Asociación de la duración de la visita de atención primaria con la prescripción potencialmente inapropiada

Dra. Hannah T. Neprash1John F. Mulcahy, MSPH1Dra. Dori A. Cross1y otros

Comentario de Carlos Alberto Díaz. Introductorio:

La atención ambulatoria es muy importante, es la puerta de entrada al sistema de salud, la demanda ejerce presión sobre la oferta médica de la consulta, tiende a acortar la duración de la consulta, afectando la calidad y la seguridad de los pacientes, por ello subo al blog este trabajo publicado en el JAMA, Este trabajo transversal sobre cuatro millones de pacientes observándose que los que tenían seguro público, eran hispanos o negros tuvieron vistas de menor duración, y evidencia de prescripción inapropiada de antibióticos, benzodiacepinas y prescripción inapropiada en pacientes de más de 65 años. según se demuestra que la duración es importante, que señala que el acortamiento genera errores.

•La consulta debe interpretarse como una actividad relevante, en el sistema de atención, debido a que constituye la llave de acceso al sistema sanitario. 

•La puerta que se abre a este sistema debe ser grande, la accesibilidad es una de las cualidades más reclamadas del sistema de salud, que tiene por peso el número de consultas, la calidad de las mismas, la contención, el tiempo y la continuidad progresiva asistencial de los consultorios.

•La cantidad de consultas anuales es expresión de accesibilidad al sistema de salud.

Pregunta   ¿Es más probable que los médicos de atención primaria receten medicamentos potencialmente inapropiados durante visitas más cortas?

Hallazgos   En este estudio transversal de 4 360 445 pacientes, aquellos que eran más jóvenes, con seguro público, hispanos o negros no hispanos tuvieron visitas más cortas al médico de atención primaria. Las visitas más cortas se asociaron con una mayor probabilidad de prescripción inadecuada de antibióticos para pacientes con infecciones del tracto respiratorio superior y prescripción conjunta de opioides y benzodiazepinas para pacientes con afecciones dolorosas.

Significado   En este estudio, las visitas de atención primaria más cortas se asociaron con algunas, pero no todas, las medidas de prescripción inapropiada.

Importancia   El tiempo es un recurso valioso en la atención primaria, y los médicos y los pacientes constantemente plantean preocupaciones sobre el tiempo inadecuado durante las visitas. Sin embargo, hay poca evidencia sobre si las visitas más cortas se traducen en una atención de menor calidad.

Objetivo   Investigar las variaciones en la duración de la visita de atención primaria y cuantificar la asociación entre la duración de la visita y las decisiones de prescripción potencialmente inapropiadas por parte de los médicos de atención primaria.

Diseño, entorno y participantes   Este estudio transversal utilizó datos de sistemas de registros de salud electrónicos en oficinas de atención primaria en los EE. UU. para analizar las visitas de atención primaria de adultos que ocurrieron en el año calendario 2017. El análisis se realizó desde marzo de 2022 hasta enero de 2023.

Principales resultados y medidas Los   análisis de regresión cuantificaron la asociación entre las características de la visita del paciente y la duración de la visita (medida utilizando datos de marca de tiempo) y la asociación entre la duración de la visita y las decisiones de prescripción potencialmente inapropiadas, incluidas las prescripciones inadecuadas de antibióticos para infecciones del tracto respiratorio superior, prescripción conjunta de opioides y benzodiazepinas. para condiciones dolorosas y prescripciones que eran potencialmente inapropiadas para adultos mayores (según los criterios de Beers). Todas las tasas se calcularon utilizando efectos fijos médicos y se ajustaron según las características de los pacientes y las visitas.

Resultados  Este estudio incluyó 8 119 161 visitas de atención primaria de 4 360 445 pacientes (56,6% mujeres) con 8091 médicos de atención primaria; El 7,7 % de los pacientes eran hispanos, el 10,4 % eran negros no hispanos, el 68,2 % eran blancos no hispanos, el 5,5 % eran de otra raza y etnia y al 8,3 % les faltaba la raza y la etnia. Las visitas más largas fueron más complejas (es decir, se registraron más diagnósticos y/o se codificaron más condiciones crónicas). Después de controlar la duración de la visita programada y las medidas de complejidad de la visita, los pacientes negros más jóvenes, con seguro público, hispanos y no hispanos tuvieron visitas más cortas. Por cada minuto adicional de duración de la visita, la probabilidad de que una visita diera lugar a una prescripción inadecuada de antibióticos cambió en −0,11 puntos porcentuales (IC del 95 %, −0,14 a −0,09 puntos porcentuales) y la probabilidad de prescripción conjunta de opioides y benzodiazepinas cambió en −0 . 01 puntos porcentuales (IC del 95 %, −0,01 a −0,009 puntos porcentuales). La duración de la visita tuvo una asociación positiva con la prescripción potencialmente inapropiada entre los adultos mayores (0,004 puntos porcentuales; IC del 95 %, 0,003-0,006 puntos porcentuales).

Conclusiones y relevancia   En este estudio transversal, la duración más corta de la visita se asoció con una mayor probabilidad de prescripción inadecuada de antibióticos para pacientes con infecciones del tracto respiratorio superior y prescripción conjunta de opioides y benzodiazepinas para pacientes con afecciones dolorosas. Estos hallazgos sugieren oportunidades para investigaciones adicionales y mejoras operativas para la programación de visitas y la calidad de las decisiones de prescripción en la atención primaria.

Introducción

El tiempo es un recurso escaso y valioso en atención primaria, con una visita media de 18 minutos. 1 Según una estimación reciente, los médicos de atención primaria necesitarían 27 horas al día para brindar todos los cuidados preventivos, crónicos y agudos recomendados por las pautas a un panel de pacientes típico. 2 Si bien existe una variación global en la duración de la visita de atención primaria, 3 el crecimiento reciente en el contenido de la visita (p. ej., diagnósticos registrados y medicamentos recetados) ha superado el crecimiento en la duración de la visita, 4 , 5 lo que sugiere que el tiempo disponible por problema de salud puede estar disminuyendo con el tiempo. 6 En las encuestas, los pacientes informan rutinariamente que necesitan más tiempo con su médico de atención primaria, 7 , 8y la duración de la visita es uno de los factores más prominentes asociados con la satisfacción de los pacientes con su atención. 9 , 10 Los médicos también quieren pasar más tiempo con sus pacientes y con frecuencia informan que se sienten apurados durante las visitas. 11 – 13

Se cree ampliamente que las visitas más cortas están asociadas con una atención de menor calidad para los pacientes. 14 , 15 En particular, existe la preocupación de que los médicos tomen decisiones de prescripción menos apropiadas en visitas más cortas, ya que toma tiempo hacer diagnósticos, analizar los regímenes de tratamiento existentes, identificar posibles conflictos de medicación y suspender la prescripción según sea necesario. 16 Los médicos pueden ver algunas prescripciones (p. ej., opioides, antibióticos) como soluciones rápidas cuando la discusión de alternativas (p. ej., fisioterapia, conducta expectante) requeriría tiempo y esfuerzo adicionales o como una estrategia para resolver una interacción tensa con el paciente. 17 – 19

Sin embargo, la evidencia sobre la asociación entre la duración de la visita y la calidad de la atención es limitada y mixta. Un estudio que utilizó datos de encuestas nacionales encontró que brindar el asesoramiento o la evaluación recomendados requería tiempo adicional, pero la prescripción adecuada de medicamentos para afecciones crónicas no se asoció con la duración de la visita. 20 Otro estudio que utilizó los mismos datos de la encuesta nacional encontró que las consultas por infección de las vías respiratorias superiores que incluían una receta de antibiótico eran más breves que las consultas sin receta de antibiótico. 21 Otra investigación que utilizó técnicas de observación directa encontró una discusión más completa de los nuevos medicamentos recetados durante visitas más largas. 22Finalmente, algunos estudios han documentado una asociación entre la presión del tiempo y la provisión de prescripciones probablemente de bajo valor, pero no para todos los resultados estudiados. 23 , 24 Hasta donde sabemos, ninguno de estos estudios tuvo en cuenta las diferencias prácticas conocidas entre los médicos en su propensión inicial a la duración de la visita y las decisiones de prescripción.

Usando una muestra multiestatal de datos de registros de salud electrónicos (EHR), primero examinamos las características clínicas y sociodemográficas del paciente asociadas con la duración de la visita. Controlando estas características, luego examinamos los cambios dentro del médico en las decisiones de prescripción potencialmente inapropiadas, incluida la prescripción inapropiada de antibióticos, la prescripción conjunta de opioides y benzodiazepinas, y la prescripción potencialmente inapropiada para adultos mayores en función de la duración de la visita de atención primaria. Los resultados de estos análisis pueden informar a los responsables de la formulación de políticas y los líderes del sistema de salud, ya que equilibran las presiones del volumen de visitas y la necesidad de brindar atención de alta calidad.

Métodos

Debido a que solo se utilizaron datos administrativos no identificados, se consideró que este estudio transversal no era una investigación con participantes humanos y, por lo tanto, estaba exento de los requisitos de consentimiento informado y de la revisión de la junta de revisión institucional por parte de la junta de revisión institucional de la Universidad de Minnesota. Este estudio siguió la pauta de informes de Fortalecimiento de la elaboración de informes de estudios observacionales en epidemiología ( STROBE ).Población de estudio

Usamos un subconjunto de reclamos y datos de EHR de athena health Inc, una compañía de tecnología de la información de atención médica basada en la nube que brinda a los consultorios médicos servicios de facturación médica, administración de consultorios y EHR. Estos datos se han utilizado en trabajos anteriores relacionados con la medición de la duración de la visita y el comportamiento de prescripción. 1 , 24 , 25

La muestra del estudio incluyó visitas de pacientes adultos que consultan a médicos de atención primaria (definidos como aquellos con especialidades en medicina interna, medicina familiar y medicina general) en los EE. 2017. Usando métodos previamente validados, 1 , 25 excluimos las visitas sin medidas confiables de duración observada (eFigura 1 en el Suplemento 1proporciona detalles adicionales sobre la construcción de la muestra). Utilizamos submuestras de visitas para evaluar resultados de prescripción específicos: visitas con un diagnóstico de infección del tracto respiratorio superior (para el resultado de prescripción inadecuada de antibióticos), visitas con un diagnóstico relacionado con el dolor (para el resultado de prescripción conjunta de opioides y benzodiazepinas) y visitas para adultos de 65 años o más (para el resultado de la prescripción potencialmente inapropiada entre los adultos mayores) (la Tabla brinda las características de los pacientes y las visitas de cada muestra, y la eTabla 1 en el Suplemento 1 brinda una lista de la Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y Problemas de Salud Relacionados, Décima Revisión [ ICD-10 ] códigos de diagnóstico y medicamentos utilizados para definir submuestras).Duración de la visita

Medimos la duración de la visita utilizando marcas de tiempo, que documentan las acciones de los médicos en el EHR en las etapas de un encuentro con el paciente, desde el registro y la admisión hasta el encuentro cara a cara, el pago y la firma. Por lo general, una vez que los miembros del personal han completado el registro (p. ej., confirmando la cobertura del seguro), un asistente médico realiza la evaluación de admisión (p. ej., signos vitales y conciliación de medicamentos). Después de la admisión, el médico hace clic en «Ir a examen» para iniciar la visita (p. ej., tomar el historial del paciente, realizar un examen físico y hacer pedidos). Al final de la visita, el médico cierra la etapa de examen para avanzar el encuentro a la etapa de verificación. Para medir la duración de la visita, utilizamos métodos publicados previamente para procesar marcas de tiempo registradas durante la etapa de examen presencial de cada visita de atención primaria.1 , 25

Resultados de prescripción potencialmente inapropiados

Examinamos 3 resultados que representan decisiones de prescripción inapropiadas o potencialmente inapropiadas: antibióticos inapropiados para infecciones del tracto respiratorio superior, prescripción conjunta de opioides y benzodiazepinas, y prescripción potencialmente inapropiada para adultos mayores. Para la prescripción inadecuada de antibióticos, implementamos una definición ampliamente utilizada que se basa en la presencia de una prescripción de antibióticos vinculada por el identificador exacto del paciente, el identificador del médico y la fecha de una visita con un diagnóstico primario de infección del tracto respiratorio superior. 26 De manera similar, definimos la prescripción conjunta de opioides y benzodiazepinas como una visita con un diagnóstico primario relacionado con el dolor y una prescripción de opioides y benzodiazepinas vinculada a la visita. 24Como análisis de sensibilidad, repetimos este resultado de prescripción entre las visitas con un diagnóstico primario relacionado con el dolor y un diagnóstico de ansiedad. Finalmente, identificamos todas las visitas para adultos de 65 años o más que estaban relacionadas con recetas de medicamentos enumerados en los criterios de Beers actualizados de 2019 27 (es decir, una declaración de consenso de la Sociedad Estadounidense de Geriatría sobre medicamentos potencialmente inapropiados para adultos mayores) como teniendo un fuerte recomendación de evitar basada en evidencia de alta calidad. Si una receta estaba vinculada a la visita, esto significaba que la receta se ordenó, resurtió o confirmó nuevamente en la visita. Al igual que en trabajos anteriores, 24 vinculamos las recetas con las visitas por identificador exacto del paciente, identificador del médico y fecha. Covariables adicionales

Usamos reclamos de seguros presentados y datos estructurados de EHR basados ​​en el autoinforme del paciente para recopilar datos a nivel de visita sobre la edad, el sexo, el estado civil, la raza y el origen étnico de los pacientes (recopilados a través del autoinforme del paciente por prácticas médicas; hispanos, no hispanos negro, blanco no hispano, otro [indio americano o nativo de Alaska, asiático y nativo de Hawái u otras islas del Pacífico], y faltantes), asegurador principal (es decir, comercial, con doble elegibilidad [para Medicare y Medicaid], Medicare Advantage, Medicare tarifa por servicio, Medicaid, otro pagador o sin seguro), tipo de visita (es decir, nueva o establecida), duración de la visita programada (10, 15, 20 o 30 minutos), recuento de diagnósticos (número de códigos de diagnóstico ICD – 10 facturado durante la visita, un proxy para la cantidad de temas discutidos) y recuento de condiciones crónicas. Usamos la CIE-10códigos y un período retrospectivo de 1 año para replicar algoritmos ampliamente utilizados para 27 posibles categorías de condiciones crónicas. 28

Análisis estadístico

Los datos se analizaron desde marzo de 2022 hasta enero de 2023. Para cada médico de atención primaria incluido en la muestra, calculamos la duración media de la visita y trazamos un histograma ( Figura 1) que muestra la proporción de médicos por la duración media de la visita. Usamos análisis bivariados para evaluar la asociación entre el paciente y las características de la visita y la duración de la visita y luego construimos un modelo de probabilidad lineal multivariable con la duración de la visita como el resultado que incluía estas características. Luego construimos un modelo de probabilidad lineal multivariable para evaluar la asociación de la duración de la visita con una prescripción potencialmente inapropiada, controlando las características del paciente y de la visita. Todos los modelos también incluyeron efectos fijos de médicos para controlar las diferencias invariantes en el tiempo entre los médicos en cuanto a la duración de la visita y los patrones de prescripción. Como tal, los resultados pueden interpretarse como comparaciones de los resultados de prescripción en función de la variación de la duración de la visita de cada médico individual. Todos los modelos de prescripción inapropiados se limitaron a visitas con una duración de 5 minutos o más para excluir visitas en las que las condiciones del paciente pueden no haber sido discutidas (p. ej., visitas únicamente para resurtir recetas). Todos los análisis de regresión utilizaron SE robustos de Huber-White para evaluar la significación estadística, que se definió como de 2 colas. P  < 0,05. Los análisis se realizaron utilizando Stata, versión 16 (StataCorp LLC). Para mostrar gráficamente los resultados de regresión ajustados, usamos el comando binscatter en Stata, que crea un diagrama de dispersión en bins (es decir, un método no paramétrico para cuantificar el valor medio de y para bins de valores x de igual tamaño, controlando las características del paciente y de la visita y incluidos los efectos fijos del médico).Resultados

La muestra del estudio consistió en 8 119 161 visitas de 4 360 445 pacientes (43,4% hombres y 56,6% mujeres) atendidos por 8091 médicos de atención primaria en 4597 consultas. Del total de visitas, el 7,7 % fueron para pacientes hispanos, el 10,4 % para pacientes negros no hispanos, el 68,2 % para pacientes blancos no hispanos, el 5,5 % para pacientes de otra raza y etnia, y el 8,3 % para pacientes sin raza ni etnia ( Mesa). En comparación con una muestra nacional de 8906 pacientes con visitas de atención primaria en el consultorio de la Encuesta Nacional de Atención Médica Ambulatoria (NAMCS), los pacientes que recibieron visitas en la muestra del estudio tenían menos probabilidades de ser blancos no hispanos (75,1 % frente a 68,2 %). más probabilidades de tener un seguro comercial (44,1 % frente a 48,5 %) y Medicare (34,9 % frente a 40,2 %), menos probabilidades de tener Medicaid (8,3 % frente a 7,7 %) o no tener seguro (4,9 % frente a 2,6 %) y más probabilidades de no tienen condiciones crónicas (34.1% vs 41.5%) (eTabla 2 en Suplemento 1 ). Al comparar la muestra de NAMCS con la muestra de athenahealth, encontramos tasas similares de 1 afección crónica (24,5 % frente a 24,4 %) y 2 afecciones crónicas (16,8 % frente a 16,4 %), una distribución de visitas por sexo similar y una distribución de visitas por edad similar (eTabla 2 en Suplemento 1). En comparación con la NAMCS, la muestra de athenahealth sobrerrepresentaba las visitas en el sur (43,9 % frente a 54,9 %) y subrepresentaba las visitas en el oeste (21,8 % frente a 8,6 %), con proporciones similares de visitas en el noreste (17,6 % frente a 17,7 %). y Medio Oeste (16,8% frente a 18,7%). Las características de los pacientes y las visitas variaron entre las 3 submuestras utilizadas para nuestras 3 medidas de prescripción potencialmente inapropiadas ( Tabla ).

