Este posteo tiene la motivación de un lector del Blog, el Dr. Julio César Tussedo (a quien le agradezco) Diplomado en Seguridad de Pacientes de la Universidad ISALUD, Docente Universitario, que comenta un posteo anterior, https://wordpress.com/post/saludbydiaz.com/10875 generando un tema de debate interesantísimo, es correcto suponer una perdida de confianza de 73% a 35% en una serie, estos son valores referenciales que iremos trabajando con otro sistema de salud para ver si lo podemos encauzar, siendo este la primera intervención. El cita el Artículo original de Baker DW del JAMA del 2020. 324 Trust in health care in the time Covid 19. Que en formato editorial se respalda en 6 viewpoint publicados en la misma revista. Yo realizaré comentarios a los párrafos del artículo, para expresar mi punto de vista, contestando la inquietud y abriendo un debate sobre la confianza, la percepción, la satisfacción, la experiencia del paciente, y la evaluación de los resultados que hace el paciente.
Articulo:
La confianza es fundamental para la relación entre pacientes y médicos. Los pacientes a menudo revelan información personal profunda y confían en que se mantendrá confidencial. Los médicos trabajan para ganarse la confianza de modo que los pacientes estén dispuestos a aceptar sus diagnósticos y tratamientos recomendados, incluso someterse a procedimientos invasivos y tomar medicamentos indefinidamente para afecciones crónicas. Para lograr este nivel de confianza, los médicos y los sistemas de atención médica deben, sobre todo, convencer a las personas de que anteponen los mejores intereses de los pacientes a cualquier interés personal financiero o no financiero propio
Comentario:
Existen interferencias en la relación de agencia médico paciente, por el modelo de contrato que los vincula, gerenciadores y agentes: salario, hora médica, pago por prestación, o por lograr objetivos, o en modalidades de pago mixta. La información que accede el profesional y el paciente por fuera de esa relación, de las revistas científicas por los médicos y por los artículos periodísticos el paciente, que responden a criterios editoriales, que llevan a publicaciones publicadas sin análisis de pares y solo para lograr impacto y no evalúan el riesgo que provocan desde el “periodismo independiente» que ha tenido en las últimas décadas una presencia importante en nuestras vidas, impidiendo que se perpetren daños mayores en la sociedad con comportamientos autocráticos y tendencias totalitarias, denuncias de negociados y lavado de dinero. Los pacientes además creen mucho en los medicamentos más que hacer esfuerzos en dietas que los priven de cosas que les gustan. Los actores sociales no permanecen quietos e inerme si se modifican las variables del entorno naturalmente tendrán una respuesta para adaptarse a los cambios.
Sin embargo, la confianza en la atención médica ha disminuido durante el último medio siglo. En una encuesta de 1966 de adultos en los EE. UU., el 73% dijo que tenía una gran confianza en los líderes de la profesión médica; pero en una encuesta de 2012, solo el 34% dijo esto. 1 Se cree que muchos factores contribuyen a la disminución de la confianza en los médicos y la medicina organizada, incluido el aumento de la atención administrada y los incentivos financieros relacionados, los conflictos de intereses muy publicitados entre los médicos y los fabricantes de dispositivos y productos farmacéuticos, tiempo limitado para la comunicación, fragmentación del paciente -relación médico-clínico y consumismo.
Comentario:
La pérdida de la confianza en el supuesto que los estudios que cita Baker, sean comparables, para estar ocasionada por la interferencia del managed care la medicina gerenciada administrada, con el control fuera de la relación médico paciente, con diferentes herramientas que pretenden mantener la calidad bajando el costo, con médicos preferenciales, equipos de segunda opinión, autorizaciones, case manager, seguimiento longitudinal de pacientes, programas de gestión de la enfermedad crónica, con incentivos al acceso de medicación, control de la prescripción de medicamentos, profiling, efecto centinela y mordaza.
3La confianza en la atención médica es aún menor entre las personas negras y las personas de otras comunidades que han experimentado barreras para acceder a la atención médica, disparidades en la atención médica y racismo manifiesto dentro del sistema de atención médica.
comentario:
Que está implícito como en muchos otros aspectos las cuestiones raciales y étnicas. De acceso, de calidad de atención, que genera desconfianza.
