Editorial: Al rescate del bienestar perdido del personal de salud.

Se ha dejado pasar un tiempo prudencial, y nada ha pasado, una nueva ola se avecina, la cuarta, aparentemente sin tanto stress para el sistema sanitario. Ya basta con 5 días de aislamiento en los casos leves. El personal se inmunizo a su dolor pero no quiere más engaños ni da crédito a esfuerzos adicionales.

Durante la pandemia, la necesidad de tener personal de salud, médicos, enfermeros, asistentes, administrativos, kinesiólogos, bioquímicos, microbiólogos, psicólogos, etc hizo que fueran reconocidos desde la mención periodística, oportunista y un aplauso público a las 21 hs, pero que ello no movilizó ninguna iniciativa seria para dignificar esta profesión de cuidador, ni modificar ninguna condición de su trabajo para bien, dejando pasar una oportunidad única, ni siquiera se escuchó el típico discurso vacío de sentimiento de los políticos, que estaban en otra realidad, disputando su espacio, así hemos visto este tiempo, sacrificado tres generaciones de profesionales jóvenes, que miran la realidad con lo palmario de haber sido defraudados, estafados. Los niveles actuales de agotamiento, fatiga, angustia, que un estudio encontró recientemente que es del 66%.49 No se corrigió la precariedad laboral, ni la insalubridad. Los Riesgos psicosociales, el daño moral y problemas en la organización del trabajo. Trastornos en el sueño e insomnio que quedarán.

Además como sociedad hemos glorificado el agotamiento, hasta como un honor. Mal hecho. Los trabajadores de la salud, bien intencionados queremos mostrar la valía de lo que hicimos, con el acto de hacer una pausa y reflexionar sobre lo que va bien contrasta con las normas de obsesión con los déficits y la implacable rutina del trabajo de renovadas exigencias, reflexionar sobre no recibir sueldos dignos, honorarios adecuados a la formación y al riesgo. Cómo podremos subsanar la heridas generadas por La ruptura entre la vida laboral y personal. A muchos les adeudan vacaciones no gozadas ni cobradas. Deuda que no podremos afrontar desde la gestión.

•»Todo lo que hagamos antes de una pandemia parecerá alarmista, todo lo que hagamos después de una pandemia parecerá inadecuado“ Michael Leavitt, dijo proféticamente, en 2007

Dos años que perdimos y básicamente estamos peor. En nuestro sentimiento están en arrugas y canas, las noches sin dormir, en recordar cuando nos enfermamos y tuvimos cercana la muerte, que por no tenerla no somos ni siquiera esos mártires del olvido, y de las casi cuarenta mil muertes que no tendrían que haber ocurrido. Necesitamos desarrollar e implementar un liderazgo positivo. Recuerdo la soledad del 24 de Diciembre del 2020 en soledad internado alejado y preocupado por mi familia, y la finitud de la existencia.

Se requerirá un fuerte Liderazgo positivo para lograr Un mejor bienestar y una cultura de seguridad laboral, de cobro, de condiciones de trabajo, continuidad, de tener una digna jubilación, son importantes para, y se han relacionado con, mejores normas en el lugar de trabajo (por ejemplo, menos comportamientos disruptivos, menos intimidación).

Que es un mejor bienestar: que el profesional pueda desarrollarse, trabajar, aprender, atender, recibir reconocimiento, tener su uniforme, sus instrumentos, los medicamentos que necesita. Sentir que le da lo mejor a los pacientes. No lo que hay. En una flagrante hipocresía, de la cual no quiere ser cómplice.

Los trabajadores necesitan compartir historias positivas sobre sus pacientes, curaciones, buenos diagnósticos, agradecimientos de las familias e interacción con los colegas informan sentirse más conectados con su entorno de trabajo, sus líderes y sus compañeros. En otras palabras, son oportunidades para imbuir una actualización aburrida con un mayor significado y emociones positivas que parecen beneficiar al entorno de trabajo, al más vital y a los colegas que presencian la interacción.

Fue muy positivo durante la pandemia que los trabajadores tuvieran a sus jefes cerca, los vieran en la noche, los sábados y domingos, que dieran órdenes sensatas ante situaciones muy complejas, más que las intervenciones sistémicas, de las que poco podemos esperar. Los Jefes siempre tenemos que estar cerca de nuestro equipo.

Además la remuneración del esfuerzo, ante la crisis económica, distanció la utilidad para adquirir bienes inherentes a su proyecto personal, debiendo resignar expectativas, o encontrándose ante créditos que por la inflación y actualización no puede pagar. Perdiendo la compensación que alguna vez tuvimos con nuestro esfuerzo, de hacer una guardia más para poder pagar la cuota del departamento. Hoy eso significaba retención del impuesto a las ganancias, a la voracidad de un estado empleador de personas con bajo salario y menor productividad, para que hagan mal su trabajo y debamos pagar más de 165 tributos. Si como lo Leen, muchos médicos nos decían que no hacían más guardias porque eran alcanzados por el tributo, y esto hacía que cobrarán menos. Esto hizo que muchos médicos jóvenes buscarán otras alternativas como el esteticismo, defraudados por la realidad de su profesión. El estoicismo no paga. Nos demolió.

Los trabajadores sanitarios consideran que las intervenciones institucionales e individuales son importantes,50 y es probable que ambos desempeñen un papel importante en los esfuerzos por recuperar el bienestar que esperan durante la próxima década,40 ya que existe una fuerte necesidad de mejorar el sistema y una necesidad de ayudar a aquellos que ya luchan con el bienestar perdido debido al sistema y su insalubridad.

Lo que propongo es que impulsemos mejoras en la remuneración y en las condiciones de trabajo, premiemos la permanencia, el esfuerzo, la dedicación, permitamos que nuestros profesionales se formen trabajen en un ambiente seguro, honremos sus salarios, acompañemos y escuchemos sus iniciativas, mejoremos el sentido de pertenencia, trabajemos cada día junto a ellos en mejorar los procesos, en reconocer los esfuerzos. En solucionarles problemas administrativos para que se ocupan más de los pacientes, en que piensen en su diagnóstico y cómo mejorar la calidad de vida.

En que tengan un rato para ver a sus hijos en la escuela, y verlos crecer, en generar encuentros dentro de la institución de confraternización, más allá de los colectivos a los cuales pertenecen e intercambien con los otros compañeros.

Que los sorprendemos con regalos, que significan más que algo material.

Se necesitan urgentemente intervenciones que disminuyan el agotamiento de nuestro personal y mejorar la forma de trabajar, implementando una cultura por la seguridad en todos los aspectos.

Interacciones que permitan sacar a la superficie los problemas. No todo pasa por lo remunerativo. Pero si hay que considerarlo porque se depreció abismalmente.

Es muy difícil lo que tenemos que hacer, las promesas y los discursos no sirven, solo acciones, lentas, seguras, orientadas, enfrentando la desconfianza y el desprecio, no ganado por nosotros, pero es propio del contexto de lo que nos toca vivir.

Publicado por saludbydiaz

Especialista en Medicina Interna-nefrología-terapia intensiva-salud pública. Director de la Carrera Economía y gestión de la salud de ISALUD

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