La duración de la visita varió considerablemente entre y dentro de los médicos de atención primaria. El médico medio de la muestra pasó una media de 18,9 minutos con cada paciente ( Figura 1 ). Los médicos en el cuartil superior de la duración de la visita pasaron una media de 24,6 minutos o más con sus pacientes, mientras que los médicos en el cuartil inferior de la duración de la visita pasaron una media de 14,1 minutos o menos con sus pacientes.Factores asociados con la duración de la visita

Al examinar la variación dentro del médico en la duración de la visita, encontramos que la duración de la visita se asoció significativamente con casi todos los pacientes y las características de la visita ( Figura 2 y eTabla 3 en el Suplemento 1). En comparación con una visita programada de 10 minutos, las visitas programadas de 30 minutos recibieron 4,0 minutos adicionales (IC del 95 %, 3,9-4,1 minutos). En comparación con las visitas con solo 1 diagnóstico registrado, las visitas con 5 o más diagnósticos fueron 9,1 minutos (IC del 95 %, 9,1-9,2 minutos) más largas. En comparación con las visitas de los pacientes establecidos, las visitas de los nuevos pacientes fueron 4,1 minutos (IC del 95 %, 4,1-4,2 minutos) más largas. La duración de la visita también fue ligeramente más larga para las pacientes femeninas en comparación con los pacientes masculinos (mujeres: 17,2 minutos [IC 95 %, 17,2-17,2 minutos]; hombres: 17,0 minutos [IC 95 %, 16,9-17,0 minutos]), pacientes de 65 años o más. mayores en comparación con los grupos de edad más jóvenes (p. ej., ≥65 años: 17,2 minutos [95 % IC, 17,1-17,2 minutos]; 25-44 años: 16,8 minutos [95 % IC, 16,8-16,8 minutos]),Decisiones de prescripción

Dentro de la muestra del estudio, el 55,7 % de las 222 667 visitas por infección del tracto respiratorio superior implicó una prescripción inadecuada de antibióticos, el 3,4 % de las 1 571 935 visitas por afecciones dolorosas implicó la coprescripción de opioides y benzodiazepinas, y el 1,1 % de las 2 756 365 visitas para adultos de 65 años. años o más supuso la prescripción de medicamentos contraindicados por los criterios de Beers. Después de ajustar todas las covariables de los pacientes, la probabilidad de que una visita por infección de las vías respiratorias superiores incluyera una prescripción inadecuada de antibióticos disminuyó a medida que aumentó la duración de la visita ( Figura 3). Por cada minuto adicional de duración de la visita, la probabilidad de prescripción inadecuada de antibióticos cambió en −0,11 puntos porcentuales (IC del 95 %, −0,14 a −0,09 puntos porcentuales) y la probabilidad de prescripción conjunta de opioides y benzodiazepinas cambió en −0,01 puntos porcentuales (95 % IC, −0,01 a −0,009 puntos porcentuales). En un análisis de sensibilidad que limitó la muestra de visitas por condiciones dolorosas a aquellas que también tenían un diagnóstico de ansiedad, la probabilidad de prescripción conjunta de opioides y benzodiazepinas cambió en −0,05 puntos porcentuales (IC del 95 %, −0,07 a −0,04 puntos porcentuales) por cada minuto adicional (eFigura 2 en el Suplemento 1 ). La prescripción potencialmente inapropiada entre los adultos mayores aumentó ligeramente en función de la duración de la visita (0,004 puntos porcentuales; IC del 95 %, 0,003-0,006 puntos porcentuales).Discusión

En una muestra grande y multiestatal de visitas de atención primaria, encontramos una asociación entre la duración de la visita y algunas medidas de prescripción potencialmente inapropiadas. Al controlar las diferencias en el estilo de práctica de los médicos y las características de los pacientes y las visitas, las visitas más largas tenían menos probabilidades de incluir una prescripción inapropiada de un antibiótico y un poco menos probable de incluir la prescripción conjunta de opioides y benzodiazepinas. Sin embargo, hubo una asociación positiva entre la duración de la visita y la prescripción de una serie de medicamentos potencialmente inapropiados para adultos mayores que era poco probable que fueran clínicamente significativos. Este patrón de hallazgos puede reflejar que la prescripción inapropiada de antibióticos probablemente ocurriría durante las visitas de atención aguda que se centran en los síntomas de infección del tracto respiratorio superior, por lo que cualquier tiempo adicional en la visita probablemente se dedicaría a ese único problema. Por el contrario, los otros resultados de prescripción potencialmente inapropiados que evaluamos no son específicos de una afección aguda (por ejemplo, la prescripción conjunta puede ocurrir tanto para el dolor agudo como para el crónico) y, por lo tanto, pueden ocurrir en visitas que cubren una variedad de inquietudes del paciente para las cuales cualquier tiempo adicional durante la visita no se asignaría necesariamente al problema relevante para el resultado de prescripción potencialmente inapropiado. Para los resultados de prescripción conjunta y adultos mayores, muchas de las prescripciones que observamos pueden haber sido resurtidos; de este modo,

Dado que la duración más corta de la visita se asoció con algún riesgo de atención de menor calidad, estábamos particularmente interesados ​​en las características del paciente y de la visita que se asociaron con el tiempo pasado con el médico. Muchas de estas asociaciones sugieren que los pacientes con mayor complejidad médica o con más de qué hablar recibieron más tiempo con sus médicos, lo que es de esperar. Por ejemplo, las visitas que incluyeron más diagnósticos (un indicador imperfecto de la cantidad de temas discutidos) fueron más largas, al igual que las visitas para pacientes con más afecciones crónicas registradas anteriormente y para pacientes nuevos. Curiosamente, aunque las visitas con duraciones programadas más largas tuvieron duraciones más largas observadas, esta no fue una asociación de 1 a 1; las visitas programadas para 30 minutos fueron solo 4 minutos más largas que las programadas para 10 minutos, que tendían a durar más de su tiempo programado. Este hallazgo sugiere que los horarios de visita programados no representan necesariamente los flujos de trabajo clínicos con precisión y apunta a los desafíos que los médicos de atención primaria pueden enfrentar al cumplir con los horarios de visita programados para atender a una amplia gama de pacientes con diversas necesidades.

También tenemos preocupaciones particulares sobre las asociaciones que encontramos entre las características de la visita del paciente y la duración de la visita que no se explican fácilmente por las diferencias en la necesidad clínica percibida del paciente. 

Por ejemplo, los pacientes con cobertura de seguro de Medicaid, cobertura dual de Medicare y Medicaid, o sin cobertura de seguro recibieron visitas significativamente más cortas que los pacientes asegurados comercialmente a pesar de que esta última población era más saludable en promedio. De manera similar, los pacientes negros no hispanos recibieron visitas que, en promedio, fueron más cortas que los pacientes blancos no hispanos que vieron al mismo médico. 

Estas diferencias en el nivel de visitas pueden acumularse con el tiempo, lo que podría contribuir a las disparidades raciales en la cantidad de tiempo que los pacientes pasan con sus médicos cada año. 29

Nuestros análisis no pueden explicar por qué existen estas diferencias, pero deberían motivar a las organizaciones y a los formuladores de políticas a detectar, interrogar y abordar las causas sistémicas subyacentes, como el racismo estructural. 30

Nuestros análisis destacan la tensión fundamental entre los incentivos por volumen integrados en los sistemas de reembolso de pago por servicio y la calidad de la atención. 25 , 31 – 33 

Si bien nuestros resultados no sugieren una duración óptima de la visita, sí sugieren que el tiempo de los médicos no siempre se asigna en función de la complejidad del paciente. 34

Tales hallazgos sugieren oportunidades para una distribución más equitativa. Si bien ajustar el riesgo de la duración de la visita para que coincida con las necesidades de los pacientes individuales puede ser prohibitivamente complejo desde un punto de vista logístico, los líderes de la práctica podrían considerar incorporar más flexibilidad de la que normalmente existe ahora. Por ejemplo, las prácticas podrían permitir 2 visitas de duración diferente para visitas basadas en problemas, lo que permitiría a los médicos indicar de antemano qué pacientes se beneficiarían de una visita más larga.

En particular, los formuladores de políticas y los líderes del sistema de salud que deseen promover las mejores prácticas de administración de antibióticos deben tomar nota de la asociación entre la duración de la visita y la prescripción inadecuada de antibióticos. Nuestros hallazgos sugieren que alargar las visitas por infecciones del tracto respiratorio superior puede ser una estrategia prometedora para reducir la prescripción inadecuada de antibióticos, que ha sido un problema persistente de salud de la población durante décadas. Sin embargo, las ganancias significativas en la mejora de la calidad y la seguridad de la atención al paciente requieren que los aumentos en el tiempo de visita vayan acompañados de otras estrategias de implementación reflexivas (p. ej., apoyos para la toma de decisiones y herramientas compartidas para la toma de decisiones) que promuevan la coherencia en la toma de decisiones basada en valores.

Limitaciones

Este estudio tiene varias limitaciones. En primer lugar, los resultados de este estudio no deben interpretarse causalmente, aunque pudimos mejorar los estudios existentes de asociaciones al comparar la variación dentro del médico (en lugar de entre médicos) en la duración de la visita y los resultados de prescripción asociados. Todavía podría haber razones no observadas (p. ej., diferentes estilos de comunicación, barreras del idioma) por las que los pacientes tenían menos probabilidades de recibir prescripciones inadecuadas de antibióticos durante visitas más largas. En segundo lugar, la naturaleza transversal de nuestros datos significa que no pudimos examinar los cambios a lo largo del tiempo en los patrones de prescripción. En tercer lugar, nos basamos en datos de una muestra de conveniencia de médicos de atención primaria que eligieron comprar los servicios de athena health y, por lo tanto, es posible que nuestros resultados no se generalicen a todos los médicos de atención primaria en los EE. UU. Sin embargo, en muchos aspectos, los médicos de atención primaria dentro de la red athena health parecen parecerse a los médicos de atención primaria en los EE. UU. En cuarto lugar, las muestras que se basaron en códigos de diagnóstico (es decir, prescripción inadecuada de antibióticos) probablemente cambiaron con la duración de la visita, ya que los médicos pueden codificarse a sí mismos para prescribir antibióticos inapropiados al registrar diferentes diagnósticos durante visitas más largas. De manera relacionada, la duración de la visita y los códigos de diagnóstico son un indicador imperfecto de lo que discutieron los pacientes y los médicos durante el encuentro. En quinto lugar, nuestra medida de prescripción conjunta de opioides y benzodiazepinas probablemente fue una subestimación, ya que la definimos como prescripción conjunta en la misma visita. Los pacientes pueden tener una prescripción activa de opioides cuando reciben una prescripción de benzodiacepinas y viceversa. Sexto y relacionado, las decisiones de prescripción potencialmente inapropiadas que capturamos representan un pequeño subconjunto de la calidad general de la atención brindada por un médico. En particular, no pudimos examinar las decisiones de los médicos que indican una atención de alta calidad (en lugar de una de baja calidad), ni examinamos otras facetas de la calidad de la atención primaria, como las decisiones de derivación o la precisión del diagnóstico, que también pueden estar asociadas con la duración de la visita.

Conclusiones

En este estudio transversal de la duración de la visita al médico de atención primaria, la duración más corta de la visita se asoció con tasas más altas de prescripción inapropiada de antibióticos para infecciones del tracto respiratorio superior y prescripción inapropiada de opioides y benzodiazepinas para pacientes con afecciones dolorosas, pero no se encontraron patrones similares para otras decisiones de prescripción potencialmente inapropiadas. Encontramos una variación considerable dentro del médico en la duración de la visita, con pacientes más jóvenes, con seguro público, hispanos y negros no hispanos que recibieron visitas más cortas. Estos hallazgos sugieren oportunidades para investigaciones adicionales y mejoras operativas para la programación de visitas y la calidad de las decisiones de prescripción en la atención primaria.

Diabetes: La enfermedad que definirá el siglo XXI

DOI:https://doi.org/10.1016/S0140-6736(23)01296-5

La diabetes ha emergido como una de las enfermedades crónicas más graves y comunes de nuestro tiempo, causando complicaciones potencialmente mortales, incapacitantes y costosas, y reduciendo la esperanza de vida.

Las nuevas estimaciones publicadas esta semana en The Lancet indican que más de 1.31 millones de personas podrían vivir con diabetes para 2050 en todo el mundo. Eso es 1.31 mil millones de personas que viven con una enfermedad que causa morbilidad que altera la vida, altas tasas de mortalidad e interactúa y exacerba muchas otras enfermedades. Se espera que el aumento en la prevalencia (frente a 529 millones en 2021) sea impulsado por aumentos en la diabetes tipo 2, que a su vez serán causados por un aumento en la prevalencia de la obesidad y por cambios demográficos. En 2021, la diabetes tipo 2 representó el 90% de toda la prevalencia de diabetes. La mayor parte de esta carga es atribuible a factores de riesgo social, como el IMC alto, los riesgos dietéticos, los riesgos ambientales y ocupacionales, el consumo de tabaco, el consumo de alcohol y la baja actividad física, que prosperan en la forma obesogénica en que se diseñan nuestros entornos y la forma desigual en que organizamos nuestros recursos y sociedades.

Programada para coincidir con la 83ª Sesión Científica de la Asociación Americana de Diabetes, The Lancet y The Lancet Diabetes and Endocrinology publican una serie sobre la inequidad global en la diabetes. Dos artículos, uno global y otro centrado en los Estados Unidos, cuentan juntos la historia infeliz e inequitativa de la diabetes. Para 2045, hasta tres de cada cuatro adultos con diabetes vivirán en países de ingresos bajos y medios. Actualmente, solo el 10% de las personas con diabetes que viven en estos países reciben atención diabética basada en directrices. Independientemente de la categoría económica, en todos los países, aquellos que son discriminados y marginados sufren las mayores y peores consecuencias de la diabetes. En los Estados Unidos, donde la carga de la diabetes tipo 2 en los jóvenes casi se ha duplicado en los últimos 20 años, la carga más alta se observa entre las poblaciones negras o indígenas americanas.

Se estimó que la prevalencia mundial de diabetes en personas de 20 a 79 años en 2021 fue del 10,5 % (536,6 millones de personas), aumentando al 12,2 % (783,2 millones) en 2045. La prevalencia de diabetes fue similar en hombres y mujeres y fue más alta en personas de 75 años. –79 años. Se estimó que la prevalencia (en 2021) era mayor en las zonas urbanas (12,1 %) que en las rurales (8,3 %), y en los países de ingresos altos (11,1 %) en comparación con los países de ingresos bajos (5,5 %). Se espera que el mayor aumento relativo en la prevalencia de diabetes entre 2021 y 2045 ocurra en los países de ingresos medios (21,1 %) en comparación con los países de ingresos altos (12,2 %) y bajos (11,9 %). Los gastos sanitarios relacionados con la diabetes a nivel mundial se estimaron en 966 000 millones de USD en 2021 y se prevé que alcancen los 1 054 000 millones de USD en 2045.

Muestra cómo el racismo estructural y la inequidad geográfica amplifican y agravan los determinantes sociales de la salud y afectan la atención y el tratamiento a los que tienen acceso las personas con diabetes. Esto conduce a una mayor prevalencia de diabetes tipo 2 y peores resultados clínicos en poblaciones que experimentan racismo y opresión actuales e históricos. Aunque la Comisión de Diabetes de The Lancet destacó los amplios factores sociales y ambientales que conducen a la diabetes tipo 2 y pidió estrategias de prevención basadas en la población, no se consideró el racismo. En la Asamblea Mundial de la Salud de este año, el papel del racismo estructural como impulsor de la diabetes y otras enfermedades no transmisibles no fue un enfoque. Otro documento de la serie, sobre posibles intervenciones, destaca la importancia de las asociaciones equitativas, el fomento de la capacidad y la confianza de la comunidad, el cambio del ecosistema y la mejora del entorno de la práctica clínica. Estas iniciativas siguen siendo limitadas y encontrar financiación para ellas suele ser difícil. Se requiere un programa mucho más amplio y ambicioso para abordar siglos de injusticias que han seguido los caminos trillados del poder y la colonización.

En cambio, la atención se centra en las intervenciones biomédicas y los nuevos dispositivos. Las estimaciones para el mercado mundial de medicamentos para la diabetes tipo 2 durante la próxima década varían ampliamente, y algunos alcanzan más de US $ 100 mil millones. En general, se estima que el gasto mundial en salud relacionado con la diabetes aumentará a $ 1054 mil millones para 2045. La emoción y la utilidad que rodean a los agonistas de GLP-1 y las combinaciones de medicamentos más nuevas que ayudan a controlar el azúcar en la sangre y a reducir el peso corporal son comprensibles.

Pero como Rupa Marya y Raj Patel escriben en su libro Inflamed Deep Medicine and the Anatomy of Injustice, la solución a las sociedades insalubres e injustas no es más píldoras, sino reevaluar y reimaginar nuestras vidas para brindar oportunidades para abordar el racismo y la injusticia, y para prevenir los principales impulsores sociales de la enfermedad. Abordar el racismo estructural debe convertirse en un componente central de las estrategias preventivas y la promoción de la salud, áreas que invariablemente reciben muy poca inversión. Por ejemplo, los países de la UE gastaron una media del 2,8 % del gasto sanitario en atención preventiva en 2018. Aunque COVID-19 ofreció una oportunidad para reconsiderar cómo los ministerios de salud gastan su dinero, poco parece haber cambiado en términos de cuánto se invierte en salud pública.

La diabetes será una enfermedad definitoria de este siglo. La forma en que la comunidad de salud lidie con la diabetes en las próximas dos décadas dará forma a la salud de la población y la esperanza de vida durante los próximos 80 años. El mundo no ha logrado comprender la naturaleza social de la diabetes y ha subestimado la verdadera escala y la amenaza que representa la enfermedad. Las estimaciones de GBD 2021 y la serie Global Inequity in Diabetes de The Lancet son un llamado urgente para corregir el rumbo.

El viaje por la seguridad de los pacientes.

Seguridad de los pacientes es un viaje por la sucesión de momentos de verdad que integran los procesos que deben estar normatizados tener control, indicadores, con factores impulsores y otros que determinan y señalan el objetivo, hay que hacer las cosas bien desde el comienzo, disminuir la fragmentación, enseñarle al paciente para que coproduzca, que sea también corresponsable de la atención participando activamente, formar equipos de trabajo, continuidad de información, datos completos, tener un modelo de atención proactivo no pasivo, seguridad de los pacientes es un viaje

La seguridad empezó por la gestión de riesgos fue el primer paso en la visibilización de la seguridad de los pacientes, se trataba más bien de gestionar o evitar o relatar los incidentes que habían ocurrido, si bien esto es esencial es insuficiente hay que hacer que no ocurran los eventos.

Es importante considerar los problemas que tiene el sistema de salud y lo que debe cambiar de la atención médica en el futuro si realmente queremos estar seguros. Está claro que el rápido progreso de la ciencia médica durante el siglo veinte ha sido beneficioso para todos.

Los pacientes deben dejar de ser un diagnóstico clínico sujeto a pruebas e intervenciones. La narrativa de los pacientes debe elevarse como las pruebas médicas a un nivel de consideración.

Estamos viviendo el desafío de las enfermedades crónicas y el envejecimiento de la población, evitar que las condiciones económicas y la pobreza impulsen peores resultados. La mejoría en los resultados en cuanto al tratamiento de la enfermedad fue acompañado por un aumento en los niveles de eventos adversos, también porque se miden más y en más lugares.

El desarrollo del movimiento de seguridad del paciente en los últimos 20 años es un reflejo de los avances en la atención médica y la comprensión de que con el éxito surgió un nuevo problema de daño inadvertido. La prestación médica debe planificarse para ser segura. Esto tendrá que ver con el diseño de los procesos y los controles. Debemos centrarnos en un sistema proactivo sobre la seguridad de los pacientes. Debemos aspirar a estar lo más cerca posible del cero daño, a pensar de la complejidad que este concepto encierra y puede no ser realista, desde la situación donde se parte y los elementos del contexto.

La búsqueda de un sistema de salud que sea seguro requerirá coraje, ya que la base de poder actual no es propicia para una atención segura.

El poder del complejo industrial médico, la industria farmacéutica y los organismos de apoyo se basa en el modelo actual de atención, con jerarquías y estructuras.

Esto resultará en cambiar el desequilibrio de poder en el sistema y el reconocimiento de que el diseño de un sistema con el hospital en el centro puede cambiarse al hospital como facilitador de la salud dentro de un sistema de prestación de atención que se centra más cerca del hogar. Esto requerirá una reasignación de recursos a la atención primaria y un cambio de la atención médica a la salud.

A medida que rediseñemos los servicios para que sean más seguros en el futuro, necesitaremos una visión que vea más allá del desafío actual y planifique un servicio integrado de atención centrado en la salud y no en la enfermedad

Los pacientes estarán protegidos si los vemos como personas con una enfermedad, con una vida fuera de la enfermedad, en lugar de como pacientes con una enfermedad. Esto resulta en una pérdida de poder y control sobre sus propias vidas y la falta de poder puede ser una causa contribuyente de daño.

Se debe pensar en como la persona debe estar protegida en todo el recorrido de este viaje.

Para ello se debe proveer a los que prestan un sentido de pertenencia. Educar en la seguridad. También a los pacientes. Para que puedan coproducir. Poner a las personas a cargo de su salud, no de su enfermedad. Usar factores humanos para abordar la complejidad. Conocer los determinantes sociales de las personas. Escuchar y escuchar. Aprovechar la tecnología para el futuro. Implementar para la salud el avance digital y empoderar a las personas con la tecnología. Identificar donde hay riesgo y minimizarlo.

El liderazgo para la seguridad será la base del trabajo futuro en seguridad del paciente. Los líderes en el cuidado de la salud están en todos los niveles del sistema, ya que debe haber un enfoque en cada microsistema, así como en el liderazgo de facto a nivel ejecutivo. Esto incluye la apreciación de la incertidumbre, la integración de información de diferentes fuentes y el establecimiento de los objetivos que permitirán el desarrollo de sistemas seguros. El liderazgo, por lo tanto, debe fomentarse en todos los niveles de la organización, con el desarrollo y la facilitación del liderazgo local en la interfaz con el paciente como la clave para garantizar que haya un entorno seguro. El cambio requerirá líderes que entiendan qué es realmente la atención de calidad, segura y centrada en la persona, con un profundo conocimiento de la Teoría de Sistemas y los Factores Humanos, así como saber cómo realinear el presupuesto para facilitar el cambio.

Esto requiere visión para establecer la dirección, esperanza de proporcionar socorro en tiempos difíciles, respeto por lo que se está cambiando y por el trabajo que se hace, y coraje para hacer los cambios contra la resistencia que presentarán las formas pasadas. A nivel político, deberán involucrarse en una visión más amplia de un rediseño total del sistema, requerirá voluntad política para permitir la realineación y reingeniería del sistema de salud a uno en el que toda la política esté dirigida a la salud a largo plazo de la comunidad. Los políticos deben invertir en salud mientras financian la atención médica. Coraje imaginación, visión y esperanza. Pero lo más importante es que requerirá coproducción del usuario con todas las personas involucradas, particularmente las personas que recibirán atención.

Diseñar nuevos sistemas de seguridad utilizando los sistemas digitales, la inteligencia artificial, la interpretación pronóstica de los datos, la mejora del monitoreo transcutáneo .

En el desarrollo de un entorno seguro se debiera incluir un programa activo para prevenir el agotamiento del personal clínico, ya que esto tiene un impacto negativo tanto en su bienestar como en la seguridad de los pacientes. La prevención del agotamiento no ha sido parte de las intervenciones tradicionales de seguridad del paciente, sin embargo, los médicos estresados no pueden brindar una atención segura. Intervenciones. A medida que adoptamos un enfoque de sistemas y factores humanos para la seguridad del paciente, parte de ese enfoque será la gestión del agotamiento teniendo en cuenta las razones multifactoriales de la educación, las jerarquías, la tecnología y el diseño general del servicio.

