“La depresión es un trastorno del estado de ánimo, tan misteriosamente doloroso y escurridizo en la forma en que se vuelve conocido por el yo, por el intelecto mediador, que casi está más allá de toda descripción. Por lo tanto, sigue siendo casi incomprensible para aquellos que no lo han experimentado en su forma extrema”.William Styron (Oscuridad visible, 1990)

En la 150ª reunión del Consejo Ejecutivo de la OMS este enero, Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general, revisó el progreso en la salud mental, incluida la depresión. Se estima que mil millones de personas en todo el mundo viven con un trastorno mental, el 81% de las cuales vive en países de ingresos bajos y medios. Entre estos mil millones, el 5% de los adultos tienen depresión, lo que la convierte en una de las principales causas de discapacidad y un importante contribuyente a la carga mundial general de enfermedad. En marcado contraste, los países gastan menos del 2% de sus presupuestos de salud en salud mental en promedio. Como tal, Tedros pidió a los estados miembros que redoblen sus esfuerzos para abordar la atención y el financiamiento de la depresión. Pero, ¿por qué existen recursos de salud tan insuficientes e inequitativos para la depresión y qué se puede hacer al respecto? Una nueva
Tiempo para la acción unida contra la depresión, reúne a líderes en economía, epidemiología, neurociencia, atención primaria, psiquiatría, psicología, salud pública y, lo que es más importante, aquellos con experiencia vivida de la depresión, para informar y reformular positivamente el discurso sobre la depresión. . Pide una acción concertada para reducir la carga de la depresión entre cuatro grupos de actores: científicos e investigadores, formuladores de políticas, trabajadores de la salud y la sociedad civil.Aunque la depresión es una parte común de la experiencia humana a lo largo de la vida, hay varias razones por las que no recibe suficientes recursos y atención global. Primero, la depresión, al igual que las condiciones de salud mental en general, históricamente ha sido estigmatizada. Sus orígenes biológicos no se entendieron bien hasta el siglo XX, cuando se dispuso de nuevos tratamientos. Sin embargo, persisten el estigma, los tratos inhumanos y la institucionalización forzada, a pesar de los avances en el conocimiento sobre las causas de la depresión y la existencia de terapias efectivas. En segundo lugar, el manejo de la depresión no siempre es sencillo. Para los médicos, los miembros de la familia y las personas que viven con depresión, los signos, síntomas, gravedades y trayectorias heterogéneas de la depresión pueden ser un desafío. En países sin esquemas de seguro de salud mental o cobertura de salud universal, obtener ayuda para la depresión, especialmente a largo plazo, puede ser casi imposible, lo que condena a muchas personas a un sufrimiento innecesario. Esta situación es inhumana y contraria al progreso social. En tercer lugar, la depresión depende de una combinación de factores biológicos, sociales y psicológicos, y requiere políticas e inversiones nacionales en todos los sectores, como la salud, la educación, el empleo y los servicios sociales. La Comisión hace un llamado a la comunidad científica para que adopte un «enfoque multidimensional» para desarrollar la investigación interdisciplinaria y colaborativa necesaria para informar la prevención y la atención. Esta situación es inhumana y contraria al progreso social. En tercer lugar, la depresión depende de una combinación de factores biológicos, sociales y psicológicos, y requiere políticas e inversiones nacionales en todos los sectores, como la salud, la educación, el empleo y los servicios sociales. La Comisión hace un llamado a la comunidad científica para que adopte un «enfoque multidimensional» para desarrollar la investigación interdisciplinaria y colaborativa necesaria para informar la prevención y la atención. Esta situación es inhumana y contraria al progreso social. En tercer lugar, la depresión depende de una combinación de factores biológicos, sociales y psicológicos, y requiere políticas e inversiones nacionales en todos los sectores, como la salud, la educación, el empleo y los servicios sociales. La Comisión hace un llamado a la comunidad científica para que adopte un «enfoque multidimensional» para desarrollar la investigación interdisciplinaria y colaborativa necesaria para informar la prevención y la atención.Para mejorar los recursos y reducir las brechas en la inequidad de la atención, la Comisión exige una perspectiva de salud pública sobre la depresión que aborde sus determinantes estructurales sociales y la gravedad, amplitud y durabilidad de sus consecuencias. Parte de esta perspectiva debe incluir ayuda para poblaciones ya estigmatizadas o criminalizadas, como las personas LGBTQ+ y las de grupos raciales, indígenas y otros grupos étnicos históricamente perseguidos. Los adolescentes, que corren un mayor riesgo de depresión y suicidio, agravado aún más por la pandemia de COVID-19, requieren apoyo urgente. Además, millones de personas afectadas por conflictos civiles y violencia, como los refugiados, corren el riesgo de sufrir secuelas a largo plazo, como depresión y trastorno de estrés postraumático. Los refugiados y migrantes necesitan un apoyo culturalmente apropiado y con buenos recursos en sus países de acogida.Para los pacientes individuales, la Comisión aboga firmemente por un enfoque centrado en la persona, en el que la persona que vive con depresión, así como los cuidadores (cuando corresponda) y los médicos, codiseñen un plan de atención. La Comisión también destaca la importancia de detectar y diagnosticar la depresión de forma precoz, lo que depende de un buen acceso a la atención sanitaria y de redes sociales y laborales de apoyo y no estigmatizantes. Hay motivos para la esperanza: la gran mayoría de las personas con depresión se recuperan de un episodio si pueden obtener el apoyo y el tratamiento adecuados.En resumen, la Comisión plantea una dura elección: mejorar el acceso equitativo y libre de estigmas a las intervenciones para las personas con depresión o continuar tolerando la indiferencia hacia el bienestar de los mil millones de personas con necesidades de salud mental. Los gobiernos, los donantes y las comunidades deben reducir la carga global de la depresión a través de una acción concertada contra el estigma y las desigualdades en salud, y aumentar sus compromisos económicos y sociales. Juntos, la comunidad global debe decidir priorizar el bienestar emocional de nuestra especie.
