Antoñanzas F. et al.
La evaluación de tecnologías sanitarias se utiliza cada vez más para evaluar el valor de los productos sanitarios y para priorizar los recursos; sin embargo, definir exactamente qué valor es y cómo debe medirse sigue siendo un desafío.
La mayoría de los países investigados combinan la evaluación clínica con la evaluación económica para hacer recomendaciones de reembolso; el año de vida ajustado por calidad es la medida de valor más comúnmente utilizada, pero no captura aspectos más amplios de valor que pueden ser importantes para los pacientes y los sistemas de salud. Describimos el uso de precios basados en el valor y el análisis de decisiones multi-criterios, dos enfoques para la incorporación de aspectos más amplios del valor en la toma de decisiones.
En general, hemos identificado una variación considerable en la forma en que el valor de un producto es definido por las diferentes partes interesadas.
Aunque una comprensión universal del valor en la atención médica es importante, está claro que las definiciones actuales son insuficientes, lo que podría conducir a decisiones de reembolso inconsistentes.
En última instancia, es necesario establecer políticas más claras para definir y medir el valor en la atención sanitaria, y es probable que conduzca a mejoras en la coherencia de la toma de decisiones.


Según Bleric Alcalá: La financiación basada en el valor, permite fijar el precio o la magnitud del reembolso o del descuento de las innovaciones respecto a las ventajas que aportan, para ello hay que valerse de instrumentos que permitan pago por resultados y no solo por el uso. La cobertura sobre los comparadores deben incluso orientar a valor en una determinada ocasión o para una determinada combinación de fármacos. El precio del fármaco no debe ser el único factor determinante en la decisión de reembolso. Hay un grupo de países como el Reino Unido, Suecia y Australia con una gran tradición en evaluación económica, que consideran el valor de la innovación de una manera implícita a través del enfoque basado en el coste por AVAC ganado. Por otro lado países como España, Francia, Italia, Alemania, Austria, Canadá o Japón clasifican las innovaciones mediante escalas cardinales, mediante las cuales catalogan los medicamentos según su grado de innovación, beneficio o interés terapéutico y que pueden ser más o menos detalladas.
Nosotros estamos en el peor de los mundos a merced de los laboratorios o sea la mano del mercado que nunca acaricia la equidad.