Seguridad-II es una forma de entender las realidades del trabajo diario de una manera constructiva y positiva. Es una forma de ser más proactivo y preventivo, ayudando a reducir los riesgos y minimizar sus efectos. Asume explícitamente que los sistemas funcionan porque las personas son capaces de adaptar y ajustar lo que hacen para que coincida con las condiciones que enfrentan. Actualmente, la visión de la seguridad no tiene en cuenta que el rendimiento humano prácticamente siempre va bien y las cosas van bien porque las personas ajustan lo que hacen para que coincida con las condiciones de trabajo. Erik Hollnagel (2014) diría que la palabra «seguridad» no se trata realmente de seguridad en absoluto, sino de garantizar que una organización, departamento, unidad o equipo funcione según lo previsto. No es una nueva iniciativa o producto para que las personas implementen, sino mucho más sobre una forma diferente de ver la seguridad utilizando una mentalidad diferente, para ir más allá del enfoque tradicional en el fracaso y considerar cuestiones más amplias de los sistemas y cómo funcionan. Safety-II también trata sobre la forma en que interactuamos entre nosotros y la forma en que nos comportamos tanto como los aspectos técnicos de lo que hacemos. Hace hincapié en el respeto mutuo, la no tolerancia de los comportamientos irrespetuosos y permite que las personas se sientan seguras para participar y hablar. El personal sanitario es capaz de detectar y corregir cuando algo sale mal o cuando está a punto de salir mal e intervenir antes de que la situación empeore seriamente. El resultado de todo esto es la variabilidad del rendimiento, no en el sentido negativo, donde la variabilidad se ve como una desviación de alguna norma ¿Dónde queremos estar?. El objetivo del trabajar sobre los factores humanos es para crear sistemas de alta fiabilidad.

El movimiento de seguridad ha pedido a las organizaciones que faciliten la cultura de seguridad, en la que las personas tienen la responsabilidad de estar seguras y llevar a cabo su trabajo de una manera que mitigue los daños. Dada la complejidad del tipo de trabajo realizado en el ámbito sanitario, esto es difícil de lograr dentro de los constructos jerárquicos actuales de la mayoría de las organizaciones sanitarias. Si bien cierta jerarquía es esencial, la capacidad de asumir riesgos y sentirse capaz de desafiar para promover prácticas seguras es uno de los principales desafíos que enfrentaremos en el futuro. Las investigaciones de incidentes clínicos suelen identificar problemas de comunicación en los que la jerarquía impide la comunicación del riesgo potencial, siendo el trabajo en equipo lo más destacado.

Los conceptos de seguridad deben desarrollar la resiliencia aprendiendo también de lo que funciona dentro de la complejidad de la prestación de atención para abordar el bienestar de los médicos.

Comprender las razones subyacentes, o las causas fundamentales, de por qué las cosas salen mal es fundamental para el éxito. Las causas más profundas de los incidentes adversos de los pacientes radican, de hecho, en los sistemas de gestión y organización que respaldan la prestación de atención.

La investigación ha demostrado que las causas tienen sus raíces en factores como la capacitación inadecuada, la falta de comunicación, la falta de información, el equipo defectuoso o el entorno físico deficiente. Pedir al personal que trabaje en estas condiciones para no correr el riesgo de causar daño a los pacientes. Incorporar la seguridad en los servicios de salud mediante la comprensión de las fuentes de riesgo dentro de los sistemas y su eliminación debe ser una prioridad fundamental para todos los proveedores de atención médica.

El papel que los factores humanos y el pensamiento sistémico pueden tener para permitir que las organizaciones aprendan de los incidentes es bien reconocido. Un enfoque sistémico puede ayudar a las organizaciones a centrarse menos en la falibilidad individual y más en la creación de sistemas resilientes y seguros. 

La seguridad de los pacientes es un recorrido seguro por el sistema de salud, en los diferentes trayectos vinculados a como se obtienen las prestaciones, la calidad, la seguridad, la afectividad, la eficiencia, son confluyentes y por lo tanto son una parte fundamental de la gestión de las instituciones. Reproducir como hacer bien las cosas, mediante el compromiso, la participación, la colaboración, el conocimiento la competencia de los actores institucionales, involucrando al paciente.

Editorial. Que le están haciendo a la residencia Médica.

La perdida de una cuestión aspiracional de ser residente médico, se observa en los últimos diez años con el fracaso de los llamados a concursos, la unificación del mismo, hecho positivo, colaboró en transparentar esta situación y sería un ámbito propicio para instrumentar soluciones.

La evaluación por sociedades científicas y por la CONEAU, en las universidades públicas, privadas, y sociedades científicas que otorgan titulo de especialista y tienen residencia da un marco político a la mejora académica que debiera ser tan valorado por los argentinos, como lo es por los extranjeros que vienen a formarse.

La pregunta sería: Como entonces se están formando los médicos que egresan si no realizan la residencia médica. Cuales son los recorridos para su capacitación y cuan confiables resultan. Cual es la principal falencia para que no valga la pena tanto esfuerzo. Hay que debatirlo. Buscar acuerdos. Escuchar. Tener un plan. Es dable pensar que para los extranjeros este sacrificio se compensa porque cuando vuelven a su país ganan como médicos. Pueden vivir razonablemente de su profesión.

La capacitación de la residencia requiere de una evaluación efectiva y confiable, en garantizar profesionales autosuficientes y competentes con un compromiso con la seguridad, la calidad, los pacientes y la profesión. Requiriendo la incorporación de nuevas formas de entrenamiento como la simulación, el ingreso al campo específico con más precocidad para que se entrenen adecuadamente, participar en más procedimientos, remunerarlos mejor a los médicos y en formación, como así también a quienes los forman. Este esfuerzo de autoridades sectoriales, económicas y sociales debe entenderse en un marco global de largo plazo, si bien hay medidas inmediatas, que también se postularán están las más profundas y de largo plazo. Los financiadores no pueden pagar lo que están pagando. Esto debe mejorarse, y desde el Ministerio y la superintendencia trabajarlo y acompañarlo. El sector público en este caso debido a la importancia de la salud en una población y quienes la suministran, es imperativo que se mejore los salarios y los honorarios médicos. sino esta proyección que hacen hoy los egresados se incrementará

Pero esto queda desnaturalizado mediante las exigencias de las guardias en primer año, de la cobertura de obligaciones estrictamente asistenciales, los convirtieron en mano de obra barata y ahora se están pagando las consecuencias. Que hacen indispensable que ese médico en formación cubra una parte sustancial de la atención de la emergencia y de la continuidad asistencial de los hospitales. Sin residentes médicos se deberán cerrar espacios de atención. Considerando que esta es la evolución natural desde ser un aprendiz de médico a estar en el último año de la residencia, ejerciendo funciones del liderazgo de trabajar como un experto, tomando decisiones que aún debieran ser supervisadas o sostenidas por el ámbito de la tecnoestructura. Un tercio de los residentes inscriptos son extranjeros. Que luego de terminada su formación viajan a su país nuevamente. En las especialidades más demandadas están anestesiología, cirugía general, oftalmología, dermatología, es llamativo que la carencia de postulantes está afectando asimétricamente a las diferentes especialidades. Eso exige buscar alternativas, para que la residencia vuelva a captar profesionales, hoy no importa como se aprende, cual es el número de casos o con los docentes que se cuenta para aprender. Hoy no se pasa la prueba de oposición, ni se llega a un ranking tal alto, porque en la mayoría de las especialidades sobran vacantes, Los postulantes hacen preguntas como trabajadores sobre cuanto se cobra, cuantas guardias, si hay día libre, si hay rotaciones, más derechos que deberes.

Las competencias confiables no se obtienen de la teoría y sino con el entrenamiento desde la competencia, porque se necesita tener pacientes, esfuerzo de horas y permanencia.

Faltan anestesiólogos según las evidencias hay 208 vacantes en el examen unificado y 540 postulantes, en oftalmología hay 74 cargos de residentes y 314 inscriptos, en neurocirugía 154 inscriptos para 38 vacantes, cifras parecidas ocurren en urología y gastroenterología. Porque no se toman cargos no cubiertos de otras especialidades y se pasan a estas para disminuir el déficit. De esta forma compensar y cubrir las residencias más solicitadas. Cirugía general hay 581 postulantes y 296 vacantes.

En terapia intensiva hay 134 inscriptos y 288 vacantes. Otra especialidad demandada y no cubierta es diagnóstico por imágenes, cardiología y ortopedia – traumatología. Que se podría adoptar el mismo criterio y reducir el panorama de crisis de recursos humanos tan acuciante.

En cambio en clínica médica y pediatría, los inscriptos son inferiores a las vacantes. allí tendríamos que adoptar otras posturas, ver como se trabaja en los últimos años de la facultad y en las condiciones de trabajo post egreso, mejorando la carrera profesional y lo que se le paga a los médicos que menos gastan y más necesitamos. Ver carteles que está cerrada la guardia de un hospital público por falta de pediatras o de médicos es vergonzante, que no nos podemos permitir. En medicina general o de familia hay 195 postulantes y 493 vacantes. En Neonatología hay 6 inscriptos y 36 vacantes. Esto es crítico. No habrá neonatólogos.

Lo peor es que no se está haciendo nada, será otro año en déficit, además de las personas que se forman, al final los extranjeros emigran, o bien se quedan un par de años hasta que obtienen una segunda especialidad. Por lo tanto, de las 5428 vacantes de residencia es probable que un tercio de las otorgadas por ser extranjero volverá a su país con el título de especialista y con mejores condiciones de trabajo. Esto afecta la respuesta social. Cuantos médicos se necesitan, con que carga horaria, con residentes o sin ellos. De que especialidades. Para cuantos procedimientos. No se cuentan con datos. eso no se puede plantear inmediatamente.

La calidad y seguridad de la cirugía.

Desde la visión de un gerente médico. Carlos Alberto Díaz.

Introducción sobre la calidad: La calidad en la prestación de salud es un imperativo de la gestión, en el caso de la cirugía depende entre otros factores del tipo de procedimiento quirúrgico, de lo reglado que esté, de las medidas de seguridad sobre el paciente(Identificación, conciliación de medicación, apropiabilidad, marcación, medicación segura, check list quirúrgico, prevención de caídas y quemaduras), de la evolución de la enfermedad y comorbilidades, del cirujano y su equipo, de la anestesiología, del monitoreo intraoperatorio, de la recuperación postoperatoria inmediata, de los procesos de gestión clínica, de la recuperación, de la cantidad de procedimientos que se realicen en la institución, y tengan esos equipos y la continuidad de atención posterior a su estancia hospitalaria.

La calidad y la cirugía: La necesidad de que los hospitales y los cirujanos realicen un seguimiento sistemático de la calidad de la atención quirúrgica que brindan nunca ha sido más fuerte. La medición efectiva es, por supuesto, esencial para identificar y evaluar los efectos de las actividades locales de mejora de la calidad.

La variabilidad en la prestación médica es uno de los aspectos que más nos debe preocupar en la gestión estratégica de servicios de salud y especialmente en la cirugía. Sobre la indicación, tasas, resultados, complicaciones. Las medidas tradicionales de morbimortalidad deben ser generales y específicas para algunas intervenciones predominantes en el establecimiento. Está básicamente vinculada a la organización, al cirujano y su equipo, la preferencia y la ignorancia médica, al paciente, a la población, a la capacidad instalada, las formas de remuneración y reconocimiento de pago, a la cantidad de procedimientos realizados

Identificar los never event, que nunca deben ocurrir, pero que nunca dejaran de serlo. La importancia de la acreditación de las instituciones y sus resultados. De la certificación de procesos, de medidas de calidad en la cirugía, de los controles sobre la cirugía segura. Sabiendo que todas estas medidas son necesarias pero incompletas, que no se estoquean, disminuyen el riesgo pero no lo anulan. Sirven pero necesitan del conjunto y de la complejidad de todas las prevenciones: identificación, historia clínica electrónica, evaluación prequirúrgica, realización de premedicación adecuada, seguimiento del paciente de la admisión al quirófano. De la comunicación efectiva, del entrenamiento del equipo, el seguimiento, y la personalización. Comunicación entre el servicio productor quirúrgico y los proveedores, para disminuir los errores diagnósticos. La calidad de la cirugía no es solo la del quirófano, ni de los cirujanos, sino de los microsistemas de atención ambulatoria, de programación, de preparación, de organización, de admisión de pacientes, anestesia, uso de tecnología, estudios complementarios confiables, la enfermería que asegure el medicamento correcto al paciente correcto, el laboratorio, y la imagenología.

La importancia de los indicadores de riesgo vinculados a la cirugía elaborados y complicaciones hace casi dos décadas, que permiten establecer factor pronostico y deben ser aplicados.

Al paciente debe entregársele un explicativo sobre como será la cirugía y su anestesia, que complicaciones esperadas posee el procedimiento y si están tomadas las medidas de prevención, expresadas claramente en el consentimiento informado.

También influye la apropiabilidad de la cirugía, si esta indicada, que es lo mejor para el paciente, el seguimiento por el cirujano posterior, que el familiar comprenda y el paciente este informado, que y como se le hizo el procedimiento, que elementos se utilizan para su control.

Es conveniente tener indicadores globales y generales, pero también por procedimientos, porque para actuar es probable que se requiera algo de especificidad. Cirugía de revascularización miocárdica, cirugía bariátrica, Esofaguectomía, neurocirugía, cirugía de reemplazo de cadera, cirugía de tórax, Los generales sirven para determinar funcionamiento de los recorridos comunes de los pacientes en el hospital.

Las medidas de riesgo tienen relación con el volumen de las intervenciones. La cantidad de procedimientos que se hacen en la institución es un factor condicionante, no solo por los cirujanos sino por todos los proveedores internos de logística e información. Estos influyen y pueden hacer la medición de algún procedimiento que no sea consistente. La anestesia también influye en el resultado. Los cuidados de los médicos clínicos. El manejo del dolor. la realimentación, la información que le brinda el equipo quirúrgico antes de la cirugía.

Si bien la morbilidad y la mortalidad han sido durante mucho tiempo el «estándar de oro» en la cirugía, los resultados informados por los pacientes, como el estado funcional y la calidad de vida, también son de importancia crítica en la actualidad.

Medir los resultados tiene sentido para los cirujanos y la retroalimentación genera conductas de calidad, conocido como efecto Hawthorne. Esto da seguridad al equipo, a los cirujanos, a los anestesiólogos, al personal circulante. Sin embargo, las medidas de resultado tienen limitaciones clave.

También debemos incorporar a los pacientes como jurados últimos de la calidad, de como se sienten, que contención tuvieron.. Estos resultados capturan la perspectiva del paciente sobre su experiencia postoperatoria, y las medidas comunes incluyen el estado funcional, la satisfacción y la calidad de vida.

En primer lugar, cuando la tasa de eventos es baja (numerador) o el número de casos es pequeño (denominador), los resultados no se pueden medir de manera confiable. El tamaño pequeño de la muestra y las bajas tasas de eventos conspiran para limitar el poder estadístico de las comparaciones de resultados hospitalarios. Para la mayoría de las operaciones, la mortalidad quirúrgica es demasiado rara para ser utilizada como una medida de calidad confiable. Medir y comparar con precisión los resultados como un instrumento de mejora de la calidad también se confunde por muchos factores. Los resultados quirúrgicos están influenciados no solo por la calidad de la atención, sino también por la variación aleatoria, el tamaño de la muestra y la combinación de casos. Mientras que la estructura y la medida del proceso son elementos fijos de la atención, los resultados requieren un ajuste adicional de riesgo y confiabilidad..

Al combinar múltiples medidas, es posible superar los problemas con el tamaño de muestra pequeño discutido anteriormente. Las medidas compuestas también proporcionan una medida «global» de la calidad. Este tipo de medida se ha utilizado para la calidad para compras basadas en el valor u otros esfuerzos que requieren una medida general o resumida de la calidad. Una limitación clave con las medidas compuestas es que no existe un enfoque «estándar de oro» para ponderar las medidas de entrada. Quizás el enfoque más común es ponderar cada medida de entrada por igual. Ningún enfoque para la medición de la calidad es perfecto. Cada tipo de medida (estructura, proceso y resultado) tiene sus propias fortalezas y limitaciones. En general, la selección del enfoque correcto para medir la calidad depende de las características del procedimiento y de la aplicación específica de la política sanitaria.

Ciertas características del procedimiento quirúrgico deben considerarse al seleccionar una medida de calidad (Fig.  1.1). Específicamente, uno debe considerar qué tan riesgoso es el procedimiento (es decir, ¿con qué frecuencia ocurren complicaciones?) y cuál es el volumen del procedimiento (es decir, ¿con qué frecuencia se realiza?). Para los procedimientos que son comunes y de riesgo relativamente alto (p. ej., colectomía y derivación gástrica), los resultados son lo suficientemente confiables como para ser utilizados como medidas de calidad (Fig. 1.1, Cuadrante I). Para R. Howard y J. B. Dimick procedimientos que son comunes pero de bajo riesgo (p. ej., reparación de hernia inguinal), las medidas del proceso de atención o los resultados informados por el paciente son el mejor enfoque (Fig. 1.1, Cuadrante II). Para procedimientos que son de alto riesgo pero poco frecuentes (por ejemplo, resección pancreática y esofágica), medidas como el volumen hospitalario son probablemente el mejor enfoque (Fig. 1.1, Cuadrante IV). De hecho, los datos empíricos sugieren que las medidas estructurales, como el volumen hospitalario, son mejores predictores del rendimiento futuro que las medidas de resultado directo para estas operaciones poco comunes y de alto riesgo [25]. Finalmente, para operaciones que son poco comunes y de bajo riesgo (p. ej., hernia Spigeliana.

Elegir entre medidas de estructura, proceso y resultados. Para las operaciones de alto riesgo y alto número de casos (p. ej., colectomía y procedimientos bariátricos), los resultados son medidas de calidad útiles. Para los procedimientos comunes de bajo riesgo (p. ej., reparación de hernia inguinal), los procesos de atención o los resultados funcionales son medidas apropiadas. Para las operaciones poco frecuentes de alto riesgo (p. ej., resección del cáncer gástrico y de páncreas), las medidas de estructura, como el volumen hospitalario, son las más apropiadas. Para operaciones de bajo riesgo y bajo número de casos

Al elegir un enfoque para la medición de la calidad, también se debe considerar la aplicación específica de la política sanitaria, cuando concentrar y cuando derivar. En particular, es importante distinguir entre los esfuerzos de política dirigidos a la remisión selectiva y la mejora de la calidad. Para la derivación selectiva, el objetivo principal es redirigir a los pacientes a proveedores de la más alta calidad. Las medidas estructurales, como el volumen hospitalario, son particularmente buenas para este propósito. El volumen hospitalario de cirugías tiende a estar fuertemente relacionado con los resultados, y se podrían lograr grandes ganancias en los resultados concentrando a los pacientes en hospitales de gran volumen. Por el contrario, las medidas estructurales no son directamente accionables y, por lo tanto, no son buenas medidas para mejorar la calidad, si las de mejora de procesos asistenciales. Requiere un balance adecuado entre equipos, procedimientos y resultados.

La lista original de SRE ha evolucionado en 29 eventos graves de notificación agrupados en 7 categorías: • Eventos quirúrgicos o de procedimiento • Eventos de productos o dispositivos • Eventos de protección del paciente • Eventos de gestión de la atención • Eventos ambientales • Eventos radiológicos • Eventos delictivos

Never event. Foro Nacional de Calidad Eventos graves notificables

Eventos quirúrgicos Cirugía u otro procedimiento invasivo realizado en el sitio equivocado

Cirugía u otro procedimiento invasivo realizado en el paciente equivocado

Procedimiento quirúrgico incorrecto u otro procedimiento invasivo realizado en un paciente

Retención involuntaria de un objeto extraño en un paciente después de una cirugía u otro procedimiento invasivo

Muerte intraoperatoria o inmediatamente postoperatoria/postoperatoria en un paciente ASA Clase 1

Producto de eventos del dispositivo

Muerte del paciente o lesiones graves asociadas con el uso de medicamentos, dispositivos o productos biológicos contaminados proporcionados por el entorno de atención médica

Muerte del paciente o lesiones graves asociadas con el uso o la función de un dispositivo en la atención al paciente, en el que el dispositivo se usa o funciona de manera distinta a la prevista

 Muerte del paciente o lesión grave asociada con embolia de aire intravascular que ocurre mientras se atiende en un entorno de atención médica

Eventos de protección del paciente Alta o liberación de un paciente/residente de cualquier edad, que no puede tomar decisiones, a otra persona que no sea una persona autorizada

Muerte del paciente o lesión grave asociada con la fuga del paciente (desaparición)

Suicidio, intento de suicidio o autolesión del paciente que resulta en lesiones graves mientras se atiende en un entorno de atención médica

Eventos de administración de la atención Muerte del paciente o lesión grave asociada con un error de medicación (p. ej., Eventos que involucran el medicamento incorrecto, la dosis incorrecta, el paciente incorrecto, el momento incorrecto, la tasa incorrecta, la preparación incorrecta o la vía de administración incorrecta)

Los eventos pueden ocurrir con la mejor atención posible, los esfuerzos deben estar dirigidos siempre a disminuir los riesgos y aumentar la calidad. Esto además ahorra costos.

