El Péndulo Político: Crisis y Oportunidades en Argentina

Tenemos que construir una opción con lo mejor de las dos alternativas.

Carlos Alberto Díaz. Profesor Titular Universidad ISALUD.

«El futuro no es lo que era». Paul Valery. Con esta frase el poeta Paul Valery se dirigía a la Academia Francesa expresando el malestar psicológico que traía aparejado la sustitución de un mundo predecible por una realidad dinámica e impredecible que los envolvía en la incertidumbre.

El texto reflexiona sobre la tendencia de la sociedad argentina a mirar al pasado como posible futuro y critica tanto la nostalgia por etapas ya vividas como la insatisfacción con el presente. Se mencionan problemas estructurales como la deuda, la inflación, el estancamiento económico, la falta de desarrollo y las deficiencias en áreas clave como salud y educación. El autor cuestiona la idealización de gobiernos pasados y alerta sobre el riesgo de repetir errores históricos, señalando la falta de memoria colectiva y la tendencia pendular de alternancia política. Se subraya la necesidad de dejar de lado confrontaciones estériles, encontrar consensos y apostar por un desarrollo equitativo y sostenido, evitando políticas que solo perpetúan las crisis y la falta de perspectivas para la sociedad.

¿El pasado es futuro?

No puede ser que un pasado fallido sea el futuro deseado. Especialmente por los más pobres, postergados, olvidados y librados a su suerte. Me resisto a creerlo.

Cierto es que el pasado puede ser el futuro de nuestra sociedad, ese pasado que dejo indicadores económicos con una deuda fiscal de un PBI completo, inflación del 300%, falta de crecimiento económico en más de 20 años, empleo privado en retroceso, sin un plan de desarrollo para un país, con un sistema sociosanitario que no tenía sustentabilidad, sostenibilidad, ni solvencia, con un PMO piso-techo, con usufructo de los recursos destinados a la salud, tanto por funcionarios, prestadores, como los gerentes de la pobreza, si hace menos de dos años quisimos salir de ello, y votamos en un sentido, ahora que cambió, ¿se hizo todo mal?. Seguro que no. Lo que se hizo bien no debe cambiar.

El pasado no puede ser el futuro, el presente, tampoco.

El presente Soberbio, que se pelea con todas las fuerzas políticas, todas las instituciones, con sus aliados y enemigos, que denota y pregona del estado eficiente, que afecta las necesidades de subsistencia de las personas, que quiere que las provincias se hagan cargo de la salud y la educación pero le restringe la coparticipación, que pretende que otras instituciones se hagan cargo de lo que no les interesa, que no es “importante”, que asfixia a las instituciones de la formación, al Garrahan, al hospital de Clínicas, a la UBA, la discapacidad, las jubilaciones, las rutas nacionales, es necesario hacer obras PÚBLICAS,  las empresas de servicios públicos deficitarias. Sosteniendo una política antiinflacionaria, contractiva, de falta de crecimiento, de no creación de empleo, de falta de desarrollo.

Un pasado que será futuro, con inseguridad, inflación, falta de salud, educación de baja calidad, más jubilados que no aportaron, con mayor presión fiscal para solventar cuentas públicas que son una estafa a la gente.

Como no tenemos memoria. Como olvidamos. Como reivindicamos gobiernos que fueron atravesados por graves conflictos que la historia no ha juzgado, el gobierno de Menem. Que es la imagen del liberalismo moderno. Los atentados a las embajadas de Israel y a la mutual judía y al polvorín de Rio tercero para ocultar la venta de armas.

Ahora reivindicaremos los gobiernos de Nestor y Cristina. Que tuvieron la oportunidad única de realizar una reserva de divisas como hizo Brasil anticíclicas, con la soja a 600 dólares y salió a pelearse. El magnicidio de un fiscal.  Y otras cuestiones, que llamativamente se han perdido en la memoria colectiva de las mayorías.

