Dr. Carlos Alberto Díaz. Profesor titular universidad ISALUD.
No es posible identificar en el sistema público ni en el privado, un sistema que se preocupe por la prevención y la promoción de la salud, por nominalizar, por seguir el trayecto de los pacientes dentro del sistema de salud, por mitigar los efectos que genera los determinantes sociales, la desigualdad, la pobreza en la salud, el empleo informal, la desocupación, la falta de agua y cloacas, la precariedad de las viviendas, de las calles, de la violencia urbana, de la alimentación, etc.
Medir Los tiempos que implica desde el diagnóstico de una enfermedad hasta que efectivamente es tratada. En que estadio se diagnóstica los canceres, como nos enteramos que nuestros pacientes son diabéticos e hipertensos o tienen enfermedad coronaria.
Cuanto se podría reasignar si tuviéramos a la población con una tarjeta sanitaria, una historia clínica electrónica llevada adelante por el plan nacer, y como obligación para todos los seguros de salud, obras sociales y prepagas, y proponerse como un objetivo de estado que toda la población este nominalizada e independientemente de la capacidad de pago, que acceda a las atenciones de salud de igual calidad asistencial y científica.
La estructura, la tenemos, las posibilidades y los recursos, también, debido a que es un programa que se auto sustenta, con el ahorro de costos en la prescripción inadecuada y en el pedido de estudios que el paciente no requiere, en poder tener a todos los argentino en el radar.
Esto se podría implementar comenzando como un sistema censal de corte, reconvirtiendo al censo en una encuesta de salud, en todos los contactos que tiene el paciente con su sistema de salud subir su historia clínica a la nube y con ello poder contar con información en todos los puntos de encuentro, dándole la máxima seguridad informática, imitando sistemas europeos de salud, esto no afecta a nadie y beneficia a todos, porque así podremos identificar la carga de enfermedad que hacer con ello, como empezar a prevenir, en desplegar en todos los ámbitos de la comunicación un mensaje y los incentivos para la modificación en los estilos de vida.
Tendremos personas que no se podrán identificar que no se podrá tener un registro electrónico de salud, pero si esto se convierte en el ochenta o noventa por ciento, las posibilidades económicas y de generación de riqueza contribuirán fuertemente al desarrollo de un país, calculemos que las cuatro principales causas de muerte pueden ser abordadas por este métodos.
Que es lo que nos detiene: la fragmentación, los intereses corporativos, los arreglos de los financiadores con prestadores, esto no interfiere para nada, está encima de todo eso, lo sobrevuela, lo pone en un nivel superior, permite tener la trazabilidad de las necesidades sanitarias de la población y como estas están siendo satisfechas, esto constituye una de las urgencias del largo plazo.
Los pacientes tendrían siempre afinidad por el seguro de salud que elijan, pero este debe tener una historia clínica interoperable, que de los datos sobre carga de enfermedad detectada, y como se controla.
Para saber cuál es el control que tiene nuestras embarazadas, nuestros niños en etapas de crecimiento, los hipertenso, los pacientes que tienen hipercolesterolemia, los controles preventivos, el acceso a los medicamentos. Donde se atiende el paciente y con quien. que todos los habitantes de la argentina tengan un médico de cabecera, que se reconozcan y se paguen las acciones de la prevención y la promoción de la salud, que esto sea obligatorio, que implique compromisos en el plan nacer, en la superintendencia y en el pami, que en lugar de cubrir por cubrir, se pueda eliminar la medicación innecesaria que toman los pacientes y los controles que no se efectúan.
Se debe modificar las forma de pago con los prestadores no solo por hacer sino por el desempeño, la acreditación de los procesos, debería ser obligatorio para trabajar con los seguros de salud que las instituciones en dos años estén acreditadas, y por ello los principales financiadores reconocer un plus por esa acción dirigida a la calidad, a la mejora en la atención, a la eficiencia y a la mejora ene l desempeño.
Lo más importante es que el valor está sesgado hacia los procedimientos que requieren habilidades físicas, como la cirugía y las intervenciones. El valor asignado a la habilidad diagnóstica se minimiza y no diferencia entre el tratamiento de un resfriado común versus el diagnóstico de una enfermedad poco común que conduce a un tratamiento que salva vidas. Además, la escala no tiene en cuenta la idoneidad o los resultados. Teóricamente, a un cirujano se le podría pagar cada vez que repara la misma hernia en un paciente, a pesar de que su técnica puede haber inducido la recurrencia, o incluso múltiples recurrencias. Este modelo de pago en realidad incentiva el uso excesivo y procedimientos más complicados. En esencia, los esfuerzos para detener el rápido aumento del gasto en atención médica, al tiempo que frenan el abuso del sistema, han creado métodos nuevos e inventivos para aumentar el gasto sin mejorar los resultados.
La motivación de los sistemas de salud prepagos, privados, es impulsar a tantos pacientes como sea posible a comprar sus planes, ya que sus ganancias son impulsadas únicamente por el volumen de beneficiarios. Luego, las compañías de seguros calculan el costo del servicio y transfieren el gasto al paciente, a través de un aumento en la prima del seguro, regulado por el estado. No hay ningún incentivo para reducir los costos por cualquiera de las partes. Todo esto ha sido impulsado por la falta de supervisión gubernamental en el costo de la atención, la calidad de la atención, la eficiencia de la atención y los resultados de la atención. La transformación requerida es cambiar el método de financiamiento, con el fin de incentivar a los pacientes y proveedores a mantener a todos sanos. Si pagamos para tratar enfermedades, ¿es realmente lo mejor para un proveedor de atención médica prevenir la enfermedad? Esto no es diferente a la «obsolescencia incorporada» de la industria de la salud.
La atención primaria una o dos veces al año, debería hacerse por recorridos prefijados tipificados por ciclos de vida, esto debería estar incorporado al programa médico asistencial. No librados a la voluntad de un sistema vendido con un prestador a voluntad de quien se lo quiera realizar. Lo mismo tendríamos que exigirle a la ART, que cada vez hacen menos y cobran más. Qué hacer con todas las personas que están en la informalidad. Sacarlas de ella.
El ministerio de salud al comienzo de cada bienio, debería proponer las acciones que considera estratégicas como objetivos para que cumplan todos los seguros de salud, lo certifiquen y esto sea auditado.
Llamo la atención con estas líneas a quienes tienen responsabilidades ejecutivas para que inicien un camino, en el cual no esperen reconocimientos, pero por una vez tengan la grandeza de hacer acciones por las convicciones generadas en hacer el bien común, en no ideologizar la salud, no olvidarla, ni orientarla solo en los menesterosos, sino en todos de acuerdo a la necesidad y lo que necesitamos son argentinos, que no se enfermen, y cuando acceden al sistema de salud por cualquier razón reciban una atención integral, acorde a sus necesidades y que supere sus expectativas.
La principal falla de todos los sistemas de salud, obras sociales, prepagas y sistemas públicos está en la prevención y en la promoción de la salud. Tenemos que poner este tema en la agenda inmediatamente para que las personas tengan mejores hábitos de vida que será un generador de oportunidades dejando de premiar y pagar por la medicina del fracaso y las complicaciones.