Los tiempos de espera, la pausa prequirúrgica, se han vuelto omnipresentes y se usan antes de cada cirugía, procedimiento ambulatorio e incluso pequeños procedimientos realizados en el consultorio o al lado de la cama de un paciente. Los tiempos de espera previos al procedimiento involucran a todo el equipo y se componen de una lista de verificación estandarizada que revisa los datos relevantes del paciente, el procedimiento planificado, los riesgos potenciales y otros factores.. Tan recientemente como en 2020, un estudio del Reino Unido mostró que no se realizaron operaciones en el sitio equivocado en más de 29,000 casos quirúrgicos cuando se usó una lista de verificación estandarizada, ya que se detectaron y corrigieron 86 errores en la lista de sitios incorrectos antes de tiempo.

En radiología intervencionista, una revisión de A. A. Gresens y J. A. Tatum de procedimientos guiados por TC que abarcan biopsias y drenajes señaló que una lista de verificación previa al procedimiento pudo identificar problemas de seguridad en el 18% de los casos. Estos errores se resolvieron antes del inicio del procedimiento.

Del mismo modo, el marcado del sitio quirúrgico se ha convertido en un procedimiento estándar para reducir la cirugía en el sitio equivocado. Debido a que la identificación del sitio es más importante en casos de lateralidad, estructuras múltiples o niveles múltiples, la Asociación Ortopédica Canadiense recomendó «marcar la incisión con un marcador permanente» en 1994. La Academia Americana de Cirujanos Ortopédicos lanzó su campaña «Sign Your Site» en 1998 antes de que el Protocolo Universal ordenara la marcación del sitio quirúrgico en 2004. El marcado permite a cada miembro del equipo, incluido el paciente, la oportunidad de identificar un error en el sitio equivocado antes de que ocurra. La importancia del marcado está bien demostrada por un estudio de oftalmólogos que pudieron identificar correctamente el sitio previsto para la operación en solo el 76,5% de los casos solo por el nombre del paciente y solo el 87% después de mirar al paciente. El marcado apropiado del sitio y el uso del Protocolo Universal han demostrado reducir significativamente la incidencia de cirugía en el sitio equivocado de 0.16% a 0.02% como se muestra en la literatura neuroquirúrgica. En la cirugía espinal, se utilizan rayos X intraoperatorios para reafirmar el nivel correcto antes de la incisión. También es una práctica común que las imágenes relevantes se muestren en la sala y se discutan durante el tiempo de espera para que cada miembro del equipo esté al tanto de la intervención planificada

Si bien el beneficio de esta tecnología puede ser dramático, es importante tener en cuenta que estos métodos aún están sujetos a errores del usuario y requieren un nivel de competencia para ser efectivos. Un ejemplo aún más prominente de una solución sistémica se relaciona con uno de los eventos más comunes: cuerpos extraños retenidos. Los cuerpos extraños retenidos, a menudo esponjas o agujas quirúrgicas, instrumental, casi siempre causan daño al paciente. El mejor escenario para el paciente es una estancia hospitalaria prolongada o un seguimiento adecuado y ser transparentes, pero los objetos retenidos pueden provocar infección, Re operación, daños a otras estructuras e incluso la muerte. La introducción de esponjas y escáneres marcados con radiofrecuencia (RF) ha reducido en gran medida la incidencia de cuerpos extraños retenidos después de las operaciones. Los recuentos de esponjas e instrumentos deben realizarse al final de cada procedimiento, pero se omiten o se pierden en más del 45% de los casos. Incluso cuando se realizan recuentos, estos dispositivos de RF han encontrado esponjas retenidas a pesar del recuento humano correcto. Un estudio muy grande de más de 13,000 procedimientos examinó los recuentos de esponjas antes y después de la implementación de estos dispositivos de RF. Los autores encontraron una reducción de casi el 70% en los recuentos de esponjas no reconciliadas utilizando el dispositivo. Desde un punto de vista de costo-beneficio, el uso de dispositivos de RF resultó en una reducción general de los costos del ahorro de tiempo en la sala de operaciones y radiografías postoperatorias debido a recuentos incorrectos. Varios eventos de esponjas retenidas se evitaron con éxito

Un estudio señaló que en el 10% de los tiempos de espera observados, al menos un miembro del equipo estaba distraído activamente. Otra encuesta de enfermeras circulantes informó que el 94% de los participantes habían, en un momento u otro, experimentado hostilidad activa hacia el tiempo de espera de otros miembros del equipo quirúrgico. Incluso los mejores protocolos y operaciones pueden volverse inútiles si no hay una aceptación adecuada por parte de todos los miembros del equipo, ya que los problemas identificados no pueden ser llevados a aquellos capaces de corregirlos. Es necesario establecer una cultura general de seguridad que permita la aceptación por parte de todos los equipos y la comunicación abierta entre ellos para garantizar que los pacientes se mantengan seguros. Los equipos que trabajan juntos constantemente en el mismo entorno se sienten más cómodos haciendo sonar las alarmas porque pueden reconocer las banderas rojas y es más probable que tengan una camaradería que valore la opinión de cada miembro.

Además para cada tipo de procedimiento existirán algunos pacientes que se beneficiarán, otros que no lo harán pero no experimenten un daño, y un tercer grupo que sea perjudicial, esto ocurrió en el uso de las mallas en la cirugía de la hernia, que se explica por las interacciones de los sistemas complejos.

La seguridad depende también de las vías de atención: La European Pathway Association define una vía de atención como «una intervención compleja para la toma de decisiones mutuas y la organización de los procesos de atención para un grupo bien definido de pacientes durante un período bien definido. El objetivo de una vía de atención es mejorar la calidad de la atención en todo el continuo mejorando los resultados de los pacientes ajustados al riesgo, promoviendo la seguridad del paciente, aumentando la satisfacción del paciente y optimizando el uso de los recursos» La vía clínica que más impacto ha provocado en la gestión es la vía Enhaced Recovery after surgery o ERAS, que inicialmente fue utilizada en la cirugía cardíaca y en la cirugía colorrectal, pero debido a los resultados y a su aceptación entre cirujanos, anestesiólogos, clínicos, pacientes y gerentes.

Otro factor a considerar es la fatiga física de los cirujanos, la cantidad de intervenciones que puede realizar y cuando aumenta el índice de complicaciones. Como está organizada la actividad, la guardia con casos programados y los urgentes, que altera el descanso de los profesionales. Es común en la actividad en el ámbito privado y público. Superposición de funciones. La mayor parte de la cirugía del trauma ocurre durante la noche.

Debemos liderar un enfoque orientado a disminuir todas las complicaciones postoperatorias, la duración de las estadías y los reingresos no programados, empoderar a todos los líderes para promover una cultura de seguridad y de calidad, basada en trabajo en equipo, capacitación continua y entrenamiento.

Cada equipo quirúrgico cada cirujano debería recibir de parte del área de calidad un reporte que diga: Cantidad de procedimientos realizados en el mes, edad y sexo de los pacientes. Intervención principal. Programados y urgentes. Duración de la intervención quirúrgica. Días de estadía. Complicaciones durante la estancia hospitalaria. Se entrego pautas de alarma y medio de comunicación. Cantidad de visitas postoperatorias. Informes a familiares. Como un bucle de retroalimentación fundamental para mejorar la calidad. La democratización de las medidas, no solo es para el cirujano si no para la institución.

Para desarrollar un sistema de salud sostenible, tendremos que aprender a medir mejor el valor de la atención prestada en el contexto de los procesos de atención al paciente completos y definibles. Los principios de la ciencia de sistemas proponen que las herramientas de mejora continua de la calidad (CQI) basadas en el valor se pueden aplicar para reducir los costos y mejorar los resultados simultáneamente. Las iniciativas de CQI pueden centrarse potencialmente en mejorar el valor de la atención al paciente en el entorno clínico real. El uso de los principios de CQI a menudo es más apropiado para desarrollar una comprensión de los factores que impulsan las mejoras en la atención al paciente que los ensayos controlados aleatorios que tienen como objetivo probar o refutar una hipótesis.

Los pacientes tienen que estar preparados mentalmente para la cirugía, hay que darles el tiempo para que expresen sus temores, necesitamos prepararlos mejor para que estén bien predispuestos a la intervención. Los riesgos de la producción en línea de procesos de cirugías regladas de corta estancia se puede correr el riesgo de la deshumanización. Esto hay que incorporarlo en los centros de cirugía mayor ambulatoria.

Las influencias multifactoriales están presentes en todos los niveles, y el éxito de incluso los procedimientos más comunes se ve igualmente afectado por la habilidad del cirujano, el estado de salud del paciente y la capacidad de un sistema para brindar esa atención y proteger al paciente de daños inadvertidos.

La realidad de la naturaleza insostenible de nuestro sistema de salud actual es evidente. La perspectiva del cambio no es fácil, pero como seres humanos, somos una especie compleja que tiene, tiempo. Y una vez más, demostrado ser capaz de adaptarse a medida que ganamos conocimiento y a medida que el mundo evoluciona. Si bien nuestro cambio de paradigma hacia la ciencia de sistemas puede estar en su infancia, su reconocimiento representa nuestros primeros pasos hacia el futuro de la evolución de la atención médica para centrarse en el paciente a través de la individualidad, el valor y la sostenibilidad.

He realizado un recorrido por la calidad y la seguridad de los pacientes quirúrgicos para intentar instalar algunos conceptos en la gestión de los establecimientos de salud, pensando e impulsado por la generación de valor y por la mejora en la calidad de la cirugía.

Desde el pensamiento reduccionista, hay un dicho comúnmente utilizado que dice que «el diablo está en los detalles», pero con una comprensión de la ciencia de sistemas, hay una necesidad de completar el pensamiento: «pero se puede encontrar un ángel en la comprensión del todo». Esos tenemos que ser nosotros.

La medicina basada en la evidencia una perla actual

Steven Teny ; Mateo Varacallo Octubre 2022

La medicina basada en evidencia (MBE) utiliza el método científico para organizar y aplicar datos actuales para mejorar las decisiones de atención médica. Por lo tanto, la mejor ciencia disponible se combina con la experiencia clínica del profesional de la salud y los valores del paciente para llegar a la mejor decisión médica para el paciente. Hay 5 pasos principales para aplicar la MBE a la práctica clínica  [1] [2] [3] :

  • Definición de una pregunta clínicamente relevante
  • Buscando la mejor evidencia
  • Valoración crítica de la evidencia.
  • Aplicando la evidencia
  • Evaluación del desempeño de EBM

La MBE comienza con una pregunta clínica. La pregunta clínica es un tema que el proveedor de atención médica aborda con el paciente. Después de formulada la pregunta clínica, se busca la evidencia científica pertinente, que se relacione con la pregunta clínica. La evidencia científica incluye los resultados del estudio y las opiniones. No todos los datos tienen la misma fuerza. Las recomendaciones de un experto no son tan sólidas como los resultados de un estudio bien realizado, que no es tan bueno como los resultados de un conjunto de estudios bien realizados. Por lo tanto, en la medicina basada en la evidencia, los niveles de evidencia o datos deben graduarse de acuerdo con su fuerza relativa. Se debe dar más peso a la evidencia más sólida al tomar decisiones clínicas.

La evidencia se estratifica comúnmente en seis niveles diferentes: 

  • Nivel IA: evidencia obtenida de un metanálisis de ensayos aleatorios múltiples, bien realizados y bien diseñados. Los ensayos aleatorizados proporcionan algunas de las pruebas clínicas más sólidas y, si se repiten y los resultados se combinan en un metanálisis, se supone que los resultados generales son aún más sólidos.
  • Nivel IB: evidencia obtenida de un único ensayo controlado aleatorio bien realizado y bien diseñado. El estudio controlado aleatorizado, cuando está bien diseñado y bien realizado, es un estándar de oro para la medicina clínica.
  • Nivel IIA: evidencia de al menos un estudio controlado no aleatorizado bien diseñado y ejecutado. Cuando no ocurre la aleatorización, puede haber más sesgo introducido en el estudio. 
  • Nivel IIB: evidencia de al menos un estudio de casos y controles o de cohortes bien diseñado. No todas las cuestiones clínicas pueden estudiarse de forma eficaz o ética con un estudio controlado aleatorio. 
  • Nivel III: evidencia de al menos un estudio no experimental. Por lo general, la evidencia de nivel III incluiría series de casos, así como estudios de cohortes o de casos y controles no bien diseñados.   
  • Nivel IV: opiniones de expertos de autoridades respetadas en el tema basadas en su experiencia clínica.

Todos los estudios clínicos o evidencia científica se pueden clasificar en una de las categorías anteriores. Luego, el médico debe usar su experiencia clínica profesional para extrapolar la evidencia científica que se aplica al paciente específico. La mayoría de los estudios clínicos tienen criterios específicos de inclusión y exclusión, así como la población específica estudiada. La mayoría de las veces, el paciente tratado por el médico tendrá una o más diferencias sustanciales con respecto a la población del estudio. Luego, el proveedor médico debe usar su juicio clínico para determinar cómo las variaciones entre el paciente y la población del estudio son importantes o no y cómo afectan la aplicación de los resultados del estudio al paciente específico.

Por ejemplo, un paciente específico puede ser una mujer de 70 años con antecedentes de hiperlipidemia y un nuevo diagnóstico de hipertensión, que busca opciones de tratamiento para la hipertensión. El médico puede encontrar un buen ensayo controlado aleatorio que analice los medicamentos para controlar la hipertensión, pero los criterios de inclusión del estudio fueron una población de 18 a 65 años. ¿Debe el médico ignorar los resultados ya que el paciente específico no cumple con los datos demográficos del estudio? ¿Debe el médico ignorar la diferencia de edad entre el paciente específico y la población de estudio? Aquí es donde el juicio clínico ayuda a cerrar la brecha entre la evidencia científica relevante y el paciente específico que se está tratando.

Finalmente, los médicos que utilizan la medicina basada en la evidencia deben poner toda la información en el contexto de los valores o preferencias del paciente. Los valores o preferencias del paciente pueden entrar en conflicto con algunas de las opciones posibles. Incluso la evidencia sólida que respalda un tratamiento específico puede no ser compatible con las preferencias del paciente y, por lo tanto, es posible que el médico no recomiende el tratamiento al paciente. Además, es posible que el tratamiento no se aplique al paciente específico.

Como ejemplo, un paciente puede tener una forma particular de cáncer. La evidencia de nivel IA puede sugerir que la esperanza de vida puede duplicarse de 8 a 16 meses con quimioterapia. La quimioterapia tiene efectos secundarios significativos. El paciente puede considerar que esos efectos secundarios no son aceptables y optar por no continuar con la quimioterapia debido a las preferencias y valores específicos del paciente.

Una vez que se formula la pregunta clínica, se evalúa la información científica relevante y se usa el juicio clínico para aplicar la evidencia científica relevante al paciente específico y sus valores, se debe evaluar el resultado. El paso final es una reevaluación del paciente y el resultado clínico después de la aplicación de la información aplicada. ¿Ayudó la intervención? ¿Los resultados fueron los esperados? ¿Qué nueva información se obtiene? ¿Cómo se puede aplicar esta información a situaciones y pacientes futuros?

La medicina basada en la evidencia comienza con la pregunta clínica y regresa a la pregunta clínica al final para ver en qué efecto funcionó el proceso. Sin una reevaluación continua, el proveedor médico no estará seguro de si su impacto es positivo o negativo. La medicina basada en la evidencia es una rueda perpetua de mejora en lugar de un proceso lineal de una sola vez.

Cuestiones de interés

La función de la medicina basada en la evidencia es reunir tres entidades diferentes: las preferencias del paciente, el juicio clínico del profesional de la salud y la mejor información científica disponible y relevante para brindar una mejor atención médica. [4]

Existen numerosas críticas a la medicina basada en la evidencia [5] [6] [7] [8] [9] :

El sesgo de publicación

La medicina basada en la evidencia se basa en los resultados publicados, dando más peso a la evidencia de clase I y II. Muchos estudios han demostrado que es más probable que se publiquen los resultados positivos que los negativos. Esto conduce a un sesgo de publicación de estudios con resultados positivos que puede sesgar la evidencia disponible. Además, es más probable que los estudios financiados por empresas se publiquen para impulsar el uso del medicamento o dispositivo estudiado, lo que también puede sesgar la evidencia disponible.

Sesgo de ensayo controlado y aleatorizado

La medicina basada en la evidencia otorga el mayor peso en los ensayos controlados aleatorios. Aunque tales ensayos controlados aleatorios pueden proporcionar pruebas sólidas, un ensayo controlado aleatorio no siempre es posible o factible. Si el proceso de una enfermedad tiene una prevalencia muy baja, puede ser extremadamente prohibitivo o imposible obtener un número suficiente de participantes para un estudio.

Por ejemplo, la progeria es una enfermedad rara con una incidencia de alrededor de uno de cada cuatro a ocho millones de nacidos vivos y una vida media de 14 años. Con una población mundial de alrededor de 7600 millones y una tasa de natalidad anual de 18,5 nacimientos por cada 1000 personas al año, solo habría entre 100 y 400 personas en total con progeria en el mundo. No es práctico realizar un ensayo controlado aleatorio con tan pocos pacientes y producir resultados significativos.

Como segundo ejemplo, considere las implicaciones éticas de los ensayos controlados aleatorios. En un artículo de Smith et al. (2003), argumentan que damos por sentado que los paracaídas ayudan a prevenir lesiones y salvan vidas después de que una persona salta de un avión. Esta observación de sentido común aún no se ha estudiado ni probado con un ensayo controlado aleatorio. El artículo argumenta que las personas deberían aceptar ciertas ideas de sentido común, y que no siempre son necesarios los ensayos controlados aleatorios. Después de todo, ¿pueden los investigadores encontrar fácilmente puristas de la medicina basada en la evidencia que estén dispuestos a inscribirse en un ensayo aleatorio, cruzado y controlado con placebo que pruebe la utilidad de los paracaídas para disminuir las lesiones o la muerte después de saltar de un avión?

Finalmente, hay muchas, muchas más preguntas clínicas que ensayos controlados aleatorios. Las muchas preguntas adecuadas para un ensayo controlado aleatorio bien diseñado y bien realizado superan con creces los recursos disponibles para realizar los ensayos. Debemos admitir que los recursos son limitados y que dedicar tiempo a todas las posibles preguntas clínicas o configuraciones de importancia clínica puede no ser práctico ni aconsejable. La investigación debería dedicar tales recursos a centrarse en preguntas clínicas de mayor impacto.

Tiempo de retraso

Un ensayo controlado aleatorizado bien diseñado y bien realizado toma tiempo para diseñar, llevar a cabo e informar. Puede haber cambios significativos en el panorama médico entre el momento en que se diseña e inicia el ensayo y el momento en que se publican los resultados. Más de una vez, un estudio ha tratado de examinar un régimen de quimioterapia para un cáncer específico solo para que ese régimen de quimioterapia sea anticuado y suplantado en el momento en que se publiquen los resultados del ensayo.

Valores

Aunque los valores del paciente son explícitos en el modelo de medicina basada en la evidencia, muchos profesionales de la salud omiten o minimizan los valores del paciente. No es raro que el proveedor de atención médica reconozca el problema médico, realice la revisión, evalúe y asimile información científica relevante e implemente una intervención sin considerar los valores del paciente. Es fácil que los proveedores se dejen llevar por el intento de implementar la «mejor evidencia» o las «mejores prácticas» antes de comprender cómo encajan o contradicen los valores del paciente.

Significación clínica

La medicina basada en la evidencia proporciona un marco para aplicar la evidencia científica relevante a la condición del paciente en función de los valores del paciente utilizando el juicio clínico del médico para adaptar el tratamiento al paciente. El objetivo de la medicina basada en la evidencia es mejorar los resultados médicos con base en la evidencia de la más alta calidad disponible. Después de implementar la intervención, el resultado debe reevaluarse en el contexto de la pregunta clínica para ver qué efecto ocurrió. También se puede aplicar a una población para generar recomendaciones para la población basadas en la evidencia médica actual. Las recomendaciones de población generalmente se clasifican en función de la ciencia subyacente detrás de las pautas. Existen varios esquemas de clasificación.  