Este presente esta evolucionando inesperadamente al juicio político, con la pseudo legalidad de los 2/3 del parlamento que maltrató y luego de las nacionales de Octubre nos veremos envueltos en una crisis similar a De la Rua. Este muchacho esta siendo eyectado. No tiene aliados. Los que tiene son muy débiles. La pelea si es que existe esta perdida. Luego de la derrota nacional de Octubre saldrá despacio y en silencio. Todos los argentinos sufriendo otro experimento negativo quedando expuestos y de ilusiones partidas. Con las esperanzas aniquiladas. El juicio es político y, por eso, su desenlace tiene sólo consecuencias de ese tipo: su único objeto es la destitución de un funcionario o su inhabilitación para ejercer cargos públicos. Así lo sostiene el artículo 60 de la Constitución: “Su fallo no tendrá más efecto que destituir al acusado, y aun declararle incapaz de ocupar ningún empleo de honor, de confianza o a sueldo en la Nación”. La responsabilidad penal del funcionario, sostiene este artículo, queda a cargo de los tribunales ordinarios. La causa es subjetiva. El mal desempeño. y junto todos los enemigos de un lado. A los «imbéciles» frente a el. El único Juicio político que hubo en Argentina fue en 1947 a los integrantes de la Corte Suprema y al procurador general, por haber convalidado los golpes de Estado de 1930 y 1943.

Ayer mientras festejaban en el escenario, y la orquesta expresaba su música, el titanic nuevamente impacto con la realidad de un capitán que no escucha, que se encierra y no ve la realidad. Ya es tarde y no hay botes suficientes para que los argentinos nos subamos a ellos. Porque hoy los pobres serán más pobres, la clase media menos clase media y los ricos están analizando donde emigrar. Diciéndole a nuestros hijos que suerte Ustedes que se pueden ir a un país un poco más estable. Tal vez, no tan lejos, pero fuera de aquí.

Pareciera que en la actualidad una cantidad importante de ciudadanos que no concurren a votar, tienen apatía, bronca, se niegan a concurrir, puesto que no quieren optar, quieren elegir, en Argentina, no se está pudiendo elegir, no hay alternativas. El oficialismo no comprende que existe una realidad que el ajuste lo esta realizando fundamentalmente la clase media, con el retraso salarial y aumento de sus gastos en la canasta de esta clase social. Que es un motor de la economía formal e informal, no solo estar esperanzados que en el 2031 YPF exportará tantos dólares como el campo. La economía y la política tienen que coincidir. no existirá proyecto de país si no incluimos a las provincias. Que tienen sus inquietudes, sus contratos con los votantes. Se las puede sumar para hacer viable el proceso de las reformas.

El pasado, en lo político no es tan débil, gano una elección, el presente, el gobierno perdió una elección, perdió apoyo popular, debil en la administración, en lo legislativo y en lo político, y esto se puede llevar por delante a los endebles logros de lo económico, el presente es la negación y el pasado es el olvido, la memoria cortoplacista, el horizonte es el fracaso.

El Péndulo:

Es un mundo intersubjetivo, que las cosas son como a uno le parecen y no como ocurren realmente. No se puede soslayar las penurias y dificultades que afectan a la población, a las restricciones que tiene que hacer la clase media para caer con paracaídas a ser pobre. Mientras los políticos siguen con sus privilegios. Nada de eso se cortó. Sino que sobreactuó. Nadie vive con el precio del Barril del petróleo, ni exportando gas, litio o cobre, si haciendo infraestructura para ser un país que exportando pueda pagar sus gastos, y que su gente pueda vivir mejor. Que los resultados del esfuerzo se distribuyan. El gobierno actual no puede objetar toda política focalizadora de los recursos en los grupos más postergados. No podemos seguir en esta política pendular. No hay cuerpo social que aguante. Atacando a las coaliciones políticas que nos han gobernado desde el advenimiento de la democracia. Las que están en la oposición destruyen a los oficialismos. Pero en el péndulo nos golpeamos nosotros. Estamos los 46 millones de argentinos. Basta, basta de pegarnos tiros en los pies, y de agitar el péndulo. Poniendo en duda las reales competencias para gobernar de Milei y el mismísimo Ganador: Axel Kisiloff.

Es la era de los antagonismos, con una fobia social reinante por el agotamiento, donde gobierna la derecha, se agota y vienen las izquierdas, y viceversa.

El péndulo hace que lo que quisimos enterrar reverdece. El crecimiento económico para que sea valorado por la población tiene que ser distribuido. Estamos frente a una sociedad desanimada por falta de perspectivas. Volver a soñar. Nunca soñamos. Con un desarrollo.

