Editorial de la semana: transformación del sector público de salud.

Iniciativas para la transformación:

Los hospitales son empresas de servicio y del conocimiento. Conocimiento utilizado para cubrir asimetría de información, de los pacientes, y la comunidad, expresada como síntomas y prevalencias epidemiológicas, naturalizadas mediante dispositivos de gestión clínico asistencial para discernir desde la demanda cuales son las necesidades y como abordarlas, en planes de diagnóstico y tratamiento, en prevención, educación, promoción e intervenciones programáticas, asignando recursos por acción u omisión, para mejorar la calidad de vida de las personas y el conjunto de la población, con una modalidad de intervenciones que deberán ser no episódicas y articuladas con lo social, con sistemas de información, sino continuas, longitudinales, entre los diferentes niveles de atención, que deben nominalizar y georreferenciar a las personas, con un servicio seguro, de calidad, que genere una experiencia del usuario que incentive la adherencia, para aumentar la efectividad de la terapéutica implementada.

Lo prioritario, Lo primero que tenemos que analizar los gestores es cual es la demanda potencial, que oferta organizada asistencial debemos ofrecer y como hacer que estas alternativas planificadas logren la efectividad esperada, la eficiencia técnica y económica.

Para ello, también como condición indispensable se debe trabajar en disminuir la segmentación y la fragmentación de la atención, primero en el mismo sector público, municipal, provincial, nacional, eliminar los “círculos de fuego” partidarios que atan las ayudas a la pertenencia, al disciplinamiento y a una forma mezquina de hacer política.

Capacitar a los profesionales en un modelo de atención de curar, cuidar, de continuidad, de inclusión, de nominalización y de escuchar a los pacientes, de prescribir lo necesarios, de no indicar lo que no sirve, que no es apropiado, ni pertinente. De la forma de construir de equidad perdurable mediante inversión, compromiso y dedicación, continuidad y acuerdo político, voluntad y decisión política.

Vencer el cortoplacismo electoral y pensar en la gente, y sus oportunidades perdidas. Con reconocimiento. Con carreras. Con cargos. Con sistemas de retribución que meriten adecuadamente a los trabajadores, para que el sector público de salud de un mejor servicio y con ello se induzca el mejoramiento de todas las prestaciones, que la diferenciación, exija a la prestación privada un profesionalismo y eficiencia que hoy no poseen. El componente variable o meritar el esfuerzo entiendo que debe radicar primigenia y fundamentalmente en el desempeño, los ahorros, la eficiencia y luego el aumento de la productividad. En la calidad, en el cumplimiento de los compromisos de gestión acordados mediante un acuerdo, que sea de mejoras incrementales y de eficiencias de procesos. Hacer más, por producir más no sirve, hay que ver las prioridades y reducir las listas de espera.

El objetivo es que los trabajadores de la salud se sientan reconocidos, especialmente aquellos que hoy lo hacen sin reclamar nada, que dan más horas al hospital, que durante la pandemia arriesgaron la vida por promesas incumplidas, por mejorar las condiciones de trabajo que no fueron correspondidas, ya que todo volvió igual o peor. Salvo el equipamiento y mayores instalaciones, pero no se reconocieron los esfuerzos, la dedicación y el riesgo de vida. La pandemia esta pasando, pero dejando más muertes que enseñanzas. Mas culpas ajenas y huérfanas que autocrítica. La desnaturalización de servirse de la política y no servir a través de la política. Del enriquecimiento, y no cambiar esa lógica de la falta de oportunidades de trabajo, salud, educación y ascenso social.

Debemos hacer las cosas de modo diferente. Estudiar como modificar costumbres y comportamientos oportunistas de los agentes públicos. Aumentar el financiamiento. Erradicar la lógica que ganen lo mismo los que trabajen y los que se licencian. Eso que uno escucha desde Jujuy hasta Tierra del Fuego, en todos los intercambios que hace con los trabajadores, y como ellos anteponen décadas de promesas incumplidas a ser “agnósticos” de los dichos del gobierno clínico por la calidad asistencial. Agnósticos por no creen ni dejan de creer, pero piensan que las propuestas vienen de un lugar o autoridad que no tiene legitimidad, creo que quieren ver y sentir para empezar a creer. La prueba para que abandonen el agnosticismo estará en el liderazgo, en acompañarlos, en mostrar preocupación y ocuparse por los problemas, que los integrantes del equipo de salud tengan condiciones adecuadas de trabajo, de acceso a la información y constituyan equipos, que apoyados por la provisión de insumos, puedan prestar los servicios de acuerdo a las necesidades de la población. Por ello, debemos modificar las condiciones de trabajo del factor humano para permitir que su talento, se exprese en plenitud.

Fortalecer y modernizar la capacidad instalada, en procesos, sistemas de información, de diagnóstico, de equipamiento, de cobertura, y de cambios en el régimen contractual laboral.

Nos espera una ardua tarea, algo que no veremos el final, ni la concreción de la visión, como ideal, pero levantemos la mira, tengamos la responsabilidad de modificar la realidad que nos hizo tanto mal y trabajemos para modificar las condiciones en las futuras generaciones, por ello pienso dejar mi esfuerzo y todos los espacios que ocupe o que tenga responsabilidad. No para que todo siga siendo igual.

Publicado por saludbydiaz

Especialista en Medicina Interna-nefrología-terapia intensiva-salud pública. Director de la Carrera Economía y gestión de la salud de ISALUD

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