Intervenciones de enfermería, salud aliada y equipo interprofesional

La medicina basada en evidencia proporciona una hoja de ruta para que los médicos apliquen evidencia científica válida a la condición del paciente en función de los valores del paciente utilizando el juicio clínico del médico para adaptar el tratamiento para el paciente. El objetivo de la medicina basada en la evidencia es mejorar los resultados médicos con base en la evidencia de la más alta calidad disponible. La evaluación de datos a corto plazo indica que EMB puede estar mejorando los resultados de los pacientes en ciertos trastornos. [10] [11] [12]

Deterioro de las condiciones de trabajo del Personal de Salud

El deterioro del sistema de salud tiene causas intrínsecas poderosas y del contexto económico y social, que están influyendo en la prestación de servicios. Sin precedentes se puso en superficie lo poco que perciben de ingresos los profesionales, como estos salen de lugares que antes ambicionaban como pertenecer a una cartilla de prepago o tener un nombramiento en el hospital o acceder a una beca de residencia médica. La importancia de estar en un lugar o servicio u hospital donde se entrene, se opere, participe, crezca académicamente no parece importar o el hartazgo del mal trato hace deponer estas preferencias.

La fragmentación de la atención, el aumento de los costos de los medicamentos y tratamientos, el incremento del número de procedimientos, la epidemia de las enfermedades crónicas, las moléculas que cuestan más que sus antecesoras, tratamientos personalizados, la obligación de cubrir la educación y el transporte a la discapacidad, genera que no se cubran los planteles médicos, porque hay que cubrir esos otros gastos.

Esto no es nuevo, los déficits que existían en la atención, la suplían los residentes médicos, especialmente en los contra turnos, cuando cesa el horario de la planta, los fines de semana y las guardias nocturnas, la transformación tiene que ser hacia una concentración a la fuerza por capacidad instalada y recursos humanos que puedan dar los servicios, existe una generación que se esta yendo que tenía un mayor grado de compromiso con el profesionalismo y los pacientes. Casi románticamente, la otra que es más practica y tiene claridad de lo que exige, abierta a las posibilidades de dejar todo e ir a trabajar a otras partes, o países.

Si no empezamos a revertir esta situación mejorando progresivamente las condiciones de trabajo y las remuneraciones los prestadores no podrán cumplir con sus obligaciones es simple. Faltan médicos, Están mal pagos, con pésimas condiciones laborales y defraudados.

La sobrecarga de los que están, de los que resisten, la violencia hacia el personal de salud, las carencias de respaldos académicos, de seguridad y de insumos hace que antes de perder todo dejan de trabajar. Porque si son demandados ellos deben responder porque las empresas no siguen un rumbo de proteger al médico demandado. Que al mismo tiempo es perseguido por la auditoria si solicita estudios basado en la medicina defensiva.

Se exige trabajo en equipo, y existen fuertes evidencias científicas que mejora la calidad del sistema pero las organizaciones son individualistas, dejan a las personas trabajando en soledad. No hay un trabajo de inducción, que le enseñe a ese personal en que sistema de salud está trabajando. Tampoco tiene la posibilidad de hacer escuchar su voz.

Los pacientes valoran las esperas y la prescripción no la atención con empatía, compromiso y que lo hagan coparticipar.

La crisis es muy grave. No esta dimensionada. Las marchas de los médicos y los residentes por las mejoras se suceden. Pero hay cierta intoxicación y enojo a los piquetes.

Los políticos están totalmente enfrascados en estar anotados para la contienda, las áreas gubernamentales y los establecimientos no tienen un liderazgo profesional, técnicamente formado. Son comisarios políticos de quien lo designa.

Los pacientes no tienen asignado un sistema que se responsabilice su salud, solo por su demanda, los pacientes no son direccionados en su flujo por el sistema.

Las guardias, las emergencias, que son las biopsias de los sistemas de salud están abarrotadas e hiperfrecuentadas, la gente busca en la emergencia la llave para ingresar al sistema. Las demoras en los diagnósticos.

Las enfermedades avanzadas, las muertes prematuras, son algunos de los síntomas de esta fractura y decadencia del sistema de salud.

La crisis del recurso humano es la consecuencia de no tener una política de formación, de estimar los recursos que se necesitan, de como distribuirlos mejor, de realizar inversión en el recurso humano, acceso al sistema de salud mediante una carrera estimulante. El segundo porque es que estamos en un sistema federal, que no se llegan a acuerdos. Que las casas de estudios, las universidades no están revirtiendo el abandono de los cursantes, están formando profesionales para un mercado que no existe. En la actualidad son más los profesionales que dejan la carrera asistencial que la abrazan recibiéndose. Las formas de pago no son atractivas salvo en algunas especialidades. Se continua remunerando mejor las prácticas , por lo tanto los médicos que solicitamos que ejerzan su función de clínicos, o generalistas o pediatras o médicos de familia pierden posibilidades de vivir mejor.

Los Ministerios provinciales, las universidades, los Colegios médicos, los prestadores públicos y privados, las agremiaciones deben entender que trabajar en conjunto podrá ir mitigando el impacto de todas estas causas. Para que se pueda mejorar la atención, sin llegar al momento de una ruptura del dialogo y la prestación de servicios. Que los mejores profesionales dejen los cargos, Empeorando la calidad de respuesta del sistema de salud.

Ver algunos dispositivos y lugares que implementan planes para estar mejor y los profesionales quieren seguir perteneciendo a esos establecimientos. Lograr que exista la voluntad de emplearse en una organización reconocida socialmente.

El inconveniente de estos momentos es que debido a la necesidad de disminuir la conflictividad por las elecciones no tiene que haber ruido. Solucionan los problemas con medidas paliativas en general que no van al fondo de la cuestión. Sino que alivian y invisibilizan al colectivo que está reclamando.

El INSSJP PAMI, la obra social de la clase pasiva y los jubilados, lanzó una campaña de prensa refiriendo que en un año se dieron 35 millones de turnos, que se extendió el programa de medicación gratuita, como la expresión inédita de accesibilidad, favoreciendo y beneficiando una iatrogenia que queremos prevenir cuaternariamente la polifarmacia. Esto es un demérito. No es uso racional de medicamentos. Tenemos que medir los resultados en el control de las principales enfermedades. Var si esto es viable en un esquema de futuro. Porque hoy, el déficit entre lo que se recauda y lo que se gasta es de un 50%. Un ajuste de esa magnitud, tendrá efectos nefastos. Por lo tanto, hay muchas expresiones de economistas que se formulan como soluciones mágicas, como la reducción del déficit fiscal y no emitir dinero sin respaldo, que todos estamos de acuerdo, pero detrás de ellas hay personas necesitadas y dependientes.

La integración y concentración prestadora es la tendencia actual. Los servicios privados de salud carecen de equipos y tienden a la prestación individual. El negocio es no prestar y que la gente pague por un seguro de internación y no por la atención. Esto aumenta el gasto de bolsillo y la inequidad del sistema. Los más perjudicas son los prestadores profesionales y los pacientes. Los pacientes porque no tienen prestaciones y los profesionales porque no trabajan en los que les gusta.

El sistema de salud esta en crisis, pero no tiene quién lo escuche víctima de la insolidaridad y el abandono a su suerte.

La violencia en el servicio de urgencias. ¿Es una maldición?

Revista canadiense de medicina de emergencia volumen 25 , paginas5–6 ( 2023 )

La violencia hacia el personal dentro de los Departamentos de Emergencia (ED) está aumentando y hay una serie de estudios que describen la frecuencia y el impacto de tales eventos. Los Servicios de Urgencias se enfrentan a este nuevo reto con una peligrosa combinación de largos tiempos de espera, consumo de alcohol o drogas o trastornos psiquiátricos. La era post-covid ha llevado a una mayor demanda, esperas más largas y una mayor ansiedad entre el público, lo que solo ha exacerbado el problema de los incidentes violentos hacia el personal. El personal percibe la violencia como verbal y física y, a menudo, denunciar tales incidentes puede considerarse una tarea que lleva mucho tiempo, es laboriosa y no tiene sentido [ 1]. El requisito de seguridad en el servicio de urgencias se ha convertido en una triste realidad, y la presencia de personal capacitado para brindar protección, apoyo y reducir las situaciones difíciles en el servicio de urgencias se considera una parte esencial del establecimiento. Sin embargo, este personal a menudo no se incluye como parte del equipo dentro del ED. Las soluciones a los problemas que enfrentan las actividades violentas en nuestros SU no están bien evaluadas.

Gupta [ 2] y sus colegas realizaron un estudio que evaluó el papel de los servicios de seguridad en el servicio de urgencias de un importante centro de trauma en Canadá. Revisaron la base de datos de llamadas desarrollada por sus Servicios de Seguridad durante un período de 4 años y analizaron la actividad registrada tanto para incidentes relacionados con pacientes como más rutinarios. Los incidentes se clasificaron en 6 grupos. Los autores también analizaron los datos de mes a mes y por hora del día. Descubrieron que casi el 20 % de las llamadas estaban relacionadas con incidentes en el servicio de urgencias y, de ellas, la mayoría estaba relacionada con la prestación de asistencia al personal con pacientes o visitantes que pueden necesitar sujeción, impedidos de salir o ser escoltados fuera de las instalaciones. Durante el período de tiempo estudiado, el número de llamadas por cada 1000 visitas aumentó de manera constante. Si bien un estudio de un solo sitio con algunos límites para el análisis de datos realizado, este estudio demuestra el papel clave que juega la seguridad en el apoyo a la actividad del ED, garantizando la seguridad del personal y los pacientes. Examinar registros como los recopilados por los servicios de seguridad proporciona una mayor comprensión del trabajo diario realizado para mantener un entorno de trabajo seguro en el servicio de urgencias. Muchas de estas tareas probablemente pasan desapercibidas y no se verían como una respuesta a un evento violento, pero sin embargo contribuyen a garantizar que la presencia brinde un estándar mínimo en los SU.

Este estudio invita a pensar sobre la importancia de tales roles, la capacitación requerida para el personal que los asume en un entorno de alto volumen y alta agudeza como el ED, y la importancia de la inclusión dentro del equipo más amplio del ED. Estos tipos de estudios pueden ayudar a determinar dónde se debe desarrollar la capacitación para obtener el máximo beneficio para el servicio de urgencias y el hospital en general, y pueden informar las habilidades clave requeridas por el personal de seguridad y otro personal para brindar apoyo y protección. Como era de esperar, también hay poca investigación sobre estos roles en los SU y cómo contribuyen a mejorar la seguridad de estos entornos.

Los autores reclaman con razón una nomenclatura estandarizada para registrar eventos violentos en el cuidado de la salud que pueda proporcionar un reflejo más preciso del número, la frecuencia y el patrón de tales incidentes. Esto ayudaría a dirigir el apoyo a las organizaciones y proveedores de atención médica de manera adecuada y a comprender cómo reducir la cantidad de eventos que ocurren.

Es vital que se aborde la seguridad en el lugar de trabajo y se implementen medidas de mitigación para mejorar las condiciones de trabajo y, por lo tanto, la prestación de atención al paciente. Los desafíos de la fuerza laboral incluyen no solo el reclutamiento sino también la retención del personal en medicina de emergencia. Los estudios han demostrado que el personal se resigna a la inevitabilidad de la violencia hacia ellos como parte de su trabajo. Los estudios también han encontrado una correlación directa entre la violencia en el lugar de trabajo y la intención del personal de enfermería de irse. El compromiso organizacional para reducir la violencia en los SU es esencial [ 3 , 4]. Utilizar las habilidades de los servicios de seguridad es una forma de gestionar esto con personal específicamente capacitado para este propósito. Proporcionar un entorno seguro es fundamental para mejorar el bienestar y la satisfacción laboral. Recientemente, en los EE. UU., se aprobó en abril de 2021 la Ley de Prevención de la Violencia en el Lugar de Trabajo para los Trabajadores de Servicios Sociales y de Atención Médica, lo que ayudó a fortalecer los estándares de seguridad en el lugar de trabajo. Además, la Ley de Seguridad contra la Violencia para los Empleados de la Salud (SAVE, por sus siglas en inglés), que se presentó en la Cámara de Representantes en junio de 2022, se aprobó para ayudar a reducir la violencia en los servicios de urgencias y criminalizar las agresiones contra los trabajadores de la salud. Varios otros países ahora han convertido las agresiones a los trabajadores de la salud en un delito penal [ 5 ].

Se requieren más estudios que evalúen el papel y los beneficios potenciales de los servicios de seguridad en los SU para establecer el impacto de tales intervenciones, la implementación óptima de las mismas y comprender el impacto en el personal y la frecuencia de tales eventos.

Manejo de enfermería de la violencia en el departamento de emergencias: ¿podemos hacer más?

Fiona Timmins PhD MSC RGNGianluca Catania PhD MSN RNMilko Zanini PhD MSN MSoc RNGiulia Ottonello RN MSNFrancesca Napolitano MSN RN

31 enero 2022

https://doi.org/10.1111/jocn.16211

Abstract

Fondo

Los servicios de urgencias son los servicios con mayor riesgo de violencia para las enfermeras. Las denuncias de violencia en la atención de la salud han aumentado exponencialmente en la última década. Los servicios hospitalarios de primera línea están en mayor riesgo, y en todo el mundo hay intentos de cuantificar, gestionar y prevenir episodios de violencia, pero aún no se han identificado soluciones coherentes.

Objetivos

Estimular la reflexión sobre los factores causales de la violencia contra las enfermeras en los servicios de urgencias y discutir posibles soluciones y estrategias para aspectos que en gran medida siguen sin resolverse.

Diseño

Un documento de posición sustentado en experiencias y evidencias reportadas en la literatura.

Métodos

Una búsqueda en Scopus y CINAHL usando el término ‘violencia’ proporcionó información sobre la prevalencia del término ‘violencia’ en la literatura contemporánea y permitió capturar una visión general de los factores que contribuyen a la violencia y los enfoques actuales para su manejo y prevención.

Conclusiones

Sin embargo, si bien se han identificado factores de riesgo, existe una tendencia a sobreacentuar el alcance de su contribución. Los principales factores de riesgo presentan condiciones relacionadas o acompañadas de enfermedad mental y el impacto del hacinamiento y los largos tiempos de espera.

Relevancia para la práctica clínica

Se necesita más en términos de implementación de soluciones de gestión más amplias, holísticas, prácticas y efectivas para promover la seguridad de las enfermeras y apoyar adecuadamente a los pacientes vulnerables.

¿Qué aporta este documento a la comunidad clínica mundial más amplia?

  • Para muchas enfermeras de urgencias, los episodios de violencia siguen siendo vistos como una parte normal de su trabajo, pero la frecuencia cada vez mayor de los episodios de violencia se está convirtiendo en una carga inaceptable, que exige soluciones organizativas urgentes y garantizar que la denuncia de violencia sea más accesible.
  • Algunos factores causales, como la intoxicación por alcohol y drogas, parecen ser más ambientales y sociales que individuales. Otra causa importante de la violencia en los servicios de urgencias está relacionada con muchas personas con trastornos de salud mental que acuden a los servicios de urgencias. Deben surgir preguntas sobre la idoneidad del servicio de urgencias como punto de referencia para los episodios psicóticos.
  • Las enfermeras líderes deben reflexionar y colaborar con los servicios sociales para desarrollar intervenciones efectivas para prevenir episodios de violencia y proporcionar entornos de trabajo seguros para sus enfermeras.

1. INTRODUCCIÓN

La violencia en la atención de la salud es un fenómeno mundial, con organizaciones profesionales, centros de salud y órganos legislativos tomando cada vez más medidas para la prevención (Brunero et al., 2021 ). En la literatura internacional existen diversas definiciones que describen el fenómeno de la violencia laboral, entre ellas la del Instituto Nacional de Seguridad y Salud Ocupacional (NIOSH), que la identifica como ‘cualquier agresión física o intento de agresión, comportamiento amenazante o abuso verbal que ocurre en el lugar de trabajo”. Estos actos son, en la mayoría de los casos, eventos con resultado no fatal o agresión o intento de agresión, física (empujones) y verbal (gritos, insultos) (NIOSH, 2002 ) .

Algunos autores han llamado la atención sobre el hecho de que la violencia hospitalaria parece ser una preocupación creciente en el cuidado de la salud y de particular interés para las enfermeras (Najafi et al., 2018 ). Curiosamente, un estudio realizado durante la emergencia pandémica de COVID-19 informó una disminución de los episodios de violencia en el servicio de urgencias (Özkan Şat et al., 2021 ) y observó una disminución de los episodios de violencia. Es incierto si la violencia social o en los hospitales está aumentando o no, o si esto se debe a la creciente conciencia e intolerancia hacia ella, o si se explica por el aumento de los informes, es incierto. Sin embargo, la literatura sobre este tema está creciendo exponencialmente también en términos de violencia perpetrada por otro personal (Senz et al., 2019) pero en este trabajo nos centraremos en la violencia ejercida por pacientes y acompañantes en el servicio de urgencias.

Por lo tanto, el objetivo de este artículo es proporcionar una posición discursiva sobre la magnitud y el impacto de la violencia en los servicios de urgencias experimentada por las enfermeras y argumentar sobre posibles soluciones y estrategias para contener, manejar y prevenir este fenómeno.

Fondo

Este crecimiento del interés por la violencia en la atención de la salud se refleja en el florecimiento de la literatura (Berlanda et al., 2019 ). Las enfermeras se presentan como una cohorte vulnerable debido a la naturaleza de su trabajo, que las pone en estrecho contacto con personas en situaciones no ordinarias que fácilmente pueden generar tensión (Pich et al., 2017 ) . De hecho, hace casi 20 años, Jackson et al. ( 2002 :13) preguntó ‘¿quién querría ser enfermera?’ cuando se considera el potencial de violencia en el lugar de trabajo. Al mismo tiempo, a nivel internacional se han realizado voluminosas investigaciones sobre la prevalencia y tipología de estos episodios en diferentes contextos para profundizar en el conocimiento de este fenómeno e implementar intervenciones encaminadas a abordarlo y proteger a los profesionales de la salud. Si bien la violencia puede impregnar muchas áreas de la práctica de la atención médica, la violencia en el departamento de emergencias (SU) de adultos a menudo se destaca como una preocupación particular (Brunero et al., 2021; Lenaghan et al., 2018; Ryan & Maguire , 2006 ) . De hecho, el personal del servicio de urgencias tiene más probabilidades de experimentar violencia que en otras áreas de atención médica (Sharifi et al., 2020 ; Zoleo et al., 2020 ) y muchas enfermeras están preocupadas por su propia seguridad (Sharifi et al., 2020 ). ). Junto con las cafeterías, los vestíbulos principales, las clínicas para pacientes ambulatorios y otras áreas públicas que brindan servicios de salud, los servicios de urgencias se enfrentan más comúnmente al desafío de manejar los episodios violentos (Curbow, 2002) .). Ciertamente, nuestra experiencia ha sido que las enfermeras de urgencias son frecuentemente víctimas de violencia, especialmente en el triaje de urgencias. Esta experiencia está respaldada en la literatura, ya que la mayoría de las agresiones violentas ocurren en la sala de tratamiento (ALBashtawy & Aljezawi, 2016 ; Al-Maskari et al., 2020 ) o durante la clasificación (Pich et al., 2017 ). A veces, esto es violencia física, pero en la mayoría de los casos, es verbal. La mayoría de las veces parece estar asociado con personas que abusan de las drogas o el alcohol, o personas con causas orgánicas de confusión (Alzheimer, por ejemplo) o aquellas que esperan durante horas para ser atendidas. De hecho, Ogundipe et al. ( 2013 :758) señalan que:

Los ED son áreas de alto estrés donde muchos pacientes pueden tener condiciones como consecuencia del trauma, y ​​ellos o sus familiares pueden tener emociones lábiles que pueden predisponer a la violencia contra los cuidadores… [y] …las enfermeras son las más afectadas por esta violencia

Las asociaciones de enfermería de emergencia se están volviendo cada vez más activas a nivel internacional en términos de fomentar métodos de prevención de la violencia, reduciendo la tolerancia hacia una cultura que acepta la violencia como parte del trabajo y aumentando el apoyo y la prevención (Organización de Enfermeras de Nueva Zelanda, 2016 ) . De hecho, en un área de Australia, las enfermeras del servicio de urgencias protestaron por el aumento de los niveles de violencia en los servicios de urgencias y recibieron apoyo de la comunidad por esto, lo que resultó en cambios ambientales en el servicio de urgencias, como vidrio templado y alarmas de emergencia (Anónimo, 2017 ) .

En el Reino Unido, el Royal College of Nursing (RCN) ( 2017 ) expresó su preocupación por un 28 % de casos de violencia física entre las 6000 enfermeras encuestadas. Dieron la bienvenida al Proyecto de Ley de Agresiones a Trabajadores de Emergencia (Delitos) 2017-19 , un Proyecto de Ley de Miembros Privados que introdujo el nuevo delito de agredir a un trabajador de emergencia y nuevas pautas de sentencia. El RCN destacó su apoyo al proyecto de ley y sugirió medidas de mayor alcance para proteger al personal de salud de la violencia y la agresión (RCN, 2017 ). De manera similar, el Royal College of Emergency Medicine ( 2019 ) ha expresado su preocupación por el aumento de la violencia contra quienes trabajan en el NHS y, especialmente, quienes trabajan en el servicio de urgencias.