“La diferencia entre pasado y presente, que necesariamente instaura la conciencia histórica, nada tiene que ver con la lógica de la presencia y la ausencia. Es decir, en pensar el pasado como lo ausente que se hace presente en el discurso histórico. La relación ausencia-presencia es de oposición, contradicción; la relación pasado-presente es de integración: tengo un presente en tanto tengo un pasado y tengo un pasado desde un presente que anticipa un futuro”. Mudrovcic, Maria Ines (2009). Pasados en Conflicto. 

Memoria selectiva:

La memoria selectiva que no sabe de sacrificios duraderos, que los países que salieron de crisis como las argentinas hicieron una década mínimo de buenas cuentas, pero minimizando el daño, los efectos secundarios y las segundas víctimas.

Hay sangre en el mar de la política y los tiburones se percatan, irán por el juicio político, si no se blinda, esto no tendrá un buen fin. No pueden sufrir todos. Basta de denostar porque sí a los otros. No poder establecer puntos en común con personas que pueden pensar distinto.

El sistema de salud impávido:

 Si se quiere un sistema de salud con solidaridad social, para igualar oportunidades a través de tener libertad para desarrollar proyectos, y ganar años de calidad de vida, para que la gente produzca más, y pueda tener un proyecto. Tener una mejor logística, empresas públicas que den buenos servicios, privados que inviertan, argentinos que puedan creer en su país, y pongan sus ahorros en generar divisas de exportación, darle al campo el apoyo de las condiciones que requiere, un plan hidráulico, rutas locales para llevar la producción y bajar los costos, generar divisas con la producción argentina, establecer con altruismo proyectos que beneficien a la sociedad. Que cada uno de ellos sea un escalón para subir un nivel, no importando el reconocimiento, la dedicación que lleva, el nombre del recuerdo, y la imagen pública, al final lo único que sirve es la satisfacción de haber realizado acciones que sirvan para romper con ese status quo, que entristece a todos “que nada puede cambiar”. Dejar que los empleadores mejoren el ingreso de sus trabajadores. Modificar el financiamiento de la salud y la discapacidad, mejorar las jubilaciones, crecer exportando, crecer trabajando, crecer con el esfuerzo.

Lo que la gente vota es insondable, cada uno lo hace es personal, no se puede explicar lo personalísimo. La gente vota por su interés. Su país es su interés.

Cuál es nuestro largo plazo:

El largo plazo hoy es el 27 de octubre, algunos están perdiendo la ilusión, otros quieren volver al infierno, porque las fuerzas del cielo que conocieron son peores, no hay peor necio que el que no quiere escuchar, el triángulo de hierro que es “cartón pintado”, triángulo de ambiciosos por un lado e improvisados por el otro y ahora, lo muertos están vivos nuevamente, nunca estuvieron muertos, solo esperaban el error, que llegó antes, servido por el mal argentino, la soberbia, podrá la Sra. estar libre nuevamente. No puede ser que el esquema político sea cada dos años cuando los contratos que transformarán la realidad de un país duran más de cuatro claramente. Quien invertirá, si otros en ser agentes de los pobres, vean esa inversión como una estafa extractiva a las riquezas de un país.

Un país de pobres sin dignidad.

Un país de pobres cada vez más pobres, con peores condiciones y peor educados, tanto que no importa la inseguridad, que te asalten esperando el transporte, para poder comprar la dosis del día, la inundación con las lluvias, la falta de cloacas, con las consecuencias en la salubridad, sino lo vano que fue el sacrificio, por la corrupción, por denostar la discapacidad y a los jubilados, porque se gana la elección donde más trabajo en negro hay en el país, que es el abandono del mañana, con trabajo en negro no hay presente.

Estas cuestiones, luego de treinta años de padecimiento, llevaron al acostumbramiento, a la elación, por las sustancias y el alcohol, quien se crio en un hogar pobre, vivió en una pobreza con otra dignidad, con esa que el inmigrante, quería que su hijo pudiese ascender en la escala social, por sus méritos y sus esfuerzos. Ser un lavacopas y llegar a ser médico, o cualquier otra cosa, que te permita ganarte la vida, con la dignidad del esfuerzo y sacrificio.

Publicado por saludbydiaz

Especialista en Medicina Interna-nefrología-terapia intensiva-salud pública. Director de la Carrera Economía y gestión de la salud de ISALUD. Director Médico del Sanatorio Sagrado Corazon Argentina. 2010-hasta la fecha. Titular de gestión estratégica en salud

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