La pandemia de la enfermedad por coronavirus (COVID-19) ha creado nuevas amenazas a la confianza. Esto puede haber sido inevitable cuando se enfrentaba a un nuevo patógeno que desafiaba las expectativas preconcebidas (p. ej., la propagación de portadores asintomáticos), lo que condujo a rápidos avances en la comprensión científica de la enfermedad y a cambios frecuentes en las recomendaciones para la prevención y el tratamiento. Sin embargo, la desconfianza preexistente en la ciencia se vio exacerbada por mensajes contradictorios, tratamientos cuestionables informados en publicaciones de investigación, preocupaciones sobre la interferencia política en las recomendaciones y decisiones de salud pública con respecto a la eficacia de la terapia, y teorías de pseudociencia y conspiración. Además, las comunidades negras y latinas enfrentaron pruebas inadecuadas, barreras financieras para la atención y tasas desproporcionadamente altas de casos y muertes por COVID-19.5
comentario:
El mundo cambió con la pandemia de Covid 19, la sindemia, afectó más a los postergados, los pacientes con peores determinantes sociales tuvieron peores resultados, por accesibilidad, por no concurrir al lugar de atención, por ver afectado sus ingresos al enfermarse. Al mismo tiempo se postergaron otros tipos de atención.
Aunque las estrategias propuestas por Arora y colegas 6 pueden ser útiles en las situaciones que describen, esas estrategias pueden ser menos efectivas cuando hay incertidumbre en torno a una enfermedad emergente o cuando los médicos se encuentran con pacientes con creencias arraigadas (p. ej., las mascarillas son ineficaces para prevenir la transmisión de COVID-19). Por su propia naturaleza, el lenguaje de la ciencia es cuestionador y matizado, señalando cuidadosamente las amenazas a la validez y las limitaciones. Por el contrario, los individuos y grupos que difunden la “pseudociencia” hablan con certeza y sus voces son amplificadas por las redes sociales. Los pacientes pueden buscar en Internet y encontrar fácilmente a muchos «expertos» que emiten el mismo mensaje y teorizan teorías de conspiración sobre cualquier persona que cuestione su posición. 12Esto proporciona una «prueba social» de la corrección de sus ideas. Internet democratizó el acceso a la información científica, pero las redes sociales han alejado el discurso de los expertos científicos hacia el gobierno de la mayoría.
Arora y colaboradores intentan explicar cómo superar la información errónea que tienen los pacientes, sobre el uso de mascarillas, sobre la protección de la hidroxicloroquina, sobre la necesidad de vacunarse, los efectos adversos de las vacunas utilizadas, es que todo evolucionaba más rápidamente que no permitía la decantación de los estudios, la corroboración de resultados en otras características para demostrar efectividad, Asistimos a conclusiones forzadas no basadas en metodología científica y en algunos casos manipulación de los números para poder decir que un tipo de tratamiento es efectivo. Produciéndose rectificaciones tardías de revistas de referencia.
A pesar de estas amenazas a la confianza, una encuesta reciente de Gallup encontró que la proporción de residentes de EE. UU. que dijeron que tenían “bastante” o “bastante” confianza en el sistema médico de EE. UU. aumentó del 36 % antes de la pandemia al 51 %. en julio de 2020. 17Las razones de ésto no son claras. Cuando se trata de confianza, quizás el mayor impulsor sea ver visiblemente a los médicos y los sistemas de atención médica haciendo esfuerzos heroicos para brindar atención independientemente del riesgo personal y, a veces, muriendo por brindar atención a pacientes con COVID-19. No hay mejor demostración de lo que significa para los médicos y los sistemas de atención médica anteponer los intereses de los pacientes a los suyos propios, y esto puede ser lo que más importa para la confianza de los pacientes.
La visibilidad de los médicos e integrantes de los equipos de salud durante la pandemia, hizo recuperar la confianza, por el esfuerzo de ponerse al frente de la atención cuando no existían vacunas.
Muchas gracias por su opinión Dr.,! un tema para profundizar en nuestro País.
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