Diseño

Un documento de posición.

2 MÉTODOS

Se realizó una búsqueda en Scopus y CINAHL utilizando el término ‘violencia’ y se obtuvo amplia información sobre la prevalencia del término ‘violencia’ en la literatura contemporánea y una visión general de la violencia en el servicio de urgencias, los factores contribuyentes y los enfoques actuales para su manejo.

Scopus reveló que las referencias al término ‘violencia’ han aumentado constantemente en el Journal of Advanced Nursing (JAN) ( n  = 489), y casi un tercio de estas referencias pertenecen a los últimos diez años ( n  = 154). Del mismo modo, las referencias a la violencia en el Journal of Nursing Management (JNM) en los últimos cinco años ( n  = 112) son más del doble de las publicadas en los 23 años anteriores ( n  = 55).

Los resultados arrojados a través de nuestra búsqueda en la base de datos CINAHL revelaron tendencias similares. Tanto JNM como JAN han publicado un porcentaje creciente de artículos sobre violencia en la última década 2010-2020; 61% y 38%, respectivamente. Las enfermeras se presentan como una cohorte vulnerable debido a la naturaleza intrínseca de su trabajo en estrecho contacto con personas en situaciones no ordinarias que pueden precipitar rápidamente en episodios de violencia (Pich et al., 2017 ) .

Alcance de la violencia en el servicio de urgencias

Definir la naturaleza exacta y la prevalencia de la violencia siempre ha sido problemático. Ya en 2002, Krug et al. reportaron la dificultad de obtener una medida precisa de la escala del fenómeno debido a que la notificación de incidentes no siempre se completaba, incluso en los servicios de salud que apoyaban la notificación (Ryan & Maguire, 2006 ). Como muestran estudios más recientes, poco ha cambiado y aún existe una percepción de infranotificación por parte de las enfermeras (Ayasreh & Hayajneh, 2021 ; Dafny & Beccaria, 2020 ; Hogarth et al., 2016 ; Sills et al., 2020 ; Stene et al. al., 2015 ) especialmente cuando no se perciben lesiones (Dafny & Beccaria, 2020) y porque las enfermeras piensan que denunciar incidentes de violencia no cambiaría nada (Alsharari et al., 2021 ; Kvas & Seliak, 2014 ). La violencia es experimentada por todos los grados del personal en el ED (Nikathil et al., 2017 ), aunque se cree que es una experiencia más común para las enfermeras, quizás porque pasan más tiempo con los pacientes y suelen ser más visibles en el ED (Ogundipe et al., 2013 ). También se cree que las enfermeras son más vulnerables como grupo predominantemente femenino (Dafny & Beccaria, 2020 ; Ladika, 2018 ).

Las tasas de incidentes informados de violencia física hacia las enfermeras de urgencias varían drásticamente y una revisión reciente de la literatura mostró que las tasas de informes aún tienden a ser bajas (Ayasreh & Hayajneh, 2021 ). Los informes pueden ser tan bajos como el informe de Ryan y Maguire ( 2006 ) del 3 % en un servicio de urgencias irlandés hasta un 91,5 % estimado en Italia (Ramacciati et al., 2019 ) (consulte la Tabla 1 ). Una revisión reciente confirmó que esta disparidad y diferencia en los porcentajes es común en la literatura (Nikathil et al., 2017 ), aunque debe señalarse que algunos de los estudios donde se observaron tasas más altas incluyeron muestras locales pequeñas (Ogundipe et al. , 2013 ; Wright-Brown et al., 2016). Sin embargo, se cree que existe una tendencia cada vez más ascendente, con una frecuencia de episodios de violencia superior al 50% (Edward et al., 2014 ).TABLA 1. Tasas de denuncia de violencia en varios países

AutoresPaísTasa de denuncia de violencia (%)
Ryan y Maguire ( 2006 )Irlanda3.0
Richardson et al. ( 2018 )Nueva Zelanda12.0
Sills et al. ( 2020 )Australia14.0
Al-Maskari et al. ( 2020 )Omán18.0
Afshari Saleh et al. ( 2020 )Irán35,0
Wright-Brown et al. ( 2016 )EE.UU38.0
Canción et al. ( 2020 )Porcelana45.5
ALBashtawy y Aljezawi ( 2016 )Jordán48.0
Ogundipe et al. ( 2013 )Nigeria87.0
Pich et al. ( 2017 )Australia87.0
Ramacciati et al. ( 2019 )Italia91.5

En 2006, una encuesta ( n  = 80) examinó los puntos de vista de las enfermeras de urgencias sobre la violencia e informó que iban desde amenazas de agresión hasta violencia física severa; en un mes, la ocurrencia de ambos se estimó en 54% y 3%, respectivamente (Ryan & Maguire, 2006 ). En este estudio, los actos menores de violencia fueron denunciados con mucha más frecuencia (23%) que los mayores (2,8%). La violencia contra las enfermeras la infligieron principalmente los pacientes en lugar de los adultos que los acompañaban, pero a menudo hay múltiples perpetradores (es decir, tanto los pacientes como sus acompañantes). En otros estudios, el paciente es descrito como el mayor perpetrador (Wright-Brown et al., 2016) y las entrevistas con enfermeras indican que es el paciente quien tiene más probabilidades de ser físicamente violento, mientras que los acompañantes tienen más probabilidades de ser verbalmente agresivos (Dafny & Beccaria, 2020 ). Aunque un estudio reciente en Omán reveló que tanto los pacientes como los acompañantes exhibieron igualmente violencia hacia las enfermeras (Al-Maskari et al., 2020 ), y en Nigeria, se informa que las personas acompañantes son más propensas a delinquir (Ogundipe et al., 2013 ) . Curiosamente, la violencia durante la reanimación cardiopulmonar (RCP) en el servicio de urgencias es un fenómeno emergente, donde los adultos acompañantes son la fuente de violencia (Margavi et al., 2020 ).

La violencia física en el servicio de urgencias es motivo de especial preocupación dados sus efectos psicológicos y el riesgo de lesiones (Najafi et al., 2018 ). Sin embargo, la OMS señala que definir la violencia solo en relación con su resultado como dañino «limita la comprensión del impacto total de la violencia en los individuos, las comunidades y la sociedad en general» (Krug et al., 2002: 5 ) . La violencia física, independientemente del resultado, es una causa de gran estrés para las enfermeras (Afshari Saleh et al., 2020 ; Zhang et al., 2021 ). Una meta síntesis reciente, por ejemplo, enfatizó los efectos duraderos en las enfermeras dentro de dos temas emergentes: ‘heridas invisibles y recuerdos dolorosos’ y ‘repercusiones posteriores a la violencia’ (Al-Qadi, 2020:4). De manera similar, las entrevistas de Hassankhani et al. ( 2019 ) con enfermeras de urgencias en Irán revelaron un impacto duradero, incluidos los efectos sobre la percepción de su rol profesional, la confianza y los problemas de salud mental.

Una preocupación dentro de nuestros hallazgos es que las enfermeras de urgencias a menudo ven la violencia como una parte inevitable de su trabajo diario y son reacias a informar incidentes, un hecho reflejado en muchos estudios internacionales (Dafny & Beccaria, 2020; Hogarth et al., 2016 ; Ramacciati , Ceccagnoli, Addey, Lumini, et al., 2018 ; Ramacciati, Ceccagnoli, Addey, & Rasero, 2018 ; Stene et al., 2015 ). De hecho, dos metasíntesis recientes revelaron la inevitabilidad de la violencia como un tema emergente importante (Al-Qadi, 2020 : 4; Ashton et al., 2018 ). De hecho, los temas de Hogarth et al. ( 2016)

Las entrevistas con enfermeras de urgencias revelaron que no percibían una agresión física como violenta a menos que recibieran una lesión. También notaron una reticencia entre la gerencia de atención médica para abordar completamente el problema (Ramacciati, Ceccagnoli, Addey, Lumini, et al., 2018 ; Ramacciati, Ceccagnoli, Addey y Rasero, 2018 ), un hecho informado en toda la literatura (Doby, 2015 ) . Curiosamente, en los EE. UU., existen obligaciones claras para los ED como empleadores de apoyar al personal mediante la provisión de capacitación, seguridad y protección, y la agresión en el ED puede conducir a un enjuiciamiento, aunque la gestión final de esto por parte de las autoridades se considera indulgente (AHC MEDIA ., 2019a ). Aunque se anima mucho al personal a informar y actuar al respecto (AHC MEDIA,2019b ), existe evidencia internacional de subregistro (Richardson et al., 2018 ). Las barreras organizacionales para la presentación de informes pueden ocurrir por razones culturales (ya sea que se fomente o apoye o no) y pueden estar relacionadas con el enfoque del método de presentación de informes (Hogarth et al., 2016 ) .

Razones de la violencia en el servicio de urgencias

Si bien las drogas y el alcohol a menudo son culpados por la violencia de los DE en la literatura (Ramacciati et al., 2017 ), estos no siempre parecen ser el principal factor de influencia (Al-Maskari et al., 2020 ; Ramacciati, Ceccagnoli, Addey, & Rasero , 2018 ; Zoleo et al., 2020 ). De hecho, un examen reciente del riesgo reveló que aquellos que se consideraban en mayor riesgo de violencia eran pacientes con trastornos de salud mental (Brunero et al., 2021 ). Por ejemplo, Connor et al. ( 2020) encontraron que la mayoría (57%) de los episodios violentos informados en el SU estaban relacionados con la salud mental, mientras que muy pocos casos (2%) estaban relacionados con las drogas o el alcohol. Un metanálisis reciente confirmó que los problemas de salud mental son el motivo más frecuente de violencia contra el personal de urgencias, seguido de cerca por los incidentes relacionados con las drogas y el alcohol (Nikathil et al., 2017 ) . Por el contrario, en un gran estudio australiano, las enfermeras de urgencias informaron que la intoxicación por alcohol era el principal factor que influía en los episodios violentos (87 %), seguido de los problemas de salud mental (77 %) y la intoxicación por drogas (76 %) (Pich et al., 2017 ) . En Australia, la restricción del horario de venta de alcohol parece haber contribuido, al menos de forma anecdótica, a una reducción de la violencia en los servicios de urgencias en Sídney (Anónimo, 2018) .), y una revisión reciente parece implicar a las drogas y el alcohol como uno de los principales factores predictivos de la violencia en los TCA (Kleissl-Muir et al., 2018 ). Curiosamente, un estudio de Delphi sobre las perspectivas de las enfermeras de urgencias australianas sobre la violencia en los urgencias reveló un consenso de que los largos tiempos de espera, las drogas y el alcohol contribuyeron a la violencia en los urgencias (Morphet et al., 2014 ) .

Sin embargo, ciertamente, mientras los pacientes que presentan trastornos de salud mental, las drogas o el alcohol crean un riesgo, y se está desarrollando cada vez más la conciencia en relación con las características del entorno del ED y cómo pueden contribuir o agravar el problema. En un gran estudio nacional reciente que incluyó más de 15 000 SU en 600 centros de atención médica en Italia, por ejemplo, se identificaron cuatro temas principales: la percepción de las enfermeras sobre la agresión física y verbal, los factores precipitantes, las consecuencias y las soluciones (Ramacciati, Ceccagnoli, Addey, Lumini , et al., 2018). Estos se conceptualizaron y mapearon en un modelo global para comprender la violencia en el servicio de urgencias, que dio igual peso a la importancia de los factores ambientales y organizacionales junto con las características individuales de las enfermeras (que podrían convertirse en desencadenantes) y las consideraciones del paciente. Es interesante que en lugar de ver la violencia como perpetrada por el paciente, se adoptó un enfoque más holístico para su comprensión (Ramacciati, Ceccagnoli, Addey, Lumini, et al., 2018 ). También es interesante el hecho de que las características de los enfermeros puedan contribuir para la ocurrencia de violencia. Los estudios Delphi respaldan este hallazgo (Morphet et al., 2014 ). De manera similar, en Ogundipe et al. ( 2013), las enfermeras del estudio de Nigeria creían que la violencia en los servicios de urgencias se reduce cuando las enfermeras adoptan los siguientes comportamientos: disponibilidad (85 %), respeto (85 %), apoyo (53 %) y capacidad de respuesta (68 %). De hecho, en el mismo estudio, las principales razones percibidas para la violencia (puntuación media más alta) fueron el hacinamiento en el SU ambiental, los largos tiempos de espera y la «frustración de los pacientes», y el sistema de seguridad inadecuado (Ogundipe et al., 2013: 760 ) . Ramacciati et al., 2017también encontraron que los largos tiempos de espera en el SU, tanto para los pacientes como para los acompañantes (relacionados con el 56 % de los episodios violentos notificados), combinados con los SU abarrotados, siguieron de cerca como el segundo factor causal principal (56 %). La violencia también se desencadena por la percepción de que ninguna persona obvia está ‘a cargo’ y esto representó una gran proporción de los episodios violentos (42 %) en el estudio de Ramacciati et al. (2017 ) .Curiosamente, Angland et al. ( 2014 ) entrevistó a 12 enfermeras de urgencias para explorar sus percepciones sobre lo que desencadenó la violencia en urgencias y sus respuestas apuntaron abrumadoramente a problemas ambientales. Los largos tiempos de espera, el hacinamiento y la mala comunicación se destacaron como las principales causas. Los largos tiempos de espera mencionados, específicamente relacionados con pacientes que esperan para ver a un médico o conseguir una cama en una sala.

Algunos participantes creían que la naturaleza agresiva de los pacientes y familiares estaba relacionada con su impaciencia y el deseo de atención inmediata individualizada. N5: “La gente quiere que la atiendan de inmediato… simplemente pierden el control a veces cuando les dicen que tienen que esperar”. (Angland et al., 2014 : 137).

Algunos participantes creían que el diseño del ED con su espacio limitado a menudo hacía que los pacientes y/o familiares se volvieran agresivos. Los participantes describieron el ED como «frenético» y aproximadamente la mitad del tamaño que debería tener para la cantidad de asistencias diarias. (Angland et al., 2014 : 137).

El diseño ambiental de los DE también fue abordado por Gilliani y Azad ( 2016 ). Esta revisión identificó varias intervenciones de diseño ambiental que podrían contribuir a reducir la violencia en el ED. El autor desarrolló una lista de verificación de 13 elementos para usar en ED para guiar el diseño y asegurar que haya un enfoque en elementos tales como presencia de seguridad, alarmas personales, cámaras de seguridad, controles de entrada y salida, iluminación, control de ruido, mecanismos de comunicación y áreas de aislamiento. (Gilliani y Azad, 2016 ).

En general, una serie de factores organizacionales, sociales y comunitarios influyen en la interacción entre los trabajadores de la salud y los pacientes (Curbow, 2002 :39). Los factores organizativos incluyen largos tiempos de espera en el servicio de urgencias (Curbow, 2002 ); sin embargo, en la literatura se presta poca atención a la prevención ambiental o la gestión de colas. El estudio etnográfico de Lau et al. ( 2012a , 2012b ) que involucró tanto a enfermeras como a pacientes reveló uno de los tres principales factores culturales en la violencia en los SU como ‘solicitudes y demandas’. Del mismo modo, Pich et al. ( 2017) revelaron que las tres actividades de enfermería de mayor riesgo para la violencia relacionada con el paciente fueron la evaluación inicial en el triaje, la comunicación con los pacientes y el manejo de las reacciones de los pacientes ante los retrasos (Pich et al., 2017 ) . Najafi et al. ( 2018 ) también encontraron que las enfermeras creían que no cumplir con las expectativas de los pacientes o sus familias a menudo precipita episodios violentos.

Enfoques para el manejo de la violencia en los servicios de urgencias

El manejo de la violencia en los SU es un tema muy complejo. Efrat-Treister et al. ( 2019 ) examinó cómo los enfoques psicológicos para gestionar los tiempos de espera y las colas en los servicios de urgencias podrían reducir la violencia. Descubrieron que el hacinamiento en el servicio de urgencias provocaba un aumento de los episodios violentos, pero estos se reducían si los pacientes percibían que su tiempo de espera era breve. Curiosamente, los programas de prevención de la violencia en los servicios de urgencias, si bien son exitosos, se centran principalmente en identificar a los pacientes en riesgo y alentar la notificación inmediata (Gillespie et al., 2013).), en lugar de explorar cómo apoyar adecuadamente a las personas con trastornos de salud mental o manejar de manera efectiva las colas en el servicio de urgencias. Además de la gestión de riesgos y las medidas de seguridad, se podría hacer mucho para mejorar los aspectos ambientales de la DE. Esto incluye el uso y la implementación de la teoría de gestión de colas, mejorando la estética de los entornos de espera (Health Innovation Network, 2019 ) y proporcionando entornos tranquilos, privados y menos estresantes para pacientes con problemas de salud mental (Bracken-Scally et al., 2019 ; D ‘Ettorre et al., 2018 ).

Dado el surgimiento del impacto potencial de las personas con problemas de salud mental que acuden al servicio de urgencias (tanto en ellos mismos como en los demás), y las medidas un tanto drásticas disponibles para tratar estos aspectos de su enfermedad, vale la pena considerar si los profesionales de la salud mental deben ser miembros permanentes del equipo de ED. Curiosamente, una mejora recientemente adoptada introducida en la formación de enfermeras practicantes avanzadas (ANP) en la República de Irlanda incluyó la adopción de un modelo de educación más generalista (DOHC, 2019 ). Esto incluye, por ejemplo, una evaluación física avanzada para enfermeras de salud mental, pero no requiere que los ANP (por ejemplo, en el servicio de urgencias) tengan capacitación adicional en salud mental (DOHC, 2019 ).

Los enfoques para el manejo de la violencia física en los DE incluyen presencia de seguridad, sedación y contención (Mitra et al., 2018 ). Aunque Ramacciati, Ceccagnoli, Addey, Lumini, et al. ( 2018 ), Ramacciati, Ceccagnoli, Addey y Rasero ( 2018 ):25) pidieron ‘entornos adecuados con medidas estructurales adecuadas’, lo que en gran medida equivalía a medidas oficiales de seguridad como presencia policial y cámaras de seguridad (Ramacciati, Ceccagnoli, Addey, Lumini, et al., 2018 ; Ramacciati, Ceccagnoli, Addey, & Rasero, 2018 :25, Ramacciati & Giusti, 2020 ). Incluso se ha sugerido el uso de tasers en los servicios de urgencias de los EE. UU. (Lefton, 2014) aunque se han planteado preocupaciones sobre su seguridad e idoneidad (O’Brien, 2014 ).

Las medidas y herramientas de evaluación de riesgos se informan ampliamente en la literatura (Cabilan & Johnston, 2019 ; Connor et al., 2020 ) y son un componente clave de la educación en el campo de la prevención de la violencia en los TCA (Gillespie et al., 2013 ). Sin embargo, la capacitación y el enfoque relevantes de la seguridad/policía, la capacitación del personal y la detección de pacientes de alto riesgo no están ampliamente disponibles a nivel internacional (Ogundipe et al., 2013 ). La mayoría de los estudios revelaron una capacitación limitada del personal (Ogundipe et al., 2013 ). Senz et al. ( 2019:897) sugieren el uso de una herramienta de «evaluación de riesgos de rutina» para detectar situaciones en el servicio de urgencias que podrían desencadenar episodios de violencia no solo entre los pacientes, sino también para prevenir fuentes de violencia horizontal u ocupacional perpetrada por otro personal. Centrándose únicamente en los comportamientos del paciente, la herramienta examina la confusión, la irritabilidad, el bullicio, las amenazas físicas y verbales y el daño a los objetos (Senz et al., 2019 ). Sharifi et al. ( 2020 ) brindaron educación y probaron el efecto de una lista de verificación de evaluación de riesgos similar, alentando a las enfermeras de urgencias a evaluar a los pacientes en estas últimas categorías durante el triaje.

Sin embargo, las enfermeras se muestran reacias a utilizar herramientas de evaluación de riesgos debido al efecto percibido en los pacientes. Estas herramientas frecuentemente se enfocan en la presencia de armas y antecedentes de violencia, y por esta razón en un estudio las enfermeras las consideraron provocativas (Daniel et al., 2015 ). Al mismo tiempo, el diagnóstico temprano de la amenaza y la intervención (p. ej., sedación, restricción o reclusión) parece evitar la necesidad de intervenciones más serias, como una restricción más seria (p. ej., ‘derribar’) cuando las situaciones se intensifican (Kelley, 2014) . :61).

