healthy principles for designing the built world. New York, NY : Terrapin Bright Green. 2015. Reference Source
[4] Asfour K: Healing architecture: A spatial experience praxis. Archnet-IJAR: International Journal of Architectural Research. 2019. Publisher Full Text
[5] Rice L: The nature and extent of healthy architecture: The current state of progress. Archnet-IJAR: International Journal of Architectural Research. 2019; 13(2): 244–259. Publisher Full Text
[6] To P, Grierson D: An application of measuring visual and non-visual sensorial experiences of nature for children within primary school spaces: Child–nature–distance case studies in Glasgow, Scotland.Archnet-IJAR: International Journal of Architectural Research. 2019. Publisher Full Text
Excelente Trabajo Dr.Carlos…conceptos muy claros a tener en cuenta para la toma de decisiones. ..Felicitaciones a Ud y su Equipo de trabajo. ..
Me gustaMe gusta
gracias Mario.
Me gustaMe gusta