Durante décadas se ha acumulado evidencia de que la depresión es una de las principales causas de sufrimiento evitable en el mundo. Sin embargo, muy pocas personas en las comunidades, los gobiernos y el sector de la salud entienden o reconocen la depresión como algo distinto de los demás problemas que enfrentan las personas. No se hace lo suficiente para evitar y aliviar el sufrimiento y las desventajas relacionadas con la depresión, y pocos gobiernos reconocen el freno que la depresión supone para el desarrollo económico y social.
Primero, la depresión es una condición de salud común. Es distinta de la tristeza experimentada por la mayoría de las personas de vez en cuando y de la miseria o desesperación que experimentan las personas en la adversidad. Trae profundo sufrimiento a individuos y familias, perjudica el funcionamiento social y la productividad económica, y está asociado con la mortalidad prematura por suicidio y enfermedades físicas.
En segundo lugar, la depresión es una entidad heterogénea experimentada con diversas combinaciones de signos y síntomas, niveles de gravedad y trayectorias longitudinales. El término depresión se usa ampliamente en esta Comisión y no se relaciona con ningún sistema de diagnóstico o categoría: usamos los términos “depresión mayor” y “trastorno depresivo” cuando nos referimos a clasificaciones específicas. Cubrimos la depresión en esta Comisión, así como los síntomas de depresión que causan angustia o deterioro social. Sin embargo, no cubrimos la depresión como algo que ocurre en el contexto de diagnóstico específico del trastorno bipolar.
Tercero, las características centrales de la condición se han descrito durante miles de años, mucho antes del advenimiento de las clasificaciones contemporáneas y en diversas comunidades y culturas. La historia desmiente así el mito de que la depresión es una condición moderna, una invención de la biomedicina o está restringida a ciertos grupos culturales.
Cuarto, la depresión es el resultado de una combinación única de factores para cada persona afectada. Las adversidades proximales actúan como desencadenantes del inicio de un episodio. Por lo general, interactúan con vulnerabilidades genéticas, ambientales, sociales y de desarrollo y factores de resiliencia. Aceptar la complejidad del trastorno implica reconocer el cerebro y la mente humanos como una interfaz que conecta nuestro ser consciente con el mundo que nos rodea. Tal reconocimiento requiere ir más allá de un paradigma socioambiental o basado en el cerebro y reconocer que la biología es inseparable del medio ambiente a lo largo del curso de la vida humana.En quinto lugar, a nivel individual, la detección y el diagnóstico temprano de la depresión, sobre la base del reconocimiento de los signos y síntomas de la enfermedad y el deterioro funcional a lo largo del tiempo, es un primer paso crucial para la recuperación. Una formulación clínica codiseñada por la persona con la experiencia vivida, los cuidadores, según corresponda, y los médicos, sienta las bases para la atención centrada en la persona. Una formulación acomoda las presentaciones heterogéneas y las historias personales únicas, y variará en complejidad según las necesidades individuales y familiares, los recursos disponibles y la plataforma de atención. La adopción de un enfoque por etapas para la prevención y la atención es una estrategia pragmática para tomar decisiones clínicas sobre intervenciones basadas en la evidencia y proporcionales. El enfoque por etapas abarca baja intensidad, intervenciones tempranas destinadas a interrumpir un episodio emergente de depresión, atención multimodal a largo plazo para personas con depresión recurrente o persistente, y una variedad de intervenciones intermedias. Los modelos de atención colaborativa ofrecen una forma basada en evidencia para que los sistemas de salud implementen el enfoque por etapas para la prevención y la atención, haciendo realidad una visión de intervenciones personalizadas para la entrega a escala.