La educación en el campo de la prevención de la violencia es muy recomendable para todas las enfermeras de urgencias, aunque centrada en la evaluación de riesgos, la intervención temprana y las medidas de seguridad (Martindell, 2012 ). De hecho, Sharifi et al., 2020 encontraron que los episodios de violencia se redujeron significativamente después de que las enfermeras de urgencias ( n  = 37) recibieron educación centrada en la evaluación temprana de riesgos. Curiosamente, el Ministerio de Salud de Italia emitió una Recomendación para prevenir actos de violencia contra los trabajadores de la salud y ha sido descrita como una herramienta válida para el manejo de la violencia contra los trabajadores de la salud (La Torre et al., 2017) .). Se requiere un esfuerzo especial al implementar un diseño interior del lugar de trabajo que sea efectivo para minimizar las condiciones estresantes en las salas de espera, que han resultado ser el sitio más frecuente de agresiones (D’Ettorre et al., 2018 ) . La gestión de enfermería tiene un papel clave en esto (Özkan Şat et al., 2021 ). En ausencia de evidencia sólida sobre la efectividad de las intervenciones únicas adoptadas hasta el momento, Ramacciati, Ceccagnoli, Addey, Lumini, et al. ( 2018 ), a través de una revisión narrativa de la literatura, sugieren un conjunto de 24 marcos teóricos sobre la violencia contra los trabajadores de la salud, que podrían ser utilizados para construir acciones para mitigar este fenómeno.

3 CONCLUSIÓN

Cada vez hay más literatura y conciencia en todo el mundo sobre los episodios de violencia en el lugar de trabajo contra las enfermeras, especialmente en los servicios de urgencias.

Para algunas enfermeras de urgencias, esto todavía se considera parte del trabajo debido a la imprevisibilidad y agudeza de los casos de emergencia (Ayaresh & Hayajneh, 2021 ), mientras que muchas otras, en línea con la concepción multifacética más moderna de la violencia, también consideran la agresión verbal como una forma inaceptable de violencia (Dafni & Beccaria, 2020 ; Hogarth et al., 2016 ). La creciente frecuencia de episodios de violencia se está convirtiendo en una carga inaceptable, que exige soluciones organizativas urgentes (Dafni & Beccaria, 2020). Las organizaciones deben estar atentas para garantizar que el apoyo y la denuncia de la violencia sean más accesibles y ágiles. Si bien todas las formas de violencia en el lugar de trabajo son un desafío, la violencia física y su potencial de daño grave es motivo de preocupación dentro del ED en términos de resultados físicos, psicológicos y sociales.

Tanto Curbow ( 2002 ) como Ramacciati, Ceccagnoli, Addey, Lumini, et al. ( 2018 ) los modelos apuntan a una multiplicidad de factores que impactan en el potencial de violencia en el ED, y gran parte del trabajo cualitativo con enfermeras del ED respalda el hecho de que también el enfoque y la actitud de las enfermeras pueden influir en los eventos. Sin embargo, algunos factores causales, como la intoxicación por alcohol y drogas, parecen ser más ambientales y sociales que individuales (Anónimo, 2018 ).

También hay otros problemas importantes relacionados con la violencia en los servicios de urgencias que tienen consecuencias e implicaciones de gran alcance, como la alta proporción de personas con trastornos de salud mental que acuden a los servicios de urgencias. Deben surgir preguntas con respecto a la idoneidad del servicio de urgencias como punto de referencia para los episodios psicóticos, y si un profesional de la salud mental debe o no ser parte del equipo regular del servicio de urgencias para tratar con esta cohorte de pacientes. Además, podría ser útil una habitación separada, menos hospitalaria y más cómoda, donde estos pacientes pudieran estar tranquilos lejos de otros pacientes que esperan.

La corriente principal sigue siendo la gestión y la contención de la violencia en lugar de la prevención. Este documento podría servir como punto de partida desde el cual las enfermeras líderes podrían reflexionar y colaborar con los servicios sociales para desarrollar intervenciones efectivas para prevenir los episodios de violencia en los servicios de urgencias y proporcionar un entorno de trabajo seguro para las enfermeras.

Current perspectives on maternity critical care

K. CranfieldD. HornervascoG. VictoriaDN Luca

Introducción

A nivel mundial, ha habido una disminución significativa en las tasas de mortalidad materna; sin embargo, hay evidencia de que la tasa de disminución se está estabilizando y ahora se proyecta que la tasa de mortalidad materna será de 133 muertes por cada 100 000 nacidos vivos en 2030, casi el doble de la meta de los objetivos de desarrollo sostenible de la Organización Mundial de la Salud (OMS). [ 1 ]. Dentro del Reino Unido, las tasas de mortalidad materna parecen haberse estancado, mientras que en los EE. UU. las tasas están aumentando [ 2 , 3]. Las razones de la falta de progreso son complejas. La demografía de la población obstétrica está cambiando, lo que resulta en más embarazos de alto riesgo. Cada vez más mujeres tienen hijos más tarde en la vida y más mujeres se quedan embarazadas con enfermedades crónicas como hipertensión, obesidad y enfermedades cardiovasculares. Junto a estos factores, hay evidencia en el Reino Unido y los EE. UU. de desigualdad en las tasas de mortalidad para mujeres de diferentes orígenes étnicos y circunstancias socioeconómicas; en ambos, las tasas de mortalidad materna en las mujeres negras son cuatro veces mayores que las de las mujeres blancas [ 4]. Las estrategias para abordar la mortalidad materna de forma aislada son insuficientes. Ahora se reconoce ampliamente que abordar la morbilidad materna desempeñará un papel esencial para lograr una disminución continua de la mortalidad materna. Para mejorar los resultados de la morbilidad materna será necesario mejorar la atención crítica, pero la atención crítica materna es un área que, hasta hace relativamente poco tiempo, ha recibido menos atención que otras partes de la práctica obstétrica y de atención crítica. Discutiremos algunas de las pruebas y conceptos actuales en torno a esta área emergente en obstetricia. Las perspectivas reflejan predominantemente la práctica del Reino Unido, pero se espera que los temas tengan resonancia, independientemente del entorno de atención.

Definición de cuidado crítico materno

Un desafío particular que se enfrenta al considerar el manejo de pacientes obstétricas en estado crítico se relaciona con la disparidad en las definiciones, la captura de datos y la prestación de servicios presentes en la evidencia actual disponible [ 5]. Los términos ‘cuidados críticos maternos’ y ‘cuidados críticos obstétricos’ se usan indistintamente para describir la atención clínica de las mujeres que presentan un malestar agudo durante el embarazo o en el momento del parto. Las limitaciones de estos términos han sido previamente reconocidas por su incapacidad para describir con precisión a los pacientes incluidos en la cohorte y, en consecuencia, el estudio epidemiológico en esta área. El término «cuidados intensivos maternos» sugiere que la mujer tratada debe ser madre. Por lo tanto, con frecuencia excluye a las mujeres ingresadas en cuidados intensivos después de un aborto o una pérdida del embarazo a principios o mediados de trimestre. El término ‘obstétrica’, relacionado o asociado con el parto, sugiere que la causa de ingreso por enfermedad crítica debe estar directamente relacionada con el embarazo. La definición de ‘obstétrica’ también se ve afectada por la variabilidad en el período de tiempo posterior al parto, que todavía se considera asociado con ese embarazo. Por ejemplo, la OMS define la ‘mortalidad materna’ como “la muerte de una mujer durante el embarazo o dentro de los 42 días posteriores a la terminación del embarazo, independientemente de la duración y el lugar del embarazo, por cualquier causa relacionada o agravada por el embarazo o su manejo, pero no por causas accidentales o incidentales” [ 6 ] . En las Consultas confidenciales sobre muertes maternas del Reino Unido, la muerte materna se considera en cualquier momento hasta un año después del parto. En esta revisión, como en muchos otros artículos, estos términos se usan indistintamente.

También vale la pena reflexionar sobre el significado de ‘cuidado crítico’. Aunque coloquialmente describe la atención brindada en unidades de cuidados críticos o intensivos (UCI), el término puede abarcar la atención brindada en varios entornos de atención. Dentro del Reino Unido, el nivel de atención requerido para los pacientes adultos está claramente definido por lo que constituye los niveles de atención de Nivel 2 (alta dependencia) y Nivel 3 (intensivo) [7 ] . Desafortunadamente, es menos probable que las pacientes obstétricas encajen en estas categorías. Por ejemplo, una paciente con preeclampsia severa que requiere una infusión continua de labetalol para controlar la presión arterial y sulfato de magnesio para prevenir las convulsiones, teóricamente estaría recibiendo tratamiento de nivel 3/UCI. En muchos hospitales del Reino Unido, la atención de esta mujer se brindaría en un entorno de sala de partos [ 8]. En una encuesta de salas de partos en el Reino Unido, el 67 % informó que brindaban atención de alta dependencia o de Nivel 2 de manera rutinaria (el 79 % de ellos en camas dedicadas), y muy pocos recibían financiamiento para esta provisión [ 9 ] . Si bien hay una gran cantidad de datos disponibles sobre pacientes admitidos en unidades de cuidados intensivos en el Reino Unido a través del Programa de combinación de casos del Centro Nacional de Auditoría e Investigación de Cuidados Intensivos (ICNARC), muy pocas suites de parto contribuyen a este conjunto de datos, lo que significa brechas significativas en conjuntos de datos relacionados de pacientes con morbilidad materna significativa [ 10 ].

En un intento por estandarizar y brindar el monitoreo, tratamiento y atención especializados que un paciente en particular puede requerir dentro del contexto de cuidados intensivos maternos u obstétricos, se ha desarrollado el concepto de cuidados maternos mejorados. La atención materna mejorada está impulsada por un conjunto de competencias necesarias para atender a las mujeres con problemas médicos, quirúrgicos u obstétricos durante el embarazo, tanto en el peri como en el posparto, pero sin la gravedad de la enfermedad que requiere el ingreso en una unidad de cuidados intensivos [ 11 ] . Cualquier médico con las habilidades necesarias puede proporcionar esta atención. Atención de la Mujer Críticamente Enferma en el Parto; Atención materna mejoradafue publicado por el Royal College of Anesthetists en agosto de 2018 luego de un período de consulta de dos años. El grupo de trabajo de documentos intercolegiados se adelantó a su tiempo al acuñar el término «atención mejorada» para describir un nivel intermedio de atención entre la atención estándar en sala y la atención crítica de alta dependencia (Nivel 2). Desde su publicación, la atención mejorada se ha ampliado para incluir otras especialidades hospitalarias, por ejemplo, medicina respiratoria [ 12 ].

Otro desafío importante dentro de este campo es la incapacidad de comparar pacientes obstétricas críticamente enfermas entre conjuntos de datos. Los sistemas de puntuación de la gravedad de la enfermedad se utilizan habitualmente en cuidados intensivos para proporcionar una indicación de la gravedad de la enfermedad y predecir la mortalidad hospitalaria. Sirven para varios propósitos, incluida la estratificación de grupos dentro de los ensayos clínicos, la identificación de factores en cuidados intensivos que influyen en el resultado, la evaluación comparativa, la mejora del rendimiento y la utilización de recursos; algunos incluso pueden ser lo suficientemente fiables desde el punto de vista estadístico para predecir el resultado de cada paciente [ 13]. Sin embargo, la mayoría de los sistemas de puntuación bien validados como Acute Physiology and Chronic Health Evaluation 2 (APACHE 2), Simplified Acute Physiology Score 2 (SAPS 2) y Mortality Prediction Model 2 (MPS 2) sobrestiman la mortalidad en obstetricia. pacientes de cuidados críticos [ 14 , 15 ].

Se ha desarrollado un pequeño número de sistemas específicos de puntuación de mortalidad obstétrica; estos incluyen la Estimación de Riesgo de Alta Dependencia de Embarazo Integrada Colaborativa (CIPHER) y los Criterios de la Organización Mundial de la Salud (Criterios de la OMS). Estos sistemas se refinaron posteriormente para formar el Índice de Severidad Materna (MSI), el Puntaje de Mortalidad Materna (MMS) y el Puntaje de Alerta Temprana Obstétrica (ICNARC-OEWS). La mayoría de estos sistemas de puntuación utilizan únicamente parámetros fisiológicos en el momento de la admisión a cuidados intensivos y se han desarrollado utilizando grupos de muestra relativamente pequeños. Esto limita su aplicabilidad a la atención crítica brindada fuera de la unidad de cuidados críticos, por ejemplo, atención materna mejorada brindada en una unidad de maternidad. Ninguno de estos modelos de predicción de riesgo tiene suficiente capacidad predictiva para predecir el resultado de un paciente individual.16 ].

Epidemiología de los cuidados intensivos maternos

La atención de la paciente obstétrica es cada vez más complicada, debido a las comorbilidades y al avance de la edad materna, con factores socioeconómicos que también juegan un papel. Las mujeres ingresadas en la UCI a menudo son jóvenes y previamente se encuentran bien, y el deterioro que conduce a la admisión en la UCI es inesperado. El estudio National Maternity and Perinatal Audit Maternity Admissions en cuidados intensivos en Inglaterra, Gales y Escocia identificó una tasa de 2,75/1000 mujeres en el embarazo, el parto y hasta 1 año después del parto que requirieron ingreso en una UCI para adultos [ 8]. La admisión a la UCI fue más probable entre las mujeres de edad materna avanzada, etnia negra, IMC> 35 y paridad de 3 o más. Vale la pena resaltar que esta auditoría solo incluyó datos sobre mujeres que recibieron atención de Nivel 2 o Nivel 3 en unidades de cuidados críticos para adultos y, por lo tanto, no incluyó datos sobre mujeres que recibieron atención/cuidado materno mejorado en salas de parto o datos de algunas unidades especializadas de cuidados críticos. ej., unidades cardíacas o unidades obstétricas de alta dependencia. Los resultados para las pacientes obstétricas ingresadas en la UCI son generalmente buenos, con (generalmente) períodos de admisión relativamente cortos y solo una proporción muy pequeña que requiere una admisión que dure más de 7 días. Un estudio de cohortes investigó los patrones cambiantes de la morbilidad materna grave durante 14 años en Escocia. De 762,918 embarazos, El 1% de las mujeres experimentó uno o más eventos de morbilidad materna severa, siendo la sepsis obstétrica la más común. En particular, la morbilidad materna grave aumentó de 9/1000 embarazos en 2012 a 17/1000 embarazos en 2018 [17 ].

Reconocimiento de la enfermedad crítica en pacientes obstétricas

Es ampliamente reconocido que el reconocimiento de enfermedades críticas en pacientes obstétricas puede ser un desafío. Muchos cambios fisiológicos clave que ocurren durante el embarazo pueden imitar o enmascarar los cambios que se observan cuando los pacientes están críticamente enfermos. Además de esto, las adaptaciones inmunológicas y fisiológicas del embarazo pueden afectar la capacidad materna para responder y compensar una enfermedad crítica. Las puntuaciones de alerta temprana se utilizan ampliamente para apoyar el reconocimiento rápido del deterioro clínico en pacientes no obstétricas [ 18 ].

Si bien Escocia lanzó el uso de un sistema nacional de puntuación de alerta temprana materna en 2018, sigue existiendo una variación significativa en el diseño y la adopción de los sistemas de puntuación de alerta temprana materna en otras naciones del Reino Unido y más allá [ 19 – 21]. El desarrollo de puntajes de alerta temprana materna se ve complicado por los cambios fisiológicos normales en los signos vitales durante el embarazo y la escasez de información para guiar los umbrales ‘activadores’ apropiados para los signos vitales. El estudio Predicción de patrones de fisiología del embarazo (4P) tuvo como objetivo desarrollar una base de datos de mediciones prospectivas de signos vitales (presión arterial, frecuencia cardíaca, saturación de oxígeno, temperatura y frecuencia respiratoria) en mujeres embarazadas desde el inicio de la gestación hasta el período posparto. El estudio proporciona percentiles específicos de la gestación basados ​​en la evidencia para los signos vitales durante el embarazo [ 22 , 23 ].

En 2020, el equipo del Programa Nacional de Mejora de la Seguridad Neonatal y de Maternidad (MatNeoSIP) del Reino Unido convocó a un grupo de trabajo multidisciplinario para desarrollar un gráfico nacional de puntuación de alerta temprana materna para su uso en todo el NHS. El gráfico se ha desarrollado utilizando datos fisiológicos de mujeres embarazadas sanas recopilados como parte del estudio 4P. La prueba del prototipo ya está completa, y el objetivo es introducir la herramienta en entornos de salas prenatales y posnatales, seguido de áreas de evaluación y atención intraparto. La publicación y difusión están previstas para principios de 2023.

Dónde se debe brindar atención crítica materna y modelos de atención

Los hospitales difieren en su configuración de atención a las mujeres que están gravemente enfermas durante el embarazo, el parto o el puerperio. El principio que subyace en el cuidado de cualquier embarazada enferma o recién embarazada, es que sea atendida por una persona con las competencias adecuadas, en el lugar adecuado de ese hospital. No existe un modelo único para brindar cuidados críticos en las unidades de maternidad. Esperar que unidades pequeñas con muy pocas mujeres enfermas capaciten a las parteras en el uso de la monitorización invasiva es poco probable que tenga éxito; Si bien es posible capacitar al personal, mantener la competencia con un número tan pequeño de mujeres que requieren este monitoreo es más desafiante. Muchas unidades en todo el Reino Unido brindan una excelente atención materna colaborativa mejorada de formas innovadoras adaptadas a su unidad en particular.

Para las unidades más pequeñas, todavía es posible introducir una atención materna mejorada, aunque con un umbral ligeramente más bajo para la transferencia a cuidados intensivos. En las unidades que lo han hecho con éxito, han reconocido que el número de mujeres que requieren monitorización invasiva es insuficiente para que las matronas mantengan las competencias necesarias. Las parteras de atención mejorada con las habilidades requeridas para esa unidad todavía están disponibles en cada turno para cuidar a las mujeres enfermas, pero cualquier persona que requiera un monitoreo invasivo es transferida a cuidados intensivos. En las unidades más pequeñas, la unidad de cuidados intensivos suele estar cerca de la sala de partos, por lo que se mantiene el contacto con los equipos de maternidad y neonatología y la proximidad a la sala de maternidad. Un tercer modelo utilizado por algunas unidades, a menudo donde la sala de partos está distante o en un sitio separado de la atención crítica, está integrando enfermeras de cuidados intensivos en el equipo de maternidad. Las parteras y las enfermeras de cuidados intensivos trabajan juntas para atender a las mujeres que requieren atención mejorada o, en algunos casos, de nivel 2, y tienen en conjunto todas las competencias de partería y cuidados intensivos requeridas.

En diferentes hospitales, las mujeres con la misma condición clínica pueden ser atendidas en diferentes entornos; sala de partos, una sala médica o la UCI. Cada uno de estos tiene sus propios méritos relativos, pero están potencialmente asociados con elementos que pueden restar valor a la calidad general de la atención que recibe una mujer (Fig.  1). Independientemente de la ubicación, es vital reconocer el hecho de que ningún especialista o lugar de atención tiene todas las habilidades y conocimientos para atender a mujeres en estado crítico. El reconocimiento de los compromisos en la atención que enfrentan estas mujeres puede ayudar a los médicos a abordar y manejar algunas de las deficiencias que enfrentan los lugares de atención individuales. Por ejemplo, la admisión a cuidados intensivos podría significar que el personal tenga menos confianza en la prescripción durante el embarazo y menos capacidad intuitiva para facilitar la atención de rutina para las parejas y los recién nacidos. Es de esperar que el conocimiento de estas deficiencias potenciales permita al personal ser proactivo en la búsqueda de apoyo con las unidades de prescripción y conducción para encontrar formas innovadoras de facilitar algunos cuidados de rutina del recién nacido en el mismo lugar para las familias.

Redes de medicina materna

Las redes de medicina materna son un desarrollo reciente en Inglaterra y tienen como objetivo mejorar la atención de las mujeres con, o presentando, problemas médicos durante el embarazo y el posparto [ 24 ]. Este concepto de ‘centro y radio’ (Fig.  2) tiene como objetivo proporcionar servicios de medicina materna en red centrados en un centro designado con un médico obstetra. La ubicación de la atención (local o central) depende de los conocimientos y la experiencia locales. Muchas especialidades ya han adoptado el enfoque de red para brindar atención. La configuración de las redes regionales de medicina materna puede variar según la casuística local y la distribución de la experiencia clínica local, pero debe incluir un médico obstetra, un obstetra y una partera especializada. También recomendamos que el equipo multidisciplinario reciba aportes y apoyo de anestesistas obstétricos y que las redes de medicina materna brinden liderazgo anestésico obstétrico en todo el sistema para garantizar que, cuando corresponda, los anestesistas obstétricos en unidades ‘habladas’ estén habilitados,

Estrategias de cuidados críticos

Debe haber un umbral bajo para la derivación para el apoyo de cuidados intensivos en una mujer embarazada con una enfermedad crítica. Las mujeres embarazadas normalmente pueden compensar períodos prolongados antes de un rápido deterioro. Sin embargo, se debe prestar atención a los cambios sutiles y la trayectoria de las observaciones clínicas, con una escalada rápida para aquellos que muestran signos de deterioro. Se recomienda la participación rápida, senior y multidisciplinaria de médicos en las decisiones de atención para pacientes obstétricas en deterioro. Se están elaborando nuevas normas y directrices nacionales de atención para garantizar que esta área de práctica sea una en la que el personal de extensión y enfermería de cuidados intensivos reciba capacitación específica. Las investigaciones confidenciales del Reino Unido sobre muertes maternas han puesto de relieve en repetidas ocasiones las desigualdades en el tratamiento médico de las mujeres embarazadas y posparto,25 ]. Esto se ha demostrado vívidamente durante la pandemia de COVID-19, con datos que demuestran que solo alrededor de una cuarta parte de las mujeres embarazadas que se habrían beneficiado de tratamientos como la oxigenación por membrana extracorpórea los recibieron, incluso después de ingresar en una UCI [3 ] . Los estudios realizados para evaluar estrategias terapéuticas en cuidados intensivos han excluido en gran medida a las mujeres embarazadas [ 26 , 27]. Si bien se reconocen las preocupaciones con respecto a la seguridad de los medicamentos durante el embarazo, a menudo se puede inferir la seguridad relativa a través de la evaluación científica del mecanismo de acción del medicamento del estudio y el análisis de la literatura sobre el uso del medicamento del estudio (o una clase similar de medicamento) para tratar otras enfermedades. . El momento de la administración del fármaco es crítico para el desarrollo de la teratogenicidad y debido a que la organogénesis ocurre durante el primer trimestre, este es el período más vulnerable. Si una mujer embarazada está gravemente enferma, es probable que los riesgos para el bebé y la madre de la enfermedad (hipoxia, hipovolemia, parto prematuro, etc.) sean más dañinos que la medicación y otras estrategias de tratamiento. 3 .

Hay una escasez de datos disponibles para guiar la elección de vasopresores en pacientes embarazadas en estado crítico. En caso de compromiso cardiovascular, siempre se debe excluir la compresión aortocava. Se ha encontrado que los fármacos alfa-adrenérgicos causan vasoconstricción directa del lecho uteroplacentario, y los fármacos β-adrenérgicos vasodilatan selectivamente otras áreas vasculares, desviando así el flujo sanguíneo del útero. La fenilefrina es actualmente el fármaco vasopresor preferido para contrarrestar los efectos vasodilatadores del bloqueo neuroaxial central en la anestesia obstétrica [ 34].]. Sin embargo, esto se basa en la evidencia de su uso durante el parto por cesárea electiva. Si bien no existen pautas específicas para la elección de vasopresores de primera línea en pacientes embarazadas o recién embarazadas, los datos actuales de la campaña Sobrevivir a la sepsis respaldan el uso de noradrenalina como vasopresor de primera línea para pacientes embarazadas gravemente enfermas con escasa evidencia que sugiera que su uso causa problemas fetales. dañar.

Las preocupaciones en torno a la seguridad de las diferentes modalidades de imágenes pueden generar retrasos en el diagnóstico, lo que puede provocar retrasos en el tratamiento definitivo. Sin embargo, los riesgos a menudo son superados por los beneficios potenciales de las imágenes apropiadas [ 35 , 36 ]. Si bien la radiografía simple y la tomografía computarizada (TC) exponen el feto y el tejido mamario materno a radiación ionizante, los riesgos de inducción de cáncer infantil son muy bajos. Además, estudios más recientes han proporcionado datos tranquilizadores sobre los riesgos de cáncer de mama materno en mujeres expuestas a TC de tórax o angiografía pulmonar por TC durante el embarazo y el puerperio [ 37 ] . Un principio fundamental es la importancia del consentimiento como un proceso de toma de decisiones dinámico y compartido que debe tener lugar con el paciente.38 , 39 ]. Por ejemplo, es probable que solo el paciente pueda sopesar el impacto potencial en él al elegir descartar la leche materna o limitar el contacto con su bebé durante las 12 horas posteriores a una exploración de ventilación/perfusión. El ultrasonido en el punto de atención se usa cada vez más en el entorno de cuidados intensivos para proporcionar información de diagnóstico rápida y en tiempo real. Los informes confidenciales de investigación de muertes maternas del Reino Unido han destacado con frecuencia los beneficios de usar esta estrategia para pacientes embarazadas o recién embarazadas en estado crítico, por ejemplo, en caso de colapso materno para evaluar tromboembolismo o hemorragia intraabdominal.

Aunque este no debería ser necesariamente el caso, la admisión a una unidad de cuidados intensivos a menudo requiere separar a una mujer y su bebé. Por lo tanto, siempre y cuando sea posible, se debe facilitar la atención neonatal de rutina en la unidad de cuidados intensivos. Por ejemplo, los médicos deben buscar establecer preferencias de lactancia para mujeres que pueden someterse a sedación para soporte ventilatorio invasivo para que, en estas circunstancias, se pueda apoyar la lactancia hasta que la paciente se despierte. Los equipos de alimentación infantil en los hospitales pueden desempeñar un papel vital para facilitar que esto satisfaga los deseos y preferencias de la madre. Otras estrategias para ayudar a promover el vínculo incluyen intercambios de ropa/muselina entre la madre y el bebé para garantizar que cada uno esté cerca de algo que huela a otro, espacio para cambiar pañales y atención neonatal de rutina en la unidad de cuidados intensivos,

Existe muy poca evidencia sobre los parámetros ventilatorios ideales en el embarazo en el caso de pacientes que requieran ventilación invasiva de sus pulmones. Las pacientes embarazadas fueron excluidas de varios de los grandes ensayos clínicos dentro de cuidados intensivos relacionados con la ventilación mecánica, en los que se basa la práctica actual. En esta zona relativamente libre de evidencia, algunos principios claros pueden ayudar a guiar las estrategias de ventilación mecánica. La hiperventilación y la alcalosis deben evitarse siempre que sea posible para reducir la vasoconstricción uterina. Si bien las estrategias ventilatorias de protección pulmonar no se han investigado en profundidad durante el embarazo, parecería razonable apuntar a volúmenes corrientes objetivo de 6 ml.kg -1peso corporal ideal como en la población adulta general. Sin embargo, es posible que se requieran presiones ligeramente más altas en las vías respiratorias para lograr esto (particularmente en el tercer trimestre), debido a la reducción en la distensibilidad de la pared torácica.

El suministro de oxígeno al feto depende del contenido de oxígeno en la sangre materna y del flujo sanguíneo uterino-placentario. Es bien sabido que la hipoxemia materna provoca vasoconstricción feto-placentaria hipóxica. Esto, a su vez, reduce el flujo placentario y la transferencia de oxígeno al feto. En última instancia, es probable que la reducción de la saturación de oxígeno materna perjudique y reduzca significativamente el suministro de oxígeno al feto. Si bien el feto puede compensar hasta cierto punto una reducción en el suministro de oxígeno (incluso hasta una caída del 50 %), si el suministro de oxígeno se reduce en > 75 %, se pueden producir daños significativos en el sistema nervioso central. Falta evidencia en esta área, pero nuestra práctica en esta área es apuntar a niveles de saturación de oxígeno materno de 93 a 97% siempre que sea posible (en parte guiado por los resultados del estudio 4P). Sin embargo,

El uso de la posición prono para mejorar la oxigenación recibió atención renovada durante la pandemia de COVID-19 y ahora es una estrategia de manejo establecida para COVID-19. Los datos sobre la posición prono en mujeres embarazadas son escasos pero tranquilizadores. Deben aplicarse las indicaciones y contraindicaciones de rutina, aunque puede ser conveniente evitarlas en el postoperatorio inmediato tras el parto por cesárea. En el tercer trimestre, la posición de decúbito prono puede ser técnicamente más desafiante y la posición de decúbito lateral puede tolerarse mejor; se deben considerar los riesgos y beneficios del parto antes de la posición prona [ 40 ]. Cuando se lleva a cabo, es fundamental garantizar un acolchado adecuado por encima y por debajo del útero grávido para descargar el útero y evitar la compresión aortocava [ 41]. La monitorización fetal durante los períodos en decúbito prono puede ser un desafío técnico, pero se puede realizar si es necesario.

Momento del nacimiento

Uno de los aspectos más desafiantes del cuidado crítico materno son las decisiones sobre el momento y el modo de nacimiento. En caso de deterioro materno, la valoración multidisciplinar individualizada en cuanto a la modalidad del parto debe considerar la preferencia materna y la gestación. Varios estudios han identificado que las mujeres embarazadas gravemente enfermas tienen más probabilidades de tener un parto prematuro; la tasa de partos prematuros en mujeres con COVID-19 sintomático es aproximadamente tres veces mayor que la tasa de antecedentes, predominantemente debido a partos prematuros iatrogénicos [ 42]. El parto prematuro es una de las principales causas de morbilidad y mortalidad neonatal. Los beneficios maternos potenciales de acelerar el parto deben sopesarse cuidadosamente frente a los riesgos para el feto de la prematuridad iatrogénica. Si bien el parto puede asociarse con mejoras en la función respiratoria materna en algunas pacientes, esto debe sopesarse frente a los riesgos del estrés del parto. Los riesgos de parto prematuro para el feto deben sopesarse frente a la exposición continua a la hipoxemia e hipotensión materna. Ha habido múltiples informes de casos de mujeres con COVID-19 grave en el primer y segundo trimestre que recibieron cuidados intensivos, incluida ventilación mecánica y oxigenación por membrana extracorpórea, y se recuperaron para completar el resto de su embarazo [ 43 , 44]. En los casos en que se considere necesario un parto prematuro, se debe administrar la terapia con sulfato de magnesio para la neuroprotección fetal hasta las 29 + 6 semanas de gestación y hasta las 33 + 6 semanas de gestación [ 45 ] . Se debe considerar la administración de esteroides (ya sea dexametasona o betametasona) para la madurez pulmonar fetal antes del parto (antes de las 34 + 6 semanas de gestación) [ 45 ].

Trabajo en equipo y capacitación en cuidados críticos maternos

El cuidado de las embarazadas enfermas requiere de un equipo multidisciplinar experto en la atención de enfermedades críticas y capaz de mantener en la medida de lo posible la relativa normalidad del embarazo y el parto. Pueden existir múltiples barreras profesionales y de pacientes que pueden afectar la atención (Fig.  4). A menudo, el primer especialista involucrado será el obstetra, quien está bien versado en el manejo del embarazo normal y las complicaciones obstétricas, pero menos en las terapias de cuidados intensivos. Muchos intensivistas experimentan cierta ansiedad cuando se enfrentan a una paciente embarazada, las preocupaciones son las condiciones inusuales específicas del embarazo, la fisiología materna alterada y las preocupaciones sobre la terapia con medicamentos y las imágenes radiológicas, como hemos destacado. Estos problemas se pueden superar mediante un enfoque de gestión multidisciplinario integral, que incluya obstetras y parteras, médicos de cuidados intensivos, obstetricia, así como consultores de subespecialidades relevantes (por ejemplo, cardiología, medicina renal). Las Investigaciones confidenciales del Reino Unido sobre muertes maternas han descrito el papel de los «equipos multidisciplinarios auténticos» que trabajan como un requisito previo para la atención crítica materna de alta calidad. Aunque la mayoría de los médicos tendrán experiencia en el trabajo en equipos multidisciplinarios, las mujeres embarazadas o recientemente embarazadas pueden presentar una variedad de condiciones tal que los equipos especializados particulares que necesitan cooperar pueden no tener experiencia previa de trabajo conjunto. La pandemia de COVID-19 ha requerido y aumentado nuestra capacidad para trabajar en colaboración de formas novedosas. Un mayor acceso a la tecnología, como las videoconferencias, ahora facilita de forma rutinaria las conferencias de casos en unidades, especialidades y centros, tanto en entornos agudos como crónicos, con aportes de especialistas en cuidados intensivos en el equipo multidisciplinario.46 ]. Dado el papel integral que juegan los equipos de cuidados intensivos en el cuidado de este grupo de pacientes, parece vital que también se incluyan en los programas locales de capacitación.

También es importante reconocer la naturaleza potencialmente dinámica de algunos de los factores que pueden afectar la identificación y el manejo de mujeres embarazadas en estado crítico o recién embarazadas. Las diferentes combinaciones de habilidades dentro de los equipos en diferentes momentos, la fatiga del personal, la carga de trabajo y, potencialmente, las presiones de la cama/del personal pueden ser factores relevantes a considerar cuando se trabaja en equipo para encontrar el lugar de atención ideal para una mujer enferma.

Cuando se trabaja en entornos dinámicos y de alta presión, como la sala de partos y la atención crítica, recomendamos encarecidamente que el trabajo en equipo eficaz requiera la capacidad de tener en cuenta estos factores ambientales, de sistemas, de personal y de pacientes. Sin esto, las mujeres cuyas experiencias de embarazo y parto ya pueden ser una terrible experiencia increíblemente traumática y difícil enfrentan un mayor riesgo de mortalidad junto con morbilidad física y psicológica.

El cuidado crítico materno es una disciplina emergente que trasciende los límites de la especialidad. Los aprendices que se preparan para convertirse en especialistas en obstetricia, medicina obstétrica, anestesia y medicina de cuidados intensivos deben estar equipados con las habilidades para reconocer y tratar a las mujeres que se enferman gravemente durante el embarazo o el parto. La piedra angular de la prestación de una buena atención médica a una parturienta críticamente enferma es un sólido conocimiento de la fisiología obstétrica, medicina/patología obstétrica y al menos una comprensión básica de los principios de la atención crítica. Es probable que el personal médico de diferentes disciplinas clínicas posea estas habilidades en diversos grados. Una revisión narrativa examinó los requisitos internacionales de capacitación en cuidados intensivos obstétricos. Los autores encontraron una variación significativa entre disciplinas individuales y países [47]. Este tema no estaba bien cubierto en muchos programas curriculares y de capacitación para anestesia, obstetricia y ginecología y medicina de cuidados intensivos. Cuando se incluía el contenido, a menudo carecía de detalles y consistía principalmente en una breve lista de diagnósticos que pueden resultar en una enfermedad crítica, pero generalmente sin mencionar la evaluación de la gravedad, las técnicas avanzadas de monitoreo o el soporte de órganos. Esto probablemente refleja que la atención crítica materna es una especialidad emergente, y los programas de capacitación pueden haber tardado en revisar su contenido para reflejar la práctica clínica moderna o posiblemente incluso que persiste la incertidumbre sobre qué médicos deberían brindar atención crítica materna. Ningún especialista en anestesia, obstetricia y ginecología, la medicina de cuidados críticos o la medicina general por sí solas pueden brindar una atención óptima si solo se les capacita en sus respectivas especialidades sin una beca de subespecialidad en cuidados críticos maternos. Para impactar los resultados en el cuidado crítico materno, es esencial incorporar conocimientos y habilidades dentro de los programas de capacitación de todas las disciplinas potencialmente involucradas en el cuidado de estas mujeres, con el mantenimiento de las habilidades a través de la enseñanza multiprofesional para permitir la atención de la más alta calidad para las enfermas/embarazadas. mujer embarazada recientemente.

Impacto psicológico de los cuidados críticos maternos

“Mi estadía en la UCI fue, por sí sola, la experiencia más traumática por la que he pasado. Solo, asustado, lejos de mi pareja y mi bebé recién nacido, además de incapaz de moverme y hablar, fue mi peor pesadilla y realmente no sé cómo lo logré. Creo que a veces no sabes lo fuerte que puedes ser hasta que esa se convierte en la única opción y supe que tenía que sobrevivir y caminar de nuevo. Durante el trauma recibí el apoyo de algunas enfermeras, médicos, parteras y consultores increíbles y casi dos años después todavía recibo el apoyo de algunos de ellos. Ahora estoy embarazada de mi segundo bebé, que obviamente viene con muchas emociones, pero estoy completamente agradecida de estar viva, sana y cerrando mi capítulo de coma por COVID en la UCI y pasando a uno mejor”. Victoria de Gracia.

Grace tuvo un parto por cesárea de emergencia a las 32 semanas debido a una enfermedad grave por COVID-19. Luego pasó casi 3 meses en la UCI seguido de un extenso período de rehabilitación.

Una experiencia de parto traumática puede tener un efecto perjudicial en la salud psicológica materna y puede estar asociada con el desarrollo de un trastorno de estrés postraumático [ 48 ]. La experiencia subjetiva del nacimiento es el predictor más fuerte de trauma postnatal [ 49 ]. La enfermedad crítica materna es casi siempre una experiencia inesperada y aterradora para las mujeres embarazadas y sus familias. Los pacientes pueden experimentar miedo, frustración, desempoderamiento y conmoción durante la emergencia inmediata, y síntomas de ansiedad, alienación y recuerdos en el período posterior. En un estudio cualitativo, se entrevistó a mujeres que habían experimentado una complicación potencialmente mortal en el embarazo y a sus parejas como parte de un estudio de experiencias de casi pérdida de morbilidad materna [ 50]. El estudio destacó la conmoción experimentada por las mujeres que habían requerido cuidados intensivos y el abismo entre sus expectativas de dar a luz y lo que realmente había sucedido: la devastación de estar separada de su bebé y cuán valioso era el acceso a su recién nacido, si era posible; la importancia de la lactancia materna; las dificultades de transferencia; y la necesidad de más apoyo psicológico. También hubo un impacto significativo en la pareja de una mujer que había experimentado una admisión materna en cuidados intensivos, para la cual puede haber recursos limitados para ayudar a manejar [ 51 ].

Para el personal clínico, puede haber un impacto psicológico significativo asociado con el cuidado de pacientes obstétricas en estado crítico, particularmente en el caso de un resultado materno o neonatal deficiente [ 52]. Idealmente, deberían existir varias estructuras de apoyo para ayudar al personal a procesar y gestionar lo que pueden ser experiencias desafiantes para ellos. Las muertes maternas y neonatales dentro del Reino Unido se informan e investigan a través de canales y procesos formales a nivel local, regional y nacional. Si bien esto forma una parte vital para mejorar la atención que reciben las pacientes embarazadas y sus familias en el Reino Unido, se debe reconocer que este puede ser un proceso enormemente estresante y traumático para todos los involucrados; familias, cuidadores y personal, todos los cuales pueden necesitar y beneficiarse del acceso a apoyo psicológico y práctico durante todo el proceso [ 53 ].

Atención crítica materna en entornos de recursos limitados

La atención crítica materna en entornos de recursos limitados se caracteriza por barreras financieras para cubrir los costos individuales, acceso limitado a equipos y medicamentos, infraestructura mal desarrollada y personal cada vez menos capacitado. Además, los pacientes a menudo pueden necesitar viajar distancias muy significativas desde el centro de atención médica primaria para recibir apoyo de cuidados intensivos [ 54 ]. Estas dificultades se ven agravadas por una situación en la que una mayor proporción de embarazadas y puérperas requieren ingreso en unidades de cuidados intensivos en comparación con los países de altos ingresos; se ha estimado que hasta el 4,6% de todos los partos requieren apoyo de cuidados intensivos en países de ingresos bajos y medios altos.

Las recomendaciones para el cuidado crítico materno en entornos con recursos limitados reflejan aquellas en entornos con buenos recursos, con énfasis en lo siguiente: capacitación y educación del personal de atención médica sobre el reconocimiento clínico del paciente en deterioro, con herramientas que incluyen puntajes de alerta temprana de obstetricia para permitir una adecuada atención temprana. manejo y transferencia a un nivel apropiado de atención; Capacitación regular en el sitio, específica de la región, en el manejo de las causas comunes de las emergencias obstétricas en esa región; y promover la disponibilidad de recursos esenciales, incluidos productos sanguíneos, ventilación invasiva y no invasiva y monitoreo invasivo e imágenes radiológicas para ayudar al diagnóstico.

El advenimiento de la telemedicina ha permitido «rondas virtuales con un equipo de la unidad de cuidados intensivos» (anestesistas, intensivistas, especialistas en medicina materno-fetal y obstetras) [ 55 ]. Esta estrategia garantiza la prestación de una atención individualizada y fácilmente adaptada a las necesidades clínicas específicas del paciente y soluciona la falta de recursos humanos especializados in situ.

Es fundamental incentivar la retención de personal capacitado que vive en entornos de recursos limitados para evitar que se trasladen a áreas urbanas más deseables, a otros países y a puestos mejor remunerados.

Conclusión

Si bien la atención obstétrica crítica puede parecer una parte poco frecuente y desconocida de la práctica de la atención crítica, en general, los resultados para las mujeres admitidas en la UCI durante el embarazo y el posparto en el Reino Unido son positivos. Sin embargo, existen numerosas modificaciones a la práctica de rutina que deben ocurrir cuando se atiende a mujeres embarazadas o recientemente embarazadas con enfermedades críticas que hemos destacado y, lamentablemente, esta es un área emergente de la práctica clínica donde aún falta evidencia. Esperamos que, en el futuro, aumente la captura de datos, la inclusión automática de pacientes obstétricas en más ensayos clínicos, aumente la capacitación multidisciplinaria en el campo de los cuidados intensivos obstétricos (incluida la capacitación en factores humanos) y un mayor desarrollo del Reino Unido.

Gestión y Economía de la Salud

Producir información, conocimiento y discusión sobre gestión sanitaria y economía de la salud

Saltar al contenido ↓