Mensajes clave
1 La depresión es una condición de salud común pero mal reconocida y entendidaLa depresión puede causar una angustia profunda, afectar el funcionamiento social y la productividad económica y provocar una mortalidad prematura; tiene impactos sustanciales en las familias y en la sociedad. Sin embargo, estos impactos no son bien entendidos ni reconocidos, y hay una respuesta insuficiente a nivel local e internacional. Aún se desconocen muchos factores relacionados con la prevención y el tratamiento de la depresión, por ejemplo, qué funciona para quién y por qué, y se requieren más descubrimientos científicos, así como una mejor implementación de las estrategias de manejo actuales para transformar las vidas de millones de personas y sus familias y comunidades que enfrentan estos desafíos.
2 La depresión es una condición heterogénea
* Este término abarca los trastornos depresivos, así como los síntomas de depresión que causan angustia o deterioro social; la depresión experimentada por las personas diagnosticadas con trastorno bipolar está fuera del ámbito de la Comisión.Aunque generalmente se clasifica como un trastorno binario, la depresión tiene una diversidad de presentaciones clínicas, niveles de gravedad y cursos longitudinales; se extiende más allá de los límites impuestos por las clasificaciones actuales y comúnmente se superpone con otras condiciones.
3 La depresión es universal, pero la cultura y el contexto son importantesLa depresión se ha descrito a lo largo de los eones de la civilización humana. El estado de ánimo deprimido, la pérdida de interés y la fatiga son características comunes de la afección en todas las poblaciones. Sin embargo, también existe una variabilidad considerable en los tipos y la prevalencia de los síntomas y signos depresivos entre culturas y contextos.
4 La prevención es esencial para reducir la carga de la depresión a nivel mundialSe necesitan acciones sociales y económicas en toda la sociedad para mitigar los efectos de las adversidades y las desigualdades en las primeras etapas de la vida y a lo largo del curso de la vida. También se necesitan intervenciones a nivel individual, centrándose en los hábitos de vida actuales y los factores de riesgo. Es probable que una prevención más eficiente de la depresión tenga un gran impacto en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de un país y en la salud de las personas y las familias.
5 Las experiencias de depresión y recuperación son únicas para cada individuoLa depresión es el resultado de un conjunto de factores, típicamente la interacción de adversidades próximas con factores de riesgo y resiliencia genéticos, sociales, ambientales y de desarrollo. Existe una asociación frecuente y compleja entre la depresión y la salud física. No hay dos personas que compartan la misma historia de vida y constitución, lo que en última instancia conduce a una experiencia particular de depresión y diferentes requisitos de ayuda, apoyo y tratamiento en la recuperación.
6 Cerrar la brecha de atención requiere la participación de personas con experiencia vividaLa mayoría de las personas con depresión en todo el mundo no reciben una atención eficaz debido a una variedad de barreras de oferta y demanda. Es vital empoderar a las personas, las familias y las comunidades para que trabajen con profesionales que puedan aprender de sus experiencias y ayudar a exigir la implementación de estrategias preventivas y terapéuticas conocidas y hacer que los sistemas de atención médica y los tomadores de decisiones rindan cuentas.
7 Se necesita una formulación para personalizar la atenciónLa detección y el diagnóstico de la depresión sobre la base de los síntomas, la función y la duración deben ir acompañados de una revisión o formulación clínica para cada persona, que tenga en cuenta los valores y preferencias individuales, las historias de vida y las circunstancias. La formulación identifica características que favorecen el trato personalizado. La complejidad y sofisticación de la formulación puede variar según el contexto de atención y la disponibilidad de recursos.
8 Un enfoque de atención por etapas aborda la naturaleza heterogénea de la depresión y sus impactos en el funcionamiento individual, familiar y comunitarioUn enfoque por etapas ofrece una herramienta pragmática para traducir la naturaleza clínica heterogénea de la depresión para el manejo y garantizar que las intervenciones sean integrales pero proporcionales a la gravedad de la afección. Este enfoque facilita un enfoque en la intervención temprana en el curso de la condición y la graduación de la intensidad de las intervenciones, adaptadas a las necesidades específicas de la persona y la etapa de la enfermedad.
9 Los modelos de prestación colaborativa son una estrategia rentable para ampliar las intervenciones contra la depresión en la atención de rutinaLa atención colaborativa ofrece un enfoque basado en la evidencia para la prestación de intervenciones por parte de diversos proveedores, adaptado a la etapa específica de la enfermedad y que siempre incluye la toma de decisiones participativa con los pacientes y el compromiso con las familias y las comunidades, lo que aumenta en gran medida las posibilidades de calidad basada en los derechos. atención y remisión y recuperación.
10 Una mayor inversión con participación de toda la sociedad es una prioridad para traducir el conocimiento actual en práctica y política y para actualizar la agenda científica Aunque aún se desconoce mucho sobre la depresión, para lo cual abogamos por una agenda científica de vanguardia, los conocimientos y las estrategias actuales no se utilizan de manera óptima; el imperativo inmediato más importante es invertir en la traducción de este rico cuerpo de conocimiento para